Fin de una pesadilla: Tapian la puerta de la sucursal okupada de Sant Ferran
Sergio Jimenez | 21/12/2022
La propiedad de la antigua sucursal bancaria de la calle Sant Ferran (Palma) decidió anoche tapiar la puerta de entrada.
De esta manera, se pone fin a una pesadilla que comenzó prácticamente hace un año cuando decidieron okupar esta antigua sucursal de CaixaBank, situada a escasos metros del cuartel de la Policía Local de Palma.
Tal y como adelantó Crónica Balear, ayer por la tarde se produjeron nuevos altercados y detenciones.
Sobre las 15.00 horas, algunos de los okupas salieron de la sucursal con máscaras y empezaron a grabar con su móvil y amenazar de muerte a los transeúntes.
Asimismo, se acercaron a un bar próximo al banco y comenzaron a amenazar a los clientes.
Los vecinos rápidamente avisaron a la Policía. Hasta la zona se acercaron varias patrullas de la Policía Nacional. En ese momento, los okupas se atrincheraron en el interior de la sucursal.
A continuación, los policías reventaron con una maza los palés que los okupas había puesto en la puerta de la sucursal para impedir la entrada de los agentes.
Finalmente, los policías accedieron a la antigua sucursal y se llevaron a cuatro okupas detenidos por desobediencia a la autoridad, dos menores y dos mayores de edad.
Por la noche, los dos menores fueron puestos en libertad y se entregaron a sus padres.
Ahora la preocupación se ha extendido a otros barrios de Palma, ya que el problema no se ha eliminado. Y es que es muy probable que en las próximas horas okupen otro local abandonado de la ciudad.
"Las amenazas de muerte se han convertido en nuestros 'buenos días'", afirmaron algunos de los vecinos de la sucursal okupada hace meses a Crónica Balear.
Según indicaron los residentes, los okupas estaban las veinticuatro horas del día drogados y borrachos.
"Mis hijos y mi mujer tienen miedo de llegar a casa, ¡a nuestra casa! Se paran unas manzanas antes de llegar y me llaman para que baje a buscarlos, no quieren entrar solos porque los okupas entran y salen, y son muy peligrosos, ¿hasta dónde vamos a llegar?", comentó otro cecino.
En un año, se enchufaron al suministro de la comunidad al menos cinco veces. Por supuesto, el edificio que se encuentra justo encima de la sucursal fue el más afectado por este tipo de acciones.