Concluye sin éxito el operativo de búsqueda de Joaquín Beltrán en el vertedero de Zaldibar

Redacción | 14/05/2021

EP

El informe sobre las labores de búsqueda en Zaldibar señala que se han analizado todas las zonas con "meticulosidad", rastreando más de 400.000 m3 de tierra, y apunta, entre los posibles factores para no haber hallado a Joaquín Beltrán, uno de los trabajadores desaparecidos en el derrumbe del vertedero, la "incertidumbre" sobre su ubicación en el momento del accidente y "tanto los procesos físicos como químicos" registrados en el vertedero que "han podido contribuir a la disgregación y descomposición del cuerpo".

El Gobierno Vasco ha anunciado la finalización de la búsqueda de Beltrán, que desapareció en el derrumbe del vertedero vizcaíno el 6 de febrero de 2020 junto a Alberto Sololuze, cuyos restos sí fueron localizados en agosto. Asimismo, ha dado a conocer el informe sobre la búsqueda realizado por la Dirección de Atención de Emergencias y Meteorología y fechado este pasado 12 de mayo.

El informe repasa las labores que se han desarrollado y que se iniciaron "de forma prioritaria desde el momento del deslizamiento y posterior derrumbe" de las instalaciones de Verter Recycling, y destaca "la dimensión y complejidad" del deslizamiento.

En concreto, apunta que "se han movilizado de forma intempestiva un mínimo de 2,5 millones de toneladas de residuos (1,5 millones de m3)", lo que lo convierte en "un suceso inédito en el Estado y sin referencias similares en el resto del mundo".

Según recuerda, en el del colapso de vertedero de Bens, en 1996 en O Portiño (A Coruña) se movilizaron unas 100.000 toneladas de residuos. Zaldibar, destaca, es "25 veces el derrumbe de Bens, con la circunstancia añadida del riesgo a otro posible colapso de cerca de otro medio millón más de toneladas".

Por ello, la búsqueda se ha planteado "en el marco de un relevante desarrollo y planificación de ingeniería y geotecnia para hacer frente al importante conjunto de dificultades" que condicionan la planificación, como el volumen de residuos desplazado y su tipo, las "grandes grietas justo por encima de la zona de búsqueda preferente", la presencia de amianto, "la inestabilidad del residuo desplazado" o la priorización de la seguridad de los trabajadores.

A ellas se suman los incendios, las dificultades de la investigación de la ubicación de las víctimas en los últimos momentos, la reubicación de los residuos o la destrucción de la práctica totalidad de las infraestructuras del vertedero.

El informe remarca que las labores de búsqueda de Joaquín Beltrán y Alberto Sololuze se han venido realizando "sin que en la práctica haya habido días de interrupción". De los 461 trascurridos, las labores se han interrumpido solo Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo y una jornada debido a las malas condiciones meteorológicas.

Durante estos 15 meses se han movilizado unos 700.000 m3 de residuos para conseguir la estabilización del vertedero y lograr condiciones de seguridad en las labores de búsqueda. De ese volumen de residuos se han rastrillado y analizado 412.000 m3.

"No conocemos ningún otro operativo en el que se hayan movilizado, rastrillado y cribado más de 400.000 m3 de materiales en forma de residuo a razón de 1.000 m3 diarios con este nivel de detalle y meticulosidad para la búsqueda de dos personas desaparecidas", señala.

A lo largo de los trabajos de búsqueda se han localizado los siete automóviles desaparecidos, un Quad, dos máquinas de obra pública, el módulo de vestuarios, tres módulos de material de rechazo, un transformador eléctrico, restos del edificio de vestuarios, oficinas, infraestructuras de la báscula, la estación meteorológica, estructuras de la depuradora y el módulo de comedor.

También se han encontrado numerosos objetos como ropa, tanto de trabajadores del vertedero como de ciudadanos ajenos, diversa documentación, terminales móviles, monedas y billetes.

Por otra parte, se han desescombrado otras infraestructuras no desplazadas: foso de lavado de ruedas, plataforma de la báscula, cimentación de la báscula y de las oficinas, balsa de lixiviados, depuradora de lixiviados, canales de desagüe y perimetrales, entre otros.

APARECE SOLOLUCE

El dispositivo permitió localizarar el 16 de agosto a Alberto Sololuze, "gracias a la intensa labor de búsqueda y al conocimiento, casi con certeza absoluta, de su ubicación inicial", así como al hecho de que su cuerpo fuera probablemente protegido por la propia estructura de la caseta de la báscula en la que él trabajaba, según indica el informe.

Por otra parte, señala que en su ubicación final después del desplazamiento quedó protegido entre el talud de la plataforma de la depuradora y una estructura de hormigón al pie de la misma, "permitiendo que el movimiento del vertedero discurriera por encima de sus restos, sin afectarlos".

Este hallazgo, añade, constituyó "un impulso a los trabajos llevados a cabo por los equipos de búsqueda" ya que confirmó que "la metodología y el sistema planteados permitían la localización de las víctimas" y, por ello, se continuó "con la misma operatividad" durante los siguientes nueve meses.

Al mismo tiempo se ampliaron las zonas de búsqueda añadiendo nuevas áreas que, si bien "no eran probables", contemplaban el desplazamiento momentos antes del derrumbe de Joaquín Beltrán hacia la parte alta del vertedero o hacia la vaguada situada al sur de su última posición conocida. Estas zonas no se contemplaron en el momento inicial, explica, por "ir en sentido contrario a la dirección del desplazamiento y a la salida habitual de las instalaciones".

Según refleja el estudio, la totalidad de las zonas que fueron determinadas como zonas de búsqueda han quedado libres de residuos, habiéndose cribado y analizado todo el material ubicado en ellas. Se ha buscado y cribado en todos los residuos situados a cota inferior a la última posición conocida de las víctimas "e incluso, en esta última fase, se han realizado labores de búsqueda en instalaciones localizadas por encima".

A pesar de las labores desarrolladas y "la meticulosidad de la búsqueda llevada a cabo", no ha sido posible hallar los restos de Joaquín Beltrán. Entre los factores que han podido contribuir a este resultado negativo el informe apunta "la incertidumbre de su ubicación precisa en el momento exacto del derrumbe" y el hecho de que en la zona en la que fue visto por última vez no había ninguna estructura que lo protegiera, a diferencia de Alberto Sololuze.

Asimismo, señala que se ha constatado que en esta zona se produjo el desborde inicial del vertedero y la situación de los elementos hallados "dan muestra de la magnitud de la energía desarrollada en este punto, como son la desaparición de la cuneta perimetral (estructura de hormigón) y el estado de las láminas de poliestireno que servían de aislante del vaso".

El informe explica que, durante estos 15 meses, se han constatado temperaturas cercanas a los 70 grados en el entorno de esta zona de búsqueda, junto con la presencia de lixiviados que "pudieran haber contribuido a la descomposición de los restos".

Según concluye, "tanto los procesos físicos como químicos anteriormente descritos han podido contribuir a la disgregación y descomposición del cuerpo".

Los responsables del informe entienden que, "de haber existido unos restos con una limitada dispersión y con una reducida descomposición, teniendo presente tanto la definición de las zonas como la planificación de la búsqueda y la metodología empleada, Joaquín Beltrán tendría que haberse localizado, tal y como demuestra el hallazgo de Alberto Sololuce" con la misma metodología.

"Sin embargo, en el caso de Joaquín Beltrán, todo el trabajo realizado ha resultado infructuosa. ¿Podrían ser las razones arriba apuntadas? Lo que sí podemos afirmar y reconocer el enorme esfuerzo realizado", concluyen.

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