"La Estación Intermodal de Palma son los 20.000 metros cuadrados de vergüenza del Govern"
Sergio Jiménez | Mallorca, 09 de Marzo de 2022 | 17:40h

Sebastián Oliver era hasta hace muy pocos días vigilante de seguridad en la Estación Intermodal de Palma. Una estación de unos 20.000 metros cuadrados repartidos en dos plantas y que, según indica a Crónica Balear, solo hay un vigilante por turno para atender a toda la estación.
Oliver es el presidente del sindicato espartano de seguridad y, como tal, trató de reunirse en diversas ocasiones desde el año 2019 con el Consorcio de Transportes de Mallorca (CTM), así como con el director general de Movilidad del Govern para denunciar esta situación pero, según explica, se negaron a recibirle.
En febrero del año 2021, la empresa alicantina Vectalia se adjudicó la gestión de la Estación Intermodal, en lo que se incluye también la vigilancia y seguridad. Según explica Oliver, los de la nueva empresa concesionaria fueron directos a por él. “Que te quede claro que si sales en prensa y dices lo que pasa aquí dentro te vas a la calle”, así se lo indicó un inspector de Vectalia.
Oliver indica que solo pedía que se mejorasen las condiciones de trabajo para que un vigilante no tenga que hacerse cargo de los grandes problemas de la estación: “prostitución en los baños, los niños del IMAS mendigando, así como los constantes robos y el aumento de la violencia”.
“Se está dando una falsa seguridad. Una sola persona no puede vigilar la estación y menos si no tiene acceso a las cámaras. La Estación Intermodal son los 20.000 metros cuadrados de vergüenza del Govern”, critica.
Ante la inacción continuada tanto de las instituciones públicas, así como de las empresas concesionarias, Oliver ha ido detallado en las últimas semanas en los medios todo lo que lleva ocurriendo en la estación, pero que el Govern trata de ocultar.
“¿No sabes que va a venir una comisión de Europa para investigar el caso de las menores tuteladas en Mallorca? Tienes que callarte”, así le amenazaron desde la empresa concesionaria.
De hecho, le abrieron varios expedientes por sus palabras, hasta que finalmente a principios de marzo le despidieron de su puesto de vigilante de seguridad en la Intermodal de Palma.