El calvario de una madre de Lloseta: "Mi mayor miedo es que mi ex me quite de en medio y le entreguen a mi hija"
Esther Ballesteros | 06/03/2022

"Mi papá me dice que me tire por la ventana para romperte el corazón", "papá me hace así y me hace cosquillas", "papá es malo y me hace cosas que no se le hacen a un bebé"... Son solo algunos de los comentarios que, hace más de seis meses, una niña de entonces tres años comenzó a hacerle a su madre, originaria de Artà pero residente en Lloseta, quien ha denunciado el calvario por el que ambas atraviesan desde entonces a raíz de los presuntos abusos sexuales a los que su ex pareja -y padre de la pequeña- habría sometido a la menor durante el tiempo en el que a ésta, en virtud del régimen de visitas, le correspondía permanecer con él.
Más allá de las denuncias interpuestas en dependencias de la Guardia Civil y de "ir de un lado a otro" para poner coto a la situación, la progenitora ha querido hacer pública la pesadilla que, asegura, vive desde que se separó de él y, sobre todo, desde que tuvo conocimiento de que su ex pareja abusaba de la pequeña. "Quiero que sepa y haya conciencia sobre este tipo de situaciones", subraya Noelia Ramírez en declaraciones a Crónica Balear, en las que, visiblemente afectada, asegura sentirse desamparada por la lentitud de la Justicia en casos como el suyo.
Noelia explica que sufrió violencia de género por parte de su ex pareja, de quien se separó cuando la niña tenía dos años, y desde que salió la sentencia condenatoria luchó "para que la nena no se quedara a solas con el padre". "Conocía su grado de agresividad y sus problemas de alcoholismo, por eso no quería dejarla a solas con él, pero la Justicia no se puso a mi favor y dictaminó unas medidas según las cuales él podía verla de forma alterna. Tuve que tragar y pensé: 'Espero que la trate bien'", relata la mujer.
Sin embargo, recuerda que ya estaba superando las secuelas provocadas por los malos tratos de su ex compañero sentimental cuando, en junio del pasado año, la pequeña "comenzó a hacer algunos comentarios" e incluso, antes de finalizar la 'escoleta', no quería irse con su padre cuando éste iba a recogerla. "No sabíamos el porqué de esa reacción. Cuando se encontraba con él parecía que veía al demonio".
Al terminar la guardería, Noelia decidió apuntar a su hija a la escuela de verano. Fue allí donde saltaron todas las alarmas. Según relata, a los pocos días de empezar, la niña hizo un comentario "sin conocer de nada a las monitoras" cuando se dirigían a la piscina e iban a ayudarla a ponerse el bañador: "La nena no quería, decía que 'el chochete solo me lo toca el papá'". "Imagínate, una niña de tres años", asevera la progenitora, quien recuerda cómo, poco después, la pequeña le dijo a su madrina "jugaba con la trompita del papá".
La madre explica que desde Menores se ofrecieron a ayudarla "desde el primer momento" y comenta que la circunstancia que, definitivamente, le llevó a denunciar ante la Guardia Civil se produjo una tarde en que estaban durmiendo la siesta. "De repente, la niña me dice: 'El papá me hace cosquillas en el chochete'. Recordé lo que me habían aconsejado, que dejase que la niña hablara y se explayase como si fuera todo normal. Entonces le pregunte: '¿Y eso?'. Y ella, con el dedo índice, empezó a hacer círculos en su zona íntima mientras me decía: 'Me hace cosquillas y me hago pipí en su mano'".
Desesperada, Noelia durmió a su hija y llamó a su prima para que se quedara con la pequeña mientras ella acudía de inmediato al cuartel para interponer la denuncia. Después, al hospital de Manacor para que exploraran a la niña: "Los médicos me dijeron que había vulvovaginitis, la vagina estaba dilatada y que no tenía himen".
LA LENTITUD DE LAS INVESTIGACIONES
El juez dictaminó entonces que le retiraban las visitas al padre y que si éste quería ver a la niña tendría que ser en un centro tutelado, pero la patria potestad continuaba a medias, algo que la mujer no considera "lógico si una persona abusa de tu hija". No solo eso. La angustia de la progenitora fue en aumento cuando veía que las investigaciones en torno al caso no progresaban: "Nos derivaron al equipo especial de la Guardia Civil, que hizo su informe a finales del pasado mes de septiembre y en él hacían constar los hechos".
Las investigaciones recayeron en manos de los equipos del Equipo de Mujer y Menores (Emume) del Instituto Armado y de la Unidad Terapéutica de Abuso Sexual Infantil (Uvasi) de Baleares, pero parecía que ningún avance se producía. "Les llamé y me dijeron que habían entregado el informe a finales de octubre, pero yo no sé dónde está ese documento. Mientras tanto, a él no lo han detenido, ni siquiera para tomarle declaración, porque en el Juzgado dicen que están a la espera de ese informe".
Para más 'inri', Noelia asegura que su ex pareja comenzó a coaccionarla cuando ella y su hija vivían en Artà. "Él vive en Canyamel, a diez minutos de Artà, donde tiene supermercados y demás, pero prefería venir a un súper pequeño que había debajo de mi casa", recuerda. Fue entonces, el pasado mes de diciembre, cuando su actual compañero sentimental les propuso ir a vivir con él en Lloseta, en diciembre: "Era un sinvivir. Pensé: 'Cuando pasen las fiestas empadronaré a la nena y que vaya a la escuela aquí'".
MÁS DE TRES MESES SIN IR AL COLEGIO
Es otro de los escollos con los que la madre de la pequeña se ha topado por el camino. Al continuar con la custodia compartida, señala que tuvo que pedirle a su ex pareja que firmara los papeles para el empadronamiento de la menor. "A mediados de enero me empadroné en Lloseta y quise empadronar a la niña, pero resulta que no puedo hacerlo sin la firma del padre. Le dije que viniera a firmarlo y, de paso, para que no tuviera que hacer dos viajes, ir al colegio y escolarizarla, pero nada. Incluso presentando las denuncias de que el padre ha abusado sexualmente de ella y con el informe médico no puedo si no es con la firma del padre. Él no ha venido y estamos a principios de marzo".
Mientras tanto, la pequeña lleva tres meses sin ir al colegio. "Lo veo muy injusto. Puede haberme hecho lo que sea pero que se lo haga a mi hija no se lo perdono". Noelia asegura que se ha movilizado "por todo: he ido a menores para ver si ellos podían firmar en lugar del padre, lo pero lo único que me dicen es que como solo tiene cuatro años, la escolarización es obligatoria a partir de los seis. Estoy atada de pies y manos al menos hasta que salga sentencia de lo ocurrido. Es todo muy injusto". La mujer, además, apenas pudo estar quince días empadronada en Lloseta, ya que, al continuar la niña inscrita en Artà y ser menor de edad, su madre tuvo que volver a registrarse en su domicilio anterior.
Aunque su ex pareja no ha vuelto a ver a la niña desde que puso la denuncia por presuntos abusos sexuales -"me dicen que no la entregue y los de Menores me dan todo su apoyo", señala-, el mayor temor de Noelia es que él vuelva a las andadas. "Cuando le solicité su firma al padre, a los dos días se presentó en Binissalem y lo puso en su estado, como si fuese otra coacción. Pero mi mayor miedo es que me quite de en medio y le entreguen la niña a él".
Este lunes, ambos se verán las caras en los Juzgados a raíz de la denuncia que Noelia ha interpuesto contra su ex por negarse a firmar el empadronamiento y la escolarización de la niña, después de que el pasado jueves, cuando estaba fijada la vista, el padre no se personara en dependencias judiciales. "Vivo mi día a día con miedo. Mi vida y la de la niña giran en torno a él y es muy frustrante. No entiendo que tenga que estar así con una persona que me ha maltratado y ha abusado sexualmente de mi hija. Me frustra mucho que la Justicia no haga nada", concluye.
LA VERSIÓN DEL PADRE: "SEPARARME DE NOELIA HA SIDO MI CONDENA Y MI KARMA"
Por su parte, el padre de la niña ha ofrecido su versión acerca de los hechos denunciados por su ex pareja y asegura que sufre una espiral de acoso desde que se separó de ella. Incluso, señala, en declaraciones a Crónica Balear, que es él quien teme por la vida de su hija y por la suya propia al afirmar que "esta persona" -en alusión a la mujer - "no está bien de la cabeza".
"Nos separamos de mutuo acuerdo pero al otro día arma un espectáculo en el hotel en el que yo trabajaba, luego por la tarde me meten preso por supuesto maltrato, cuando jamás me acusaron de maltrato, sino por injurias", recuerda, aseverando que pocas semanas después ella manifestó a la prensa que "yo le pegaba cuando estaba preñada, cosas que no se han demostrado". "No se pueden denunciar unos hechos sin demostrarlos", incide al respecto.
Sobre su relación con la pequeña, el hombre asegura que cuando la niña estaba con él "no quería irse con la madre porque decía que la madre era mala". Y prosigue: "Casi pierdo el trabajo, es un acoso completo desde que comenzó la relación [con Noelia], me tenía el teléfono con control parental como a los niños".
El padre de la menor explica que también se personó en la Guardia Civil para "contar lo que estoy contando ahora, porque ya hace 7 meses que no veo a mi hija y encima se la llevan para Lloseta. La manera más normal de actuar por parte de unos servicios sociales sería hablar con el padre y la madre...", señala.
Ante la situación de "acoso total" que asegura estar atravesando, se lamenta: "¿A mí quien me protege? ¿Quién me pide mi versión? ¿Quién me protege a mí como padre? ¿Hay alguna denuncia que me acuse de abusos sexuales a otros niños? Lógicamente, si una persona abusa de un niño tiene que ir a la cárcel, no puede andar por la calle".
"¿Hay alguna acusación de maltrato por parte de la madre de mi hija mayor?", continúa preguntándose el hombre, quien insiste en que separarse de Noelia y comenzar una relación con otra mujer "ha sido mi condena y mi karma".
Otra de las situaciones de las que afirma haberse visto afectado ha sido una denuncia por impago de la pensión: "Cuando iba a ingresarlo el banco me devolvía el dinero y así durante cinco meses. En diciembre me dicen que tengo una denuncia por impago de pensiones. ¿Cómo le voy a hacer un ingreso si me lo devuelve? Le envié un WhatsApp para decirle que el dinero es para la comida de mi hija, le digo que coja el dinero. ¿Y devuelve los recibos? Para meterme una denuncia y que me metan preso".
"Es acoso, todo acoso, una denuncia tras otra. Por Facebook también, comentarios...", recrimina el padre de la niña, quien se pregunta "quién tendría valor de publicar en Tik Tok que han abusado de su hija con las consecuencias que puede tener para ella... Son cosas muy privadas. Tik Tok lo ve mucha gente. Yo no lo haría por respeto a mi propia hija".
El hombre asevera que aún tiene la custodia de su hija porque "no se han comprobado los hechos de la violación: nadie me ha dicho nada, la madre montó todo el pollo este. He perdido muchos trabajos por esta situación. ¿Quién quiere a un violador o a un maltratador trabajando en su empresa? Tengo una vida y solo por tomar la decisión de separarme de ella me la ha desgraciado".