Un primer año de carrera, truncado por la pandemia

Redacción | 20/02/2021

Aula universitaria vacía. EP.

La pandemia de la COVID-19 ha lastrado la comunicación y la socialización de los alumnos de primer año de carrera, quienes han entrado en la vida universitaria en unas condiciones excepcionales marcadas por los protocolos establecidos para hacer frente al virus.

Las clases online, los exámenes a distancia y las dificultades para hacer nuevos amigos son algunos de los retos a los que se han tenido que enfrentar los jóvenes durante su entrada a la universidad en medio de la pandemia.

En declaraciones, el profesor del grado en Psicología en la Universitat de les Illes Balears (UIB) Jordi Pich ha destacado que se ha dado un trato diferente a los alumnos de 1º de carrera, dado que para ellos la universidad es "un territorio desconocido y nuevo". Por este motivo, en la UIB los alumnos de este curso han combinado las clases online y las presenciales porque, según Pich, el compañerismo y el socializar entre iguales es un aspecto importante en esta etapa.

A pesar de que el rendimiento de los estudiantes de 1º ha sido similar al de otros años, Pich ha explicado que la pandemia ha perjudicado a la dinámica comunicativa de la clase y el uso de la mascarilla ha sido uno de los aspectos que más ha afectado a los alumnos. El profesor ha admitido que le ha costado adaptarse a esta situación, porque no ver el rostro completo de los alumnos dificulta el saber si estos se aburren o si están siguiendo la lección. De acuerdo con Pich, la pandemia "ha quitado el encanto a las clases", que ahora son "discursos interrumpidos por preguntas".

En esta misma línea se ha expresado la jefa de estudios de los grados de Educación del Centro de Enseñanza Superior Alberta Giménez (Cesag), Maria Magdalena Cortès, quien ha señalado que "la distancia social y la mascarilla suponen para el docente barreras a la comunicación y el acto educativo es un acto esencialmente comunicativo". "Como profesora, puedo constatar la dificultad que supone conectar alumnos separados entre sí de ti, de los cuales no distingues con claridad la expresión facial, al mismo tiempo que tus posibilidades de comunicar se ven disminuidas", ha añadido.

PROFESORES DESTACAN LA CAPACIDAD DE ADAPTACIÓN DE LOS ALUMNOS

Por otro lado, la jefa de estudios y profesora en el grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en el Cesag, Virginia López, ha indicado que, pese a tener carencias a nivel social y haberse perdido "gran parte del encanto de la universidad", los alumnos no han tenido dificultades para adaptarse. "Como la vida diaria ha sido realmente extraña estos últimos meses, el tiempo que estaban en la universidad era tiempo de disfrute y de socialización dentro del mantenimiento de las normas establecidas", ha declarado.

Así, ha destacado que "el mayor aprendizaje que se llevarán este año, más allá de los conocimientos propios del grado, es la capacidad de adaptación que han adquirido a lo largo de estos meses". También ha resaltado "la paciencia e incluso la comprensión" de los alumnos, ya que era una situación nueva para todos, "sobre todo para los profesores que tuvieron que cambiar muchas veces su forma de enseñar".

Para Maria Magdalena Cortès, los alumnos de 1º suelen buscar su propio espacio y crear su identidad. Una necesidad que, según ha explicado, se ha mantenido, puesto que "aún con las barreras de la distancia física y la mascarilla se relacionan entre sí y surgen nuevas amistades". "De algún modo la vida sigue y ellos son la prueba de la enorme capacidad de adaptación del ser humano", ha señalado.

Sobre esta cuestión, el profesor Jordi Pich ha asegurado que "se ha echado en falta el factor de solidaridad y de diversión que acompaña a los grupos". "Todos los profesores sentíamos algo de pena porque no hayan disfrutado de la vida universitaria", ha indicado, aunque ha añadido que en "pequeños grupos se ha solucionado".

LA LIBERTAD DEL ADOLESCENTE "LIMITADA" POR LA PANDEMIA

Por su parte, María del Mar Llull, profesional del grupo de psicología educativa del Colegio Oficial de Psicólogos de Baleares (Copib) ha considerado que la libertad que tenía el adolescente en el inicio de esta etapa universitaria se ha visto limitada por la pandemia. "El COVID está generando unos cambios fuera de control, a largo plazo se intentará recompensar a nivel emocional todo lo que se tenia que vivir y no se vivió", ha indicado.

De acuerdo con Llull, la experiencia que están viviendo en la actualidad los jóvenes está siendo bastante diferente a las expectativas que hay sobre el inicio de la etapa universitaria. No obstante, ha resaltado que en el caso de Mallorca, los alumnos sí que han podido hacer clases presenciales o semipresenciales, algo que no ha ocurrido en otros lugares de España.

A nivel académico, Llull ha asegurado que la situación actual ha forzado a que se ponga énfasis en nuevas formas de evaluación como es la elaboración de trabajos a lo largo del curso, en lugar de descargar toda la nota de la asignatura sobre un único examen. "Para mi eso es un paso hacia delante", ha dicho. Además, la psicóloga ha explicado que el hecho de estar tanto en casa ayuda a los jóvenes "a tomar conciencia de la importancia de las responsabilidades", aunque ha advertido que el no tener un soporte presencial crea una distancia tanto con la universidad como con los profesores.

"Yo creo que estas restricciones y esta situación les está generando una capacidad de resiliencia que les lleva a una madurez más temprana de lo que les toca", ha concluido.

HACER AMIGOS CON MEDIDAS DE SEGURIDAD SANITARIAS

En declaraciones, tres alumnas de 1º han narrado la experiencia vivida durante su primer semestre en la universidad. Lidia Rodríguez, estudiante de Turismo en la UIB, ha destacado los obstáculos para hacer amigos en el inicio de la carrera por la necesidad de cumplir con las medidas de seguridad sanitaria, como guardar distancias entre mesas en clase. "Al llegar a clase o tu ibas directamente a una persona a hablar con ella o era imposible que surgiera hacer amistad", ha asegurado.

Además, ha explicado que, debido a la posibilidad de hacer las clases online, muchos alumnos se quedan en casa y hay muy poca gente que va a la facultad. "Ves que la gente tiene un poco de miedo y va más a sacarse la carrera que a ponerse a conocer gente nueva", ha dicho.

En este sentido, Marta Arberola, estudiante de Magisterio en el Cesag, ha señalado que "con la mascarilla y el miedo" pensaba que hacer amigos sería imposible, aunque ha considerado que el hecho de ir a una universidad con instalaciones más pequeñas ha facilitado las cosas. "Al final ha ido bien, con miedos al principio pero al final he conseguido hacerme mi grupo", ha apuntado.

También María Uguet, estudiante de Protocolo y Organización de Eventos en el Cesag, ha asegurado que no ha tenido dificultades para conseguir un grupo de amigos y que tanto ella como sus compañeros esperan que la situación mejore pronto para vivir la vida universitaria de forma plena. "Hemos hablado muchas veces de que es una pena acabar los exámenes y no poder salir o no poder contar el cotilleo de lo que pasó ese fin de semana de fiesta. Eso es una pena, pero esto mejorará y algún día podremos hacerlo", ha concluido.

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