Junko y Pinocho, más unidos que nunca en el funeral de Bernardo Pantoja

La misa funeral organizada este miércoles en Sevilla por Junko en memoria de Bernardo Pantoja, a la que no asistió ningún miembro de la familia Pantoja - a los que la japonesa ni siquiera avisó, evidenciando la tensa relación que mantiene con Isabel, Anabel y el resto del clan - ha tenido un claro protagonista. Y no es otro que el presunto hijo ilegítimo del fallecido, Luis, más conocido como 'Pinocho'.

Después de confesar que estaba pensando en la posibilidad de emprender medidas legales para ser reconocido legalmente como hijo de Bernardo y de asegurar que el hermano de la tonadillera se lo contó hace tiempo y le insistía para que le llamase 'papá', 'Pinocho' ha reaparecido para despedir a su supuesto padre, demostrando la buena relación que mantiene con Junko.

Y lo ha hecho declarando públicamente por primera vez ante la prensa que es hermano de Anabel Pantoja y anunciando que ha puesto el tema en manos de la justicia para ser reconocido como hijo de Bernardo: "El último adiós a mi padre. El tema va para adelante, está en manos de los abogados porque la verdad solo tiene un camino".

"No voy por el tema económico ni mucho menos. Voy por la verdad y si ese apellido me pertenece, me pertenece y punto" ha asegurado, hablando alto y claro por primera vez del asunto después de revelar, a diferentes periodistas, que tiene dos pruebas de paternidad que demostrarían que el hermano de Isabel Pantoja es su padre.

Más duro que nunca con Anabel, con la que no tiene relación - ni quiere tenerla, como deja claro, - 'Pinocho' ha tenido palabras de agradecimiento a Junko: "Siempre ha estado a mi lado, siempre me ha facilitado ver a mi padre y tiene todo mi apoyo".

"Hoy hemos estado aquí los que en su día no pudimos despedirnos. Hemos estado los que verdaderamente en estos años hemos estado con él. Y lo que pasó en el tanatorio fue un circo y no fui por lo mismo, por no participar de ese circo" ha añadido, arremetiendo contra la familia Pantoja por lo sucedido tras la muerte de Bernardo, cuando tanto Anabel como Isabel impidieron la entrada en el tanatorio de muchos de los amigos de su supuesto padre.