La Fiscalía asegura que el hombre que mató a su exmujer en Palma consideraba que la víctima "era suya"

El Ministerio Fiscal ha solicitado, en el juicio del hombre que mató de una pedrada a su exmujer y su prima, al jurado popular que tome en consideración los agravantes de género y parentesco, sumados al delito de asesinato con alevosía, por asesinar a la mujer con la que tenía cuatro hijos, al entender que "no le gustó que le dejara y la mató".

Este miércoles ha arrancado la tercera sesión del juicio, en la que el acusado ha rechazado utilizar su derecho a la última palabra. El jueves, el Tribunal emitirá el objeto del veredicto al jurado popular, que determinará la culpabilidad o inocencia del encausado.

Así, en su turno de alegato, Fiscalía ha mantenido su petición de cárcel por un delito de asesinato con alevosía y, en referencia al agravante de género, ha argumentado que el acusado consideraba que la víctima "era suya".

"Como le ha dejado, aprovecha que ella le llama para quedar y la mata, y esto es un control y desprecio absoluto a la condición de mujer; no le gustó que le dejara y la asesina, es tan sencillo como esto por desgracia", ha reiterado.

Asimismo, en cuanto al agravante de parentesco, ha sostenido que es un hecho "objetivo" por los cuatro hijos que tenían en común.

En referencia a la petición de la defensa de incluir los atenuantes de ingesta de sustancias y confesión tardía para rebajar la pena del acusado, ha recordado, sobre el primero, que los testigos -agentes de Policía y forenses- indicaron que no presentaba ninguna sintomatología en el momento de los hechos. Todo lo contrario, destacaron la tranquilidad del hombre.

Por último, en cuanto a la confesión, Fiscalía ha insistido que el procesado, aunque admitiera los hechos, "no da ningún dato relevante", sólo los que son evidentes.

"Asesinó con alevosía a la víctima, siendo plenamente consciente de lo que iba a hacer, porque no quería entender que ella le dejara", ha concluido.

En su escrito de acusación, Fiscalía reclama una condena de 25 años de cárcel para el hombre, así como que indemnice con 100.000 euros a cada uno de los hijos y con 50.000 a los padres de la fallecida.

ALEGATOS DE LAS ACUSACIONES

La acusación de la Comunidad se ha manifestado en la misma línea que el Ministerio Fiscal, solicitando que se le imponga un delito de asesinato alevoso con los agravantes de género y parentesco.

Con todo, la acusación particular, en representación de los hermanos y padres de la víctima, entiende que la pena debe elevarse a 31 años de prisión. Así, ha destacado la "absoluta brutalidad" con la que mató a su exmujer. "Aseguró perfectamente que fuera a morir", ha añadido.

Además, ha pedido rechazar el atenuante de confesión tardía, recordando que el individuo, cuando pasó a disposición judicial, se negó a declarar ante el juez. "La confesión tardía la ha hecho aquí".

Por su parte, la defensa del acusado ha insistido en los atenuantes de consumo de sustancias estupefacientes y confesión tardía, y ha destacado la colaboración de su representado a la hora de reconstruir los hechos. Sin embargo, se adhiere a la consideración del delito de asesinato con alevosía de las otras partes.

LOS HECHOS

Los hechos ocurrieron el 3 de noviembre de 2020, cuando víctima y procesado quedaron un mes después de romper su relación para solucionar un asunto relativo a sus hijos.

Una vez llegaron a un parking situado en el Polígono de Son Rossinyol, y estando dentro del coche, se inició una discusión entre ambos y el individuo empezó a golpearla repetidamente por varias partes del cuerpo, llegando a clavarle un destornillador, y posteriormente la introdujo en el maletero.

"Creía que había fallecido, en ese momento mi cabeza estaba como estaba y entre el alcohol y las drogas no pensé nada", confesó durante su declaración. Además, tiró el teléfono móvil en el lugar antes de abandonarlo para dificultar la localización.

A continuación, se dirigió con el vehículo al Camí de Ca Na Verda, consiguiendo la víctima salir del guardamaletas. En ese momento, el hombre perdió el control y chocó contra unos bloques de cemento, instante que la mujer aprovechó para escapar.

Sin embargo, el individuo la alcanzó, la arrastró y la empujó contra una pared, golpeándole finalmente la cabeza con una piedra hasta causarle la muerte.

Para evitar ser descubierto, desnudó a la víctima y tiró su cuerpo a la zona del torrente, haciendo lo mismo con su documentación y efectos personales. "Estaba asustado y muy nervioso, recuerdo que le quité la ropa y la tiré, no sabía lo que hacía", admitió.

CONFESÓ EL CRIMEN

El policía encargado de custodiar al acusado aseguró ante el Tribunal que el procesado, estando en el precalabozo, le confesó que había estado "intentando evitar" a su mujer desde que rompieron la relación "porque sabía que iba a pasar lo que ocurrió".

Además, destacó la "tranquilidad pasmosa" con la que relató los hechos una vez detenido. "Era un monólogo, se puso de pie, me preguntó si su mujer estaba muerta y empezó a verbalizar", detalló el agente, que negó que el acusado aparentara estado de embriaguez o de haber consumido drogas en el momento de los hechos.

El procesado, estando en el precalabozo, le contó también la discusión que se inició durante el encuentro con su expareja y que acabó perdiendo el control del coche, momento en que ella consiguió salir del vehículo.

"Después la persiguió, le golpeó la cabeza contra una pared, la arrastró hasta el vehículo y le golpeó otra vez la cabeza con una piedra", a la vez que "la apuñaló en tres ocasiones con un destornillador que tenía dentro del coche", testificó el agente, de acuerdo a la confesión del detenido. Asimismo, también le reconoció que "la desnudó y la arrastró hacia un torrente o una zona boscosa".

CAPACIDAD PSÍQUICA "ABSOLUTAMENTE NORMAL"

En su turno de declaración, el médico forense que realizó la evaluación psicológica al acusado aseguró que su capacidad psíquica era "absolutamente normal" cuando cometió el crimen y que tenía "una capacidad intelectual que permite perfectamente el abordaje de lo sucedido".

Asimismo, añadió que el procesado "incluso eliminó la posibilidad de que el consumo de las sustancias que alegó pudiera estar vinculado con los hechos".

Por su parte, una de las forenses que practicó la autopsia al cuerpo de la fallecida indicó que se detectaron multitud de lesiones en la cabeza como resultado de golpes de "mucha intensidad", producidos "por un objeto contundente de partes irregulares", como una piedra. Estos golpes en la cabeza produjeron a su vez fracturas irradiadas por el cráneo de la víctima.

Asimismo, en los brazos de la fallecida había marcas de agarre, además de arañazos en otras partes del cuerpo y una herida producida por un objeto puntiagudo, como un destornillador, en el tórax. Su cuerpo fue encontrado desnudo en posición fetal, con la cabeza en dirección al torrente y tapado con ramas y malezas.