Deja los faros del coche como nuevos con este truco: fácil, rápido y económico

Los faros del coche suelen ser una de las partes más complicadas de limpiar. Está en la zona que más polvo acumula, donde suelen impactar insectos y a la que se adhiere todo tipo de suciedad. Mantener los faros en buen estado no solo es una cuestión estética, sino también de seguridad vial, ya que son uno de los mecanismos más importantes para garantizar una correcta visibilidad durante la conducción.

Aunque es común intentar limpiarlos con agua y jabón en los lavados automáticos, rara vez quedan completamente limpios, dejando una sensación de suciedad persistente. Sin embargo, existen métodos caseros eficaces que pueden cambiar esta situación. Uno de ellos, sencillo y accesible, es el uso de limón y bicarbonato.

Basta con cortar un limón por la mitad, espolvorear una buena cantidad de bicarbonato sobre la parte cortada y frotarlo con firmeza sobre los faros. En pocos segundos, notarás cómo la suciedad se elimina de manera efectiva. También puedes preparar una mezcla de zumo de limón y bicarbonato y, con la ayuda de una bayeta, frotar los faros hasta que queden impecables.

Este dúo de limón y bicarbonato no solo es útil para limpiar faros, sino que tiene otras aplicaciones, como la limpieza de la nevera, donde ayuda a eliminar la suciedad más incrustada y a neutralizar los malos olores que pueden surgir por alimentos en mal estado o de olores fuertes.

OTRAS SOLUCIONES CASERAS

• Limpieza con vinagre: El vinagre es otro producto natural muy eficaz para la limpieza de faros. Sus propiedades permiten eliminar grasa, cal y otras manchas difíciles. Se recomienda calentar un vaso de vinagre, sin que llegue a hervir, y aplicarlo sobre el faro con la ayuda de un pulverizador o un paño. Después de dejarlo actuar por unos minutos, se retira con agua y jabón, secando con una bayeta de microfibra. Si los faros están muy opacos, se puede mejorar el efecto añadiendo bicarbonato al vinagre antes de aplicarlo, lo que potencia el poder limpiador.
• Agua, jabón y lijas: Si el deterioro de los faros es considerable, el uso de lijas puede ser una solución eficaz. Empezando con una lija de grano 500 y finalizando con una de 2.000, se puede lijar la superficie de los faros con movimientos circulares, eliminando la capa más dañada y devolviendo el brillo. Después de lijar, se aplica jabón líquido o en pasta, se deja actuar y luego se retira con un paño húmedo.