Los vecinos de Son Roca: "El IMAS protege a los niños del centro Norai, pero ¿quién protege a los niños del barrio?"

Confiados en que iban a obtener una propuesta de solución inmediata por parte de las instituciones, representantes de los vecinos de Son Roca afectados por los últimos conflictos registrados en las inmediaciones del centro de acogida Norai están indignados y decepcionados. O, al menos, es la sensación con la que salieron de la reunión mantenida ayer para analizar conjuntamente los sucesos acaecidos en la zona durante las últimas semanas. Según denuncian, las autoridades les han emplazado a buscar ellos mismos una alternativa a su problema.

"No sabíamos a qué íbamos, pensábamos que íbamos a escuchar una propuesta de solución por parte de las instituciones", manifiesta, en declaraciones a Crónica Balear, Xim Hierro, portavoz de los vecinos de las calles Bella Vista-Can Suau, colindantes al centro Norai, centro de primera acogida especializado en el cobijo de menores migrantes que llegan a Mallorca sin familiares que se responsabilicen de ellos. Sin embargo, la "sorpresa" estaba por llegar: según denuncia, el Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS) les comunicó que iban a seguir adelante con la hoja de ruta que ya tenían planteada y que culminará con el cierre de las instalaciones el próximo 1 de marzo. Aún quedan cinco meses por delante.

Sin embargo, asevera, quien se mostró más contundente durante el encuentro fue la concejala de Infraestructuras  y Accesibilidad y responsable del área de Ponent, Angélica Pastor, quien "nos informó de que, por mucha presión y protestas que hiciéramos, esa hoja de ruta no se iba a modificar. Fue lo más tajante que nos dijeron hasta ese momento", asevera el afectado. 

Hierro comenta que otro de los aspectos que les llamó la atención fue el hecho de que Pastor "delegó en cierta medida la responsabilidad de dialogar y solucionar los problemas en el barrio a las entidades que estábamos allí presentes. Le dijimos que sería necesario aumentar la presencia policial y ver una mayor implicación institucional". Según el representante vecinal, la regidora les comentó que se incrementaría las dotaciones policiales en la zona, si bien desde la Policía Nacional "comentaron que están desbordados y que no disponen de medios suficientes para cubrir esa demanda".

En ese momento, añade Hierro, la edil se limitó a decir que "ya lo gestionaremos". "Es un 'ya veremos qué pasa'. Nos conminó a establecer una mesa de diálogo entre los agentes sociales allí presentes para aportar soluciones sin una fecha definida, nos dijo que ya lo iríamos hablando. Oiga, mire, los problemas los tenemos ahora, no dentro de un mes ni cuando haya una previsión de cerrar el centro", espeta.

"La sensación con la que salimos es de que nos dijeron algo que ya sabíamos y han delegado en nosotros tranquilizar a la gente y que todas las instituciones, excepto ellos, busquemos una solución pacífica al conflicto que tenemos. Pero ya hace cuatro años que denunciamos la situación del centro y que intentemos calmar a la gente", subraya el portavoz.

El representante vecinal, lamenta, además, que en estos momentos numerosos vecinos se encuentran implicados y movilizados en busca de una solución mientras las asociaciones de vecinos "ni siquiera nos han preguntado por la situación ni se han puesto en contacto con nosotros". De hecho, recuerda que hace dos años "nos pusimos en contacto con la asociación de vecinos de Son Roca y dijeron que no tenían ningún problema con el centro. Es una problemática que llevamos años denunciando ante las instituciones, no es algo sobre lo que no estén sobre aviso", precisa.

Respecto a los hechos producidos el pasado 18 de octubre que se saldaron con un menor del centro Norai gravemente herido tras recibir una brutal paliza por intimidar a unas jóvenes, suceso en cuya investigación el IMAS prevé personarse como acusación particular, el portavoz señala que desde la institución "son soberanos de actuar como consideren necesario en este conflicto". Sin embargo, asegura que le llama la atención que desde el organismo "no tengan documentadas otras situaciones anteriores o actuales. Solo eso. Me gustaría que tuvieran la voluntad de solicitar información a la Policía Nacional o a los vecinos que hemos denunciado, no solo la que les interesa a ellos".

"Condenamos cualquier tipo de agresión. No se puede justificar", afirma Hierro, quien señala que, "como padre, no sé cómo habría reaccionado si acosan a mi hija". Según indica, durante la reunión también se puso de manifiesto que la joven a la que supuestamente acosó el menor agredido, "que es diabética, tiene miedo de salir a la calle, ir al colegio e ir a cenar fuera con amigos".

Y prosigue: "De acuerdo que tenéis la obligación de proteger a los niños del centro, ¿pero quién protege a los niños del barrio? ¿Tenemos que pedir que haya dos o tres furgones de la Policía Nacional en medio del parque y que los niños se pregunten: 'Qué está pasando, que esta esto lleno de policías y yo quiero jugar tranquilo'?". "Pongan la policía donde está el núcleo del problema", profiere el representante vecinal.

Mientras otros vecinos aseguran que, antes de la apertura del centro de acogida, "nunca habían tenido ningún problema", Hierro afirma que "quien diga que en ningún barrio de Palma se producen situaciones complicadas falta a la realidad de la ciudad. No puedes decir que no hay robos ni conflictos esporádicos, pero sí es cierto que Son Roca es un barrio que antes del verano vivía tranquilo y en paz, con hechos que pueden suceder en cualquier barrio de Palma".

Según recuerda, hace dos años se produjo otra situación de acoso a una niña del barrio y "la solución fue sacar a los que habían provocado el acto y mandarlos a otros centros. ¿Muerto el perro se acabó la rabia? no. El Norai tiene una rotación de unos tres meses, los menores están ese tiempo y después vienen otros. No hay un proceso de integración como tal sino un inicio de proceso de integración. Vuelven otros con las mismas costumbres y los mismos hábitos. No es de cajón que las instituciones que deben hacerse cargo de la tutela del centro y la seguridad del barrio deleguen a los vecinos la búsqueda de una solución. El conflicto no lo hemos detonado nosotros".

El centro Norai, que actualmente cuenta con 20 plazas, abrió sus puertas en 2013 y forma parte de la red de acogida residencial para adolescentes del IMAS, que dispone de un total de 15 centros. El IMAS ha anunciado la apertura de un nuevo centro de acogida de menores con el objetivo de mejorar la atención a la infancia y la adolescencia en situación de desprotección y para mejorar la atención de los jóvenes usuarios del centro de Son Roca.

De hecho, el Consell de Mallorca señaló este lunes que Norai será el siguiente centro que forme parte de la estrategia del IMAS, que busca disponer de este tipo de servicios fuera de los núcleos urbanos, "con más recursos y más profesionales especializados". En este sentido, se prevé una progresiva reducción de plazas en Norai hasta el 1 de marzo de 2022, cuando finaliza el contrato con este centro. 

Mientras tanto, numerosos vecinos de Son Roca han decidido movilizarse para protestar contra los altercados registrados en las últimas semanas en la zona y pedir el cierre inmediato del centro de acogida. "No se puede vivir así, la tensión va a más y los niños tienen mucho miedo a bajar a la calle", aseguran.

Ante la escalada de tensión y los últimos acontecimientos que han golpeado la zona, varios de los residentes han decidido por cuenta propia convocar diversas manifestaciones y llevar a cabo recogidas de firmas para solicitar el cierre del centro de menores migrantes. Casi 600 personas han plasmado su rúbrica en los últimos días.

OTROS ACONTECIMIENTOS PRODUCIDOS EN LA ZONA

Cabe recordar que, tan solo una hora después de la agresión del pasado día 18, una pelea en el centro de menores se saldó con otro menor agredido y varios muebles arrojados por la ventana. Varias llamadas alertaron a la Policía Nacional de que se estaba produciendo un violento altercado en las instalaciones y de que se estaban lanzando enseres a la calle.

Según los testigos, se había producido una reyerta entre tres menores de origen argelino, uno de los cuales acabó siendo agredido por los otros dos. Al hacer acto de presencia los agentes, los ánimos ya se habían calmado. Los efectivos policiales comprobaron que no se habían registrado lesiones de gravedad y, finalmente, nadie quiso interponer denuncia, por lo que tampoco se llevó a cabo ninguna detención.

Se da la circunstancia de que tan solo un día antes de los hechos se había producido un gran revuelo en el mismo centro de menores. Ocurrió la madrugada del domingo y enfrentó a algunos de los jóvenes con sus educadores. En ese momento, de la quincena de jóvenes acogidos, casi una decena habría comenzado a pelearse violentamente entre ellos, acorralando además a uno de los educadores.

También en el mes de julio se produjo un gran tumulto cuando uno de los menores trató de fugarse precipitándose al vacío y acabó malherido en el suelo. Vecinos de la zona aseguran que desde la calle se escuchan de forma habitual gritos de enfrentamientos y, de hecho, algunos de ellos se muestran indignados ante los frecuentes altercados que, según denuncian, se producen en estas instalaciones. "No hay quien duerma, es un infierno para descansar y los problemas son diarios", recriminan.