Los vecinos de La Soledat, asfixiados por la basura: plagas, malos olores y abandono municipal

Los vecinos de la calle Sant Damàs, en Palma, están viviendo una pesadilla. Desde hace meses, sufren los malos olores y las plagas de insectos provocados por dos contenedores de basura situados frente al número 41. Aseguran que los depósitos de residuos se han convertido en un auténtico foco de suciedad, ya que los alrededores siempre están repletos de basura tanto de bolsas como de electrodomésticos y otros objetos. La acumulación de residuos genera un hedor persistente que invade las viviendas cercanas y afecta directamente al colegio público colindante, el CEIP La Soledat.

Desde 2023, según ha declarado una vecina a Crónica Balear, cada vez que abren las ventanas, las mosquitas se cuelan en las casas y los gases desprendidos por los contenedores obligan a mantenerlas cerradas. De forma periódica, aproximadamente cada tres meses, los residentes se ven obligados a solicitar a Emaya servicios de fumigación para controlar las plagas de insectos. Los afectados consideran esta situación inadmisible y reclaman un nivel adecuado de limpieza y mantenimiento para evitar la proliferación de insectos y los olores insoportables.

OBSTÁCULOS EN LAS ACERAS Y RIESGOS PARA LAS PERSONAS CON MOVILIDAD REDUCIDA

La acumulación de basura alrededor de los contenedores también obstaculiza el acceso a los portales y a la acera. Las personas con movilidad reducida se ven obligadas a desplazarse por la carretera, incrementando el riesgo de accidentes en una zona especialmente sensible debido a la presencia de un colegio.

En ocasiones, los vecinos se ven obligados a solicitar a la barrendera de la zona para que notifique la suciedad y retire las bolsas esparcidas, aunque consideran que esta no debería ser la dinámica habitual. A las molestias por los malos olores y las plagas se suma el ruido de los camiones de recogida de basura, que operan entre las 12 y las 4 de la madrugada. Este horario interrumpe el descanso nocturno de la comunidad vecinal, empeorando aún más una situación que califican de insostenible.

LOS RESIDENTES PIDEN EL TRASLADO URGENTE DE LOS CONTENEDORES

Ante todos estos problemas, los residentes de la calle Sant Damàs han solicitado en múltiples ocasiones el traslado de los contenedores a otra ubicación. Recuerdan que en calles cercanas existen otros puntos de recogida de residuos que podrían absorber la demanda sin perjudicar la calidad de vida.

Sin embargo, según explican los afectados, tras sus quejas, Emaya inspecciona periódicamente la zona y responde que "no hay motivos" para reubicarlos, sin ofrecer explicaciones claras. Los vecinos insisten en que la densidad de población de la zona no justifica la concentración de contenedores frente al número 41, especialmente porque ya existen más contenedores en el número 45 y en el 9.

Por todo ello, reclaman urgentemente el traslado de los contenedores y la adopción de medidas que garanticen unas condiciones mínimas de salubridad, seguridad y bienestar para los residentes y el colegio colindante.

ÚLTIMAS QUEJAS POR BASURA, INSECTOS Y MALOS OLORES

No es la primera vez que este barrio palmesano presenta quejas por acumulación de suciedad e insectos. En 2021, los vecinos de la calle Regal denunciaron en julio que llevaban 20 días soportando la acumulación de basura, malos olores y una plaga de cucarachas, sin recibir respuesta del Ayuntamiento. Ante la proliferación de insectos, los residentes se vieron obligados a rociar con insecticida sus edificios para intentar protegerse.



Más recientemente, en enero de 2025, los vecinos del Secar de la Real, en Palma, denunciaban que estaban sufriendo de "turismo de basura" debido a la llegada diaria de residuos desde otras barriadas, colapsando los contenedores y provocando insalubridad y la aparición de ratas. Criticaban, en su momento, la pasividad de Emaya y la falta de presencia de la Policía Local, señalando que apenas se ven patrullas en la zona y que deben reclamar asistencia directamente al Ayuntamiento.