La conductora ebria que provocó la muerte de un motorista en Palma: "No noté que me afectase el alcohol"
Redacción | Mallorca, 29 de Noviembre de 2021 | 14:28h

La joven acusada de atropellar mortalmente a un motorista en Palma mientras conducía ebria ha declarado este lunes, ante un Jurado, que no recuerda el accidente, aunque no discute su autoría, y ha afirmado que desde que ocurrió se ha sentido "como un monstruo".
Así lo ha expresado en el juicio que se celebra desde este lunes en la Audiencia Provincial de Palma, donde ha contestado a las preguntas de la Fiscalía pero no de los abogados de la familia de la víctima.
La Fiscalía pide cuatro años de cárcel para la acusada por un delito de homicidio por imprudencia grave y de omisión de socorro. Además, solicita la privación del derecho a conducir vehículos a motor y motocicletas durante cinco años.
Los hechos tuvieron lugar en Palma el 16 de febrero de 2019, alrededor de la medianoche. Según el escrito de la Fiscalía, la acusada conducía por la calle Alfons el Magnànim cuando realizó un cambio de dirección a la izquierda a pesar de estar prohibido y ocupó el carril contrario, embistiendo una moto conducida por un hombre de 40 años.
La víctima sufrió un traumatismo craneoencefálico grave y fracturas óseas múltiples de gravedad. Finalmente, tres días después del choque, el hombre murió por una hemorragia cerebral.
La Fiscalía relata que la acusada, "consciente de lo ocurrido y a pesar de que el motorista quedó tendido sin sentido en el suelo", huyó del lugar sin atender al herido ni llamar a los servicios de emergencias. Finalmente, perdió el control del vehículo y chocó con unas barras de aparcamientos de bicicletas, donde fue detenida.
El fiscal sostiene que el estado de embriaguez de la acusada se exteriorizaba "claramente" ya que andaba "de modo vacilante, tenía el rostro congestionado, olía a alcohol y sus ojos estaban enrojecidos y con las pupilas dilatadas". La prueba de alcoholemia dio como resultado 0,66 miligramos de alcohol por litro de aire espirado.
Además de la pena de prisión y la privación del derecho a conducir, la Fiscalía pide una indemnización por un valor cercano a los 132.000 euros.
LA CONDUCTORA ASEGURA QUE NO FUE CONSCIENTE DEL ATROPELLO
En el juicio, la acusada ha explicado que aquel día había quedado con una amiga en S'Escorxador y que durante unas tres horas se tomó tres cervezas, aunque una no se la llegó a acabar. Según ha dicho, no está acostumbrada a tomar alcohol y no notó que le hubiera afectado. "No lo noté, si no, no hubiera cogido el coche", ha dicho, entre sollozos.
Cogió el coche en dirección a Esporles, donde la esperaba su novio. Estaba acostumbrada a circular por la zona en la que tuvo lugar el accidente. "Conozco esa calle y sé que no puedo girar ahí. Sé que giré, pero es que no sé por qué giré ahí, sé que más adelante puedo girar, justo un poquito más adelante", se ha lamentado.
La joven ha manifestado que recuerda sentir "un golpe", pero sin especificar si se trataba del atropello o del aparcamiento de bicis contra el que colisionó posteriormente. Lo único que recuerda después de arrancar el coche es encontrarse "cruzada delante de la Policía". "Recuerdo sentir un golpe y ya estar delante de la Policía", ha declarado.
Después de esto la Policía le hizo la prueba de alcoholemia y la llevaron al cuartel de San Fernando, donde sufrió un ataque de ansiedad y fue trasladada al hospital, según ha contado.
La acusada ha asegurado que si hubiera sabido que había atropellado a alguien se hubiera parado a ayudar, y que se declaró culpable del atropello desde su primera declaración en el Juzgado. También ha afirmado que ha hecho aportaciones económicas a la familia en función de sus posibilidades porque tiene pocos ingresos.
A preguntas de su abogado, la joven ha dicho que se ha sentido "como un monstruo" tras lo ocurrido, que le han diagnosticado depresión y ansiedad y que ha querido suicidarse. "Son ustedes quienes deben juzgarme", ha dicho al Jurado, añadiendo que "ojalá todo esto no hubiera pasado".