Así ven los perros el mundo

No hay duda de que la percepción visual de los perros difiere significativamente de la humana. Contrario a la creencia popular de que solo ven en blanco y negro, los perros pueden de hecho percibir algunos colores, aunque su espectro de colores es limitado.

Los perros pueden distinguir tonalidades que varían entre el amarillo y el azul, pero les falta la capacidad para identificar otros colores como el rojo o el verde. Para ellos, lo que nosotros vemos como rojo o naranja, aparece como distintas tonalidades de marrón claro.

Es interesante notar que los cachorros nacen sin visión, desarrollándola completamente durante sus primeros tres meses de vida, un proceso similar al desarrollo del olfato y el tacto tanto en perros como en humanos.

La razón detrás de estas diferencias visuales radica en la composición celular de la retina, responsable de la percepción del color.

Mientras que los humanos poseen tres tipos de conos que nos permiten diferenciar la luz roja, verde y azul, y por ende, una amplia gama de colores, los perros solo tienen dos tipos de conos, capaces de detectar luz amarilla y azul. Esta configuración limita su habilidad para distinguir ciertos colores y también afecta la cantidad de detalles que pueden percibir.

Los estudios sugieren que la nitidez visual de los perros es inferior a la de los humanos, pudiendo discernir detalles a una distancia máxima de 20 metros, en comparación con los 75 metros que promedia una persona. Sin embargo, esta capacidad varía según la raza del perro.

Además, los perros tienen una ventaja significativa en condiciones de baja luminosidad, gracias a la presencia de un mayor número y variedad de bastoncillos en sus retinas, células especializadas que mejoran la visión nocturna o en ambientes oscuros.