El cónclave más largo de la historia duró casi 3 años

Cuando la Iglesia católica se enfrenta a la tarea de elegir un nuevo papa, entra en juego un proceso milenario cargado de tradición, misterio y simbolismo: el cónclave. Esta palabra, que proviene del latín cum clave ('con llave'), hace referencia al encierro riguroso de los cardenales electores en la Capilla Sixtina, aislados del mundo hasta alcanzar un acuerdo. Durante este tiempo, se celebran votaciones secretas que pueden repetirse varias veces al día.

Cada vez que finaliza una ronda de votación, las papeletas se queman junto con productos químicos que generan un humo visible en la chimenea del tejado. Ese humo comunica al mundo el resultado:

Fumata negra: no se ha alcanzado el consenso necesario; no hay papa.

Fumata blanca: se ha elegido al nuevo pontífice, quien será presentado en breve con el tradicional anuncio “Habemus Papam”.

Aunque en la actualidad los cónclaves suelen resolverse en pocos días, la historia registra procesos mucho más largos, tensos e incluso dramáticos.

EL CÓNCLAVE MÁS LARGO DE LA HISTORIA

El caso más extremo fue el del cónclave de 1268 a 1271, celebrado en la ciudad italiana de Viterbo, tras la muerte del papa Clemente IV. Los cardenales estuvieron encerrados durante 2 años y 9 meses sin lograr ponerse de acuerdo, en medio de divisiones políticas y tensiones internas.

La situación fue tan desesperante que los propios ciudadanos de Viterbo cerraron con llave el edificio, les quitaron el techo para exponerlos a las inclemencias del tiempo y racionaron su comida como medida de presión. Finalmente, en 1271, eligieron a Teobaldo Visconti, un archidiácono que ni siquiera era cardenal, quien se convirtió en el papa Gregorio X.

A raíz de este episodio, se establecieron las primeras normas oficiales para regular los cónclaves modernos, incluyendo el encierro obligatorio y las votaciones continuadas hasta llegar a un acuerdo.

CÓNCLAVES MÁS CORTOS Y CURIOSOS

No todos los cónclaves han sido tan extensos. Algunos, por el contrario, se resolvieron en cuestión de horas o pocos días. A continuación, una selección de los más llamativos:

1978 (Agosto): Uno de los cónclaves más breves del siglo XX. En solo 2 días y 4 votaciones, los cardenales eligieron a Juan Pablo I. Su pontificado fue uno de los más cortos de la historia: apenas 33 días antes de su fallecimiento repentino.

1978 (Octubre): Tras la muerte de Juan Pablo I, se celebró un segundo cónclave ese mismo año. En dos días y ocho votaciones, fue elegido Juan Pablo II, el primer papa no italiano en más de 450 años.

2005: Tras la muerte de Juan Pablo II, se eligió al papa Benedicto XVI en menos de 48 horas, en el segundo día de cónclave y tras cuatro votaciones.

2013: El cónclave que siguió a la histórica renuncia de Benedicto XVI fue también breve: dos días y cinco votaciones bastaron para elegir al papa Francisco, el primero de América Latina.

1846: En solo dos días, se eligió a Pío IX, el pontífice con el reinado más largo de la historia moderna: 32 años.

1294: Se eligió a Celestino V, un ermitaño que aceptó el papado por obediencia espiritual y que renunció apenas cinco meses después, siendo el primer papa en hacerlo voluntariamente hasta Benedicto XVI en 2013.

UN RITUAL QUE COMBINA TRADICIÓN, MISTERIO Y DECISIÓN

Aunque los tiempos han cambiado, el cónclave conserva su esencia: un proceso deliberativo que se lleva a cabo en silencio, en oración y bajo total confidencialidad. La imagen del humo, ya sea negro o blanco, sigue siendo uno de los símbolos más potentes de la Iglesia católica, y cada cónclave entra en la historia con sus propias particularidades.

Desde encierros que duraron años hasta decisiones tomadas en apenas horas, los cónclaves no solo definen el liderazgo espiritual de más de mil millones de fieles, sino que también reflejan los cambios, desafíos y tensiones de cada época.

TAMBÉN TE PUEDE INTERESAR