“No hemos podido llorar su muerte en paz”, la trágica lucha de una familia que pide justicia

Redacción | 27/10/2018

No hace falta cruzar muchas palabras para darse cuenta de que la herida está más viva que nunca y que los familiares de Francisco Callado Gutiérrez, un Guardia Civil de Tráfico que falleció en junio de 2009 tras ser embestido por un coche, no han podido llorar su muerte en paz.

“Es un calvario que no llegamos a superar por dos cosas: por el fallecimiento de un familiar en esas circunstancias y por todos los problemas que ha habido después”, asegura su madre, Pilar, quien añade: “Lo que ha sucedido es indignante. Te sientes impotente. Yo he estado casi cinco años sin moverme del sofá y todo por lo mal que se ha hecho en los juzgados de Inca”.

Francisco tenía 33 años cuando murió arrollado en la carretera Palma-Alcúdia por un vehículo que conducía Georvel V.P., de nacionalidad cubana y 41 años de edad, que resultó herido de gravedad en el accidente. Las investigaciones llevadas a cabo revelaron que Georvel tomaba un medicamento que causaba somnolencia y que esa podría ser la razón del accidente.

“El problema”, dice la hermana de Francisco, que también se llama Pilar y que es Guardia Civil, “es que tras el accidente se abrieron diligencias previas (una investigación) y quedó pendiente de determinar qué delito se había cometido. De hecho, tras un primer informe de Son Dureta (entonces el hospital de referencia en Baleares) se tramitó como si fuera una falta y el juez consideró que no se necesitaban pruebas por las que denegaron las que se solicitaron”.

“Finalmente”, continúa explicando la hermana, “tras un informe de la Guardia Civil ya se trató como delito pero no se detuvo al conductor por tener domicilio conocido en España. Sin embargo, cuando se le llamó a declarar –esto era en 2013- ya se había marchado del país”.

Este hecho complicó sobremanera todo el proceso ya que resulta muy complicado lograr que una orden de detención internacional llegue a buen puerto pues hay que hacer muchas investigaciones y lograr que esa orden llegue muy arriba, hasta el Consejo de Ministros, que es quien debe firmarla.

Goervel fue localizado en Miami y ha sido extraditado a España pero “nadie nos ha ayudado a buscarlo”, explica la hermana, “lo encontré yo misma buscando en Internet, así de fácil. Ni el juzgado, ni la Guardia Civil, se preocuparon de hacer algo tan simple. Es aberrante y una vergüenza que en una situación como esta tengan que ser los propios familiares quienes hagan estas gestiones tan simples”.

"En el juzgado de Inca se han reído de nosotros”

Pero la fuga del conductor implicado en el accidente no ha sido el único problema al que la familia de Francisco ha tenido que hacer frente.

“En el juzgado de Inca se han reído de nosotros”, afirman y relatan que, en un momento dado, cuando quisieron cambiar de nicho a Francisco, se toparon con la desagradable sorpresa de que el expediente judicial se había tramitado bajo el epígrafe de ‘Estafa’”.

“¿Te lo puedes imaginar?”, pregunta la madre entre lloros: “Mi hijo bajo tierra y la jueza hablando de estafa. ¡Ojalá! mi hijo estuviera vivo y lo juzgaran por estafa ¡Ojalá!”.

“Al final”, añade la hermana, “incluso con un informe técnico explicando lo ocurrido tuvimos que cambiarle de nicho con ese expediente de ‘estafa’ y tardamos tres años en que nos dieran la razón en eso. En el juzgado de Inca nos dijeron que o lo hacíamos así, o no se hacía”.

“Pero es que el expediente ha estado cinco años enterrado en un cajón”, denuncia indignada la hermana, “no había manera de lograr que saliera de ese cajón. No se hacían pruebas, no se tomaban declaraciones, no se hacían oficios y no se hacía caso a nuestra abogada que iba y venía a Inca sin lograr que la atendieran, hasta el punto de que teníamos que hacer fotocopias de todo lo que se entregaba allí para que no nos dijeran luego que no lo habíamos entregado”.

Y más problemas para lograr hacer justicia

Ahora son dos los quebraderos de cabeza a los que deben hacer frente los familiares de Francisco de cara al juicio que se iniciará este mismo mes de octubre: por un lado, que no se conceda la libertad provisional a Georvel (cosa que se está estudiando estos días) y, por otro lado, que no fructifique la petición del abogado defensor en el sentido de que en todo este asunto “ha habido dilación”.

“¿Dilación?”, pregunta la hermana, “¿Por parte de quién? ¿De nosotros? Nosotros lo hemos movido siempre, en todo momento. La dilación ha sido del juzgado. Nos han tratado como cansinos y si hubieran podido archivar la causa lo habrían hecho. Se han ido pasando la patata caliente de unos a otros”.

Francisco, el padre, no puede evitar echarse a llorar cada vez que habla del tema: “Es una herida que intentas cerrar pero que se reabre una y otra vez por equivocaciones o falsedades” y añade: “Si las cosas hubieran funcionado como tendrían que haber funcionado, podríamos haber pasado el duelo con algo de tranquilidad. Pero no hemos tenido ni un solo momento de calma”.

Una tragedia familiar que la Audiencia Provincial de Palma, a través de un Auto, redactado y suscrito por una de sus Magistradas, reconoció; y en el que, textualmente, puede leerse: “…en las presentes actuaciones existe un drama persona, el de la familia de Francisco José Callado Gutiérrez fallecido a consecuencia del accidente de circulación, objeto de los presentes autos, que se han visto privados injusta y atrozmente del hijo y hermano, conmoviéndolos en lo más profundo se su existencia…”

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