El motivo por el que nunca deberías plegar los retrovisores de tu coche cuando aparques

Hace unos días hablábamos sobre hábitos que los conductores llevan a cabo sin ser realmente conscientes de que pueden suponer una multa, como que los padres aparquen en doble fila para dejar a sus hijos en el colegio. En este caso, vamos a hablar de algo muchísimo más común, ya que no es necesario tener hijos para caer en esto y cualquier conductor del planeta puede hacerlo.

Aparcar y plegar los retrovisores, especialmente el que está más cercano a la vía por la que circulan los coches, es un hábito muy común que hacen todos los conductores para evitar llevarse un susto. De hecho, algunos vehículos realizan esta acción de manera automática al cerrarse a distancia, facilitando la tarea.

Sin embargo, a pesar de que esta práctica parece sensata, la Dirección General de Tráfico (DGT) recomienda evitarla. La razón principal por la que solemos plegar los retrovisores al aparcar es para prevenir daños o golpes, evitando así la pérdida del retrovisor, lo que no solo podría generar problemas de seguridad al conducir de nuevo, sino que también podría conllevar una multa considerable.

La multa por no tener un retrovisor obligatorio o por tenerlo en mal estado puede llegar hasta los 200 euros. La DGT desaconseja plegar los retrovisores porque, al reanudar la circulación, existe el riesgo de que se nos olvide desplegarlos de nuevo. Esto no solo pone en peligro la seguridad vial al reducir la visibilidad, sino que también puede resultar en una sanción económica significativa.

En lugar de plegar los retrovisores, la DGT sugiere aparcar en vías lo suficientemente anchas como para evitar el riesgo de golpes debido a los retrovisores desplegados, pero si esto no es posible hay que mantener un control regular sobre el estado de los retrovisores y asegurarse de que estén en la posición correcta antes de circular es una medida prudente que contribuye tanto a la seguridad personal como a evitar sanciones.