Jaime Lladó (director de Tito's): "La reapertura de BCM y Tito's se convertirá en una noche inolvidable"

Esther Ballesteros | 30/05/2021

Durante 21 años, Jaime Lladó ha capitaneado el templo nocturno por excelencia de Mallorca y una de las discotecas más reconocidas de toda Europa. El anuncio de la venta de Tito's, que a lo largo de sus 98 años de historia ha reinado el Paseo Marítimo de Palma y ha conquistado a las más variadas celebrities internacionales atraídas por sus galas, su decoración vanguardista y su animación, ha causado un impacto sin precedentes tanto entre los asiduos y no tan asiduos a sus fiestas y shows. Pero, lejos de decir adiós a este símbolo de la noche, el considerado buque insignia del grupo Cursach reabrirá sus puertas en Magaluf. Lo hará a la par que autoridades y hoteles trabajan para proyectar una nueva imagen de esta zona de Calvià, alejada de los excesos, las excursiones etílicas y los escándalos sexuales que la lastran desde hace años. En una entrevista concedida a Crónica Balear, Lladó repasa su trayectoria al frente de Tito's, adonde llevó "el espíritu guerrero del Arenal" -donde trabajaba antes de coger las riendas de la discoteca-, y desempolva los momentos más memorables vividos en ella, como la gran expectación que generó en 2017 la visita de Paris Hilton. Infatigable a la hora de poner en marcha nuevas ideas y proyectos, ha puesto ahora toda la carne en el asador para convertir el nuevo BCM y Tito's -compartirán el mismo edificio- en una prioridad para quienes visiten Mallorca pero, también, con la mirada especialmente puesta en el residente -"queremos integrar a la sociedad balear para que se sienta importante y acomodada". Nueva fiestas -más estilosas y visuales-, grandes artistas, presentaciones, congresos... y con el espíritu de Tito's siempre presente. Al fin y al cabo, subraya, "las discotecas son la esencia de quien las lleva y de lo que tú quieres ofrecer y mostrar". En cuanto las restricciones lo permitan, las puertas del complejo se abrirán por todo lo alto. "Será una noche inolvidable", asegura, emocionado.

No debió de ser fácil adoptar la decisión de vender Tito's... ¿Qué fue lo que les llevó a tomarla?

La verdad es que, con la pandemia y las restricciones, el tener un aforo de 800 personas nos limitaba y la nueva reordenación del Paseo Marítimo nos afectaba, porque quitaron carriles de parking. Todos nuestros negocios estaban cerrados, el dueño [en alusión al propietario del grupo Cursach, Bartolomé Cursach] se había embarcado en dos reformas muy grandes como eran la del BCM y la del Megasport y realmente no estábamos ingresando nada. Muchas veces las empresas no tienen líquido, sino activos. Y cuando confías en que vas a abrir la temporada que viene y vas a poder ir pagando tus obligaciones no te preocupas, porque vas a facturar y vas a poder afrontar los gastos. Pero cuando te encuentras con que no tienes ingresos pero sí los mismos gastos de mantenimiento, y además las ayudas no existen, llega un momento en que cualquier empresa tiene problemas económicos y tienes que vender activos. Teníamos varias propiedades a la venta y Tito's, por su ubicación, era la que más demanda podía generar. Tolo [Cursach] vendió Tito's porque fue la primera que en un momento dado le dio la posibilidad de equilibrar sus finanzas.

¿No barajaron ninguna otra alternativa?

Tito's era una empresa de éxito a nivel de beneficios todos los años
, incluso durante los últimos. Se vendió porque no había otra salida. Y es una pena porque a nivel de Mallorca se pierde un símbolo, de los que cada vez quedan menos. Perder un símbolo del Paseo Marítimo con casi 100 años de historia, y no conozco ninguna otra sala con toda esa historia a sus espaldas, y que al final acabe convertida en un bloque de apartamentos de lujo es tremendo desde el punto de vista sentimental. Hay muchos mallorquines que te dicen que no debería haber desaparecido nunca. ¿Pero sabes qué pasa? Que hay veces que las decisiones que puedes tomar no son tantas y el camino que te dejan es ese. No quedó otro remedio.

Se ha vendido el edificio del Paseo Marítimo pero la firma continúa... ¿Cuál es el futuro de Tito's?

Estamos llevándonos algunas cosas de la sala para colocarlas en lo que antiguamente era la sala Millenium [en la planta baja del edificio donde se ubica BCM, también del grupo Cursach], en Magaluf. Se llamará Tito's Calvià Beach. Es una sala muy bonita que va a gustar mucho y que mantendrá el espíritu de lo que era Tito's: la animación, los shows, las acrobacias... También daremos cabida a cenas de empresa, congresos y presentaciones de productos y la pondremos a disposición de promotoras de éxito para organizar fiestas que sean complementarias a las de BCM. También habrá posibilidad de que algunas noches juntemos a dos grandes artistas, uno en la sala de arriba y otro en la de abajo, con entrada única para que el cliente pueda disfrutar de dos ambientes diferenciados. Vamos a cambiar el hábito de BCM: desaparecerán fiestas como las de espuma y las de flúor para dar acogida a otras mucho más estilosas, originales y visuales. Tendremos un equipo de baile profesional, con coreografías... La puesta en escena tanto de BCM como de Tito's va a ser totalmente distinta a lo que era antes. Por supuesto, también desaparecerá la palabra barra libre, la de segundas marcas, y daremos de nuevo cabida al residente. Mantendremos la esencia de una parte de Tito's: las mesas VIP con botellas, la parafernalia de salida de las botellas con animación y bengalas y todo eso que gusta mucho ver. Lo que nos va a permitir tanto BCM como Tito's es traer a artistas de más renombre internacional al contar con un aforo de 5.000 personas, superior al de 840 que tenía Tito's, lo que te permite poder llegar a pagar unos cachés que antes eran inviables.

¿Cómo será ese enfoque al residente?

Hemos hecho distintos espacios tanto arriba como abajo para que el residente se sienta cómodo e integrado, espacios muy preferenciales donde podrán estar agrupados. Sabemos que a los residentes les gusta estar entre ellos. Lo que haremos es lo que hicimos también en Tito's: el residente tendrá muchas noches acceso gratuito y en otras dispondrá un precio bastante más asequible. Al final, de lo que se trata siempre es de valorar lo que tenemos aquí, nuestra gente. El turista te puede venir un día, dos o tres, pero después se vuelve a su país. Es cierto que ese turismo te sirve como reclamo porque se va a hacer 400 fotos. Cuando entré en BCM me encontré con que no había un solo sitio donde poder hacerme una foto y colgarla en Instagram. Sin embargo, ahora mismo te puedes hacer cuarenta o cincuenta en distintos lugares, todos muy bonitos y que de alguna forma te enmarquen en el nuevo BCM. Estoy seguro de que, a partir de ahora, para la gente que venga a Mallorca va a ser prioritario visitar el nuevo BCM y Tito's antes que la Catedral. La Catedral puedes visitarla o no, se puede ver desde fuera, pero quien vea BCM desde el exterior va a querer estar dentro. Es un concepto de "quiero estar ahí, quiero formar parte".

¿Qué será lo que especialmente captará la atracción del público?

Vamos a intentar hacerlo muy bien, a trabajar mucho, a intentar dar muy buen servicio, a integrar a la sociedad balear para que se sienta importante y acomodada dentro de nuestras diferentes zonas. Vamos a intentar que ellos se ubiquen en una de las dos salas para que se sientan bien y cómodos, que sean nuestro reclamo y digan: "Tienes que ir a BCM", "tienes que ir a Tito's". Queremos que el objetivo de todo el que viaje a Mallorca sea hacerse una foto delante del logo o en cualquiera de las zonas decoradas, que son muchísimas. Contamos con dos salas con capacidad para poder meter a muchísima gente, un aforo oficial de 5.000 personas, lo que nos da muchísimo margen: podemos separar las salas como queramos, los espacios, dar ubicación a distintos grupos, un congreso para una presentación, una cena espectáculo al estilo Ibiza. Podemos hacer tantas cosas... También es cierto que necesitas tener mucha gente para que la sala se vea ambientada, porque cuando tienes una sala tan grande no puedes tener 300 personas. Una de las ventajas es que podremos jugar con ello: puedo abrir BCM y al día siguiente cerrarlo para abrir Tito's Calvià Beach con otro concepto para atraer a distinta gente o a la misma pero en otra sala. Será un encaje de bolillos, pero tengo a gente muy profesional conmigo, con muchos años de experiencia, a la que he enseñado a hacer bien su trabajo y quienes ya saben lo que tienen que hacer. Tengo una base, que es la que trabajaba conmigo en Tito's. Vendrán conmigo y eso da tranquilidad. Será mucho más fácil que cuando llegué a Tito's sin nada. Son nuevos retos.

¿Cómo encajará Tito’s en un lugar marcado por los excesos como es Magaluf?

Mi idea es totalmente distinta a lo que era el modelo anterior de la zona. Va muy en la línea de lo que es el nuevo Magaluf y de lo que quiere el alcalde de Calvià. Ellos entienden que los hoteles han hecho unas grandes reformas, que quieren desterrar los balconing, los excesos, esas imágenes tan horrorosas que de alguna forma han posicionado Mallorca como si todo el que viniera fuese un borracho, y no es así. A Mallorca viene mucho público con ganas de pasarlo bien pero dentro de un consumo prudente, normal. Lógicamente, al quitar la barra libre pasaremos a formatos para turistas de 40 ó 50 euros con copa, lo que te impide emborracharte allí y que venga gente con camiseta de tirantes porque no va a poder entrar. Con todo ello se impide una serie de comportamientos que lógicamente no van a suceder. Nosotros, por normativa, tenemos 18 personas de seguridad, con lo cual tenemos todas las zonas muy bien controladas.

¿Barajan una fecha de apertura?

Aún no la hay. Dependerá de cuándo se pueda abrir y con qué restricciones. Si me obligan a ocupar un 50 por ciento del aforo tendré un planteamiento, con un 70 por ciento el planteamiento será completamente distinto. Más que la fecha, lo que más me importa es cómo voy a poder abrir, porque si me das una fecha pero las condiciones que me das a mí no me valen... En cambio, si me dices que podemos abrir tal día pero con restricciones que veo manejables, perfecto, abriré 15 días más tarde pero abriré bien. En cuanto al personal y la puesta en escena aún no nos hemos puesto a trabajar de lleno. El año pasado trabajé muchísimo en invierno para poder inaugurar el nuevo BCM y la pandemia saltó un mes antes de que pudiéramos hacer el opening oficial. Todo ese trabajo, los preparativos, las horas y horas de reuniones quedaron en papel mojado. Me dio un bajón porque no había servido para nada. Todas las ilusiones y las ganas que habíamos puesto, hacer algo único, nuevo, cosas que hasta entonces no se habían visto en Magaluf quedaron en un intento. Ahora seremos más cautos, las circunstancias son distintas y el planteamiento tendrá que ser diferente. Estoy planificando algo que vaya de menos a más, empezar más light para, a medida que se suavicen las medidas y vaya remitiendo la pandemia, llegar al punto que todos deseamos, la ansiada normalidad.

Háblenos del antiguo Tito's... ¿Qué ha aportado la discoteca a lo largo de estas décadas que otras no lo hayan hecho?

Tito's tuvo una primera época de esplendor: se inauguró hace 98 años. Por allí pasaron algunas de las figuras más grandes que han existido a nivel mundial, como Marlene Dietrich. Cuando era un night club estuvo en todo lo alto durante muchísimos años. También antes era al aire libre y para poder acceder tenías que ir con americana y corbata. Si no las llevabas tenías la posibilidad de alquilar la americana y te cedían la corbata. He oído muchas historias de esa época, todo el mundo habla de ella con mucho cariño. Después vino el boom turístico a Mallorca, cuando la isla despertaba el interés no solo nacional sino también internacional. Hace unos 35 años unos empresarios ingleses la reconvirtieron en discoteca, pero creo que solo la tuvieron dos años, sin demasiado éxito. Fue cuando pasó a formar parte del grupo Cursach. En un principio hubo varios directores hasta que llegó mi antecesor, Ramón Gil, que tuvo una época de mucho éxito y otra, la última, no tan exitosa. Acabó entrando en barrena.

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Lladó, junto a la conocida cantante, actriz y modelo italiana Sabrina Salerno.


Y entonces usted cogió las riendas...

Yo trabajaba para Tolo en el Arenal, en una sala exitosa, Paradise. Un día me citó para que me diera un salto a revisar las discotecas que funcionaban en Palma y, finalmente, me pidió que fuese a Tito's. Hacía muchos años que no entraba a pesar de que era de nuestra empresa. Me había criado en el Arenal y mi trabajo no me permitía moverme mucho: soy una persona que desde que llega hasta que se va se centra en su trabajo, y después está el trabajo diario que complementa al de la noche. Era desconocedor de si era buena o mala época para Tito's. El caso es que me llamó la atención que Tolo me dijera que si podía bajar a Palma para ver cómo funcionaba todo. Era octubre y habíamos cerrado la temporada en el Arenal. Hablamos del año 2000. Fui a todas las salas que me pidió. Todas eran muy comerciales y prácticamente en todas había público residente. Era un sábado por la tarde y estaban llenas. Se puede decir que la información que recogí era de salas al completo, con música, ambiente, tipo de gente y edades similares. Antes la gente joven no salía tanto como ahora. Era un público más adulto del que ahora estamos acostumbrados, de entre unos 25 y 50 años. Eran las 15.30 cuando fui a Tito's. Me esperaba algo parecido a las demás, pero no fue así.

¿Cuál fue su impresión?

Recuerdo la sensación única que me produjo subir ese ascensor, desde donde se veía todo el Paseo Marítimo, todas las luces... Era impresionante. Al llegar había unas cortinas que no te dejaban ver el interior y tenías que apartarlas para poder entrar. Toda la noche había sido muy lineal y en Tito's tuve un shock visual y auditivo. Me encontré con una música techno muy estridente y con una sala en la que no habría más de 50 personas. Cuando has estado en tantas discos, todas a reventar, y, de repente, entras en lo que es la reina de los mares y te encuentras con 50 personas, te queda marcado. Recuerdo que estuve allí un rato y, sinceramente, no me sentí a gusto en ningún momento, ni por el tipo de gente ni por la música. Tenían, además, las luces muy bajas, había mucho humo y mucho flash, aquellas luces que mareaban... Permanecí quince minutos y me marché.

¿Cómo le trasladó a Cursach todo lo que había visto?

Al día siguiente había quedado con él en la Playa de Palma. Me preguntó y le pasé la información. Cuando llegamos al tema de Tito's le dije: "Tolo, quizás el disc jokey que había no era el mejor". Es algo que a todos nos ha pasado alguna vez. Pero él me respondió que no era eso, que hacía tiempo que Tito's estaba trabajando mal y seguía una línea comercial equivocada. Se había salido de lo que había sido la línea que la había hecho triunfar. Había cruzado una línea roja. Entonces me dijo: "Mira, Jaime, las cosas no van bien, me gustaría que en invierno fueras para allá e intentaras solventar algo y dar un cambio a esa situación. Si después, por lo que sea, no va bien, te vuelves al Arenal". Yo no tenía experiencia en Palma y la gente decía que iba a durar dos telediarios. Venía de zona de costa, de un ambiente guerrero, turístico, que precisaba de un manejo total de la situación. Tolo quería que diera un cambio a la línea comercial, musical... Para mí era un reto, además de un orgullo enorme, porque Tito's, como decía, era la reina de los mares, en pleno centro del Paseo Marítimo, y después de haber estado en otras discotecas más pequeñas y con otros objetivos iba a pasar a dirigir la número uno... Es cierto que había mucho trabajo por hacer y no era fácil, pero se trataba de poner horas e ilusión y eso fue lo que hice. El dueño me dio permiso para llevar a gente de mi confianza y hacer los cambios que considerase oportunos. Me dio carta blanca para equivocarme. Cuando tienes el apoyo de la propiedad y te dicen eso supone una confianza absoluta. Tolo, realmente, vino a Tito's tres veces, cuatro como mucho, en 21 años. Una de esas veces, acompañado por su mujer, cuando me presenté como director. Siempre he contado con su apoyo.

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El DJ Bob Sinclair y Jaime Lladó, en Tito’s (julio de 2019).


¿De qué forma se fueron materializando los cambios que proyectó en Tito's?

El cambio no se produjo de un día para otro porque tuvimos que empezar desde cero, que es lo peor que hay. Incluso desde menos cero, ya que había gente que había dejado de ir porque le había puesto la cruz al estilo musical. Además, había que hablar con esos clientes, uno por uno, para decirles que habíamos cambiado todo. Tuvimos que dejar varios fines de semana de puertas abiertas por la noche. Les decíamos: "Tú entra, si no te gusta, no tienes por qué tomar nada ni pagar, pero tienes que ver el cambio". Llevé el espíritu guerrero de la Playa de Palma poniendo relaciones públicas, cambié totalmente el estilo musical y de las fiestas. En algunas acerté más y en otras acerté menos, pero es cierto que en cuestión de un año y pico el modelo de discoteca era muy distinto al que nos habíamos encontrado. ¿Qué ocurre? Que era una discoteca antigua que llevaba muchos años sin que se le hubiera cambiado una bombilla, estaba obsoleta y nos costaba aún llegar a un público al que sabíamos que podíamos llegar, pero el planteamiento nos lo impedía como local. Al cabo de varios años vimos que habíamos llegado a un tope y que hiciéramos lo que hiciéramos no creceríamos más. Fue entonces cuando le planteé a Tolo la posibilidad de hacer una reforma grande. Es verdad que no era el momento adecuado porque coincidió con esos años de crisis generalizada que pasamos a nivel de negocios y de país, pero me dijo: "Vamos a hacer primero la planta de abajo y, dependiendo del éxito, veremos el resto". Demostró su confianza en mí porque me dejó hacer todos los cambios que deseé con la experiencia que yo ya tenía de los años anteriores para que funcionase mejor.

¿En qué consistió esa gran reforma?

Se creó la zona VIP detrás de la cabina, que antes no existía, se tiraron algunas barras y se movieron otras, se cambió de ubicación el escenario y se hizo más grande, la decoración fue muchísimo más elegante. Quisimos ir a hacia un mercado un poco más elitista. Para entonces, el tema de las zonas VIP empezaba a sonar en España pero aún no estaban asentadas. Las hicimos a diferentes niveles para que una mesa no tapara a la otra y que desde todos los ángulos se viera el escenario central. Justo coincidía con el DJ detrás. El primer año de la reforma fue un boom espectacular. Empezamos a recibir turistas de todas las zonas de la isla, cambiamos todo lo relacionado con el marketing digital, nuestro Facebook e Instagram, con fotos y detalles bonitos que denotaban ese glamour de la novedad, las botellas, las bengalas, las bailarinas... Le dimos un cambio brutal. Fue la primera piedra de un gran proyecto. De hecho, al segundo año la propiedad dijo que terminara la primera y la segunda planta. Dejamos la discoteca de punta en blanco, niquelada. Incluso la zona VIP se nos quedó pequeña, por lo que hicimos otra complementaria arriba, justo enfrente del escenario. Cada día teníamos una fiesta distinta a la del día anterior. La primera línea se vendía con días de antelación. Entrar en Tito's no era barato pero no podía serlo porque teníamos un aforo determinado. Lógicamente, la gente tenía que entender eso.

Por Tito’s han pasado personalidades de renombre nacional e internacional… ¿Cuáles son los momentos más memorables que conserva especialmente en la memoria?

Hay muchos pero, sobre todo, me quedo con que he conocido a muchísima gente interesante del mundo del deporte, el arte, la televisión, el cine... Cada uno es un mundo. Unos llevan su ego hasta límites insospechados mientras que hay otros que piensas que quizás tendrán ese ego muy subido y cuando los conoces son gente muy terrenal. Te llevas muchas decepciones y sorpresas. Durante estos 21 años he conocido a muchísima gente de fuera con la que sigo manteniendo contacto, sé de ellos y ellos saben de mí y nos escribimos, pero también gente de aquí, de todos los ámbitos, que en el Arenal no conocía y después se han convertido en grandes amigos. Por ejemplo, Agustín el Casta: es una persona entrañable, le tengo un afecto especial por lo que le da a la isla, su profesionalidad, su forma de ser... No me pierdo sus obras. Estuve en el Auditorium para ver su obra de Navidad e incluso tuvo palabras para mí desde el escenario. Esas cosas te motivan, te enorgullecen.

La visita de Paris Hilton causó una expectación sin precedentes... ¿Cómo lo vivió?

Yo jamás he vivido una situación así en la vida. Habíamos cerrado un acuerdo con el manager: nosotros le cedíamos el equipo de animación y, a cambio, ella vendría como invitada al fin de fiesta en la zona VIP de Tito's. Anunciamos que venía porque era un acontecimiento. Vino con una limusina, una Hammer blanca. En la explanada había arremolinadas unas 400 ó 500 personas que esperaban a que saliera del coche. Y cuando asomó fue brutal. Todo nuestro equipo de seguridad y el suyo tuvieron que hacer un cordón para que pudiera pasar por medio y entrar en la discoteca. No solo eso. Recuerdo que cuando estaba dentro llegó un momento en que subió al escenario y la disco se paralizó: nadie se movía, todo eran móviles en la mano, luces, todo el mundo grabando todo lo que ella hacía. No es que ella actuara ni nada. Era su presencia. Fue impresionante el movimiento de masas que generó esa noche... Porque mira que ha pasado gente importante: Kimi Räikkönen, campeón del mundo de Fórmula 1, que pasó bastante desapercibido, Jorge Lorenzo, Cristiano Ronaldo... Cuando vino Cristiano tuvimos que apartarlo y ponerlo en una zona a la que solo podía acceder quien él quería. Todo el mundo lo podía ver pero no todo el mundo podía entrar. Todavía jugaba en el Manchester. Las más jóvenes estaban pendientes de si podían hacerse una foto con él, fue muy amable y dejó pasar a bastante gente mientras hablaba con sus amigos. Estuvo un rato dejándose fotografiar, pero llega un momento en el que la gente no nos damos cuenta de nos volvemos pesados y de que una persona quiere desconectar, está de fiesta y, lógicamente, no puede hacerse fotos con todo el mundo. Lo curioso es que gente con menos caché se las daban de divos y, sin embargo, Paris Hilton estuvo más de 30 minutos de reloj respondiendo en el photo call a las preguntas de los periodistas. También han venido Risto Mejide, Paz Padilla, Cárdenas, el Gran Wyoming, Mario Casas, que estaba triunfando en ese momento, Jamiroquai...

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Una de las visitas más ilustres recibidas en Tito’s, la de Paris Hilton, en la imagen junto a Jaime Lladó.



Mientras Tito’s se encontraba en la cumbre, con sus galas, su animación y con la visita de todas estas personalidades, salió a la luz el caso Cursach. ¿Cree que el procedimiento judicial ensombreció el rumbo de la discoteca?

Sí es verdad que al principio nos afectó más. Quienes me acusaban eran gente que no me conocía y quien me conocía ya sabía que todo aquello era mentira. El que no te conoce te juzga sin conocerte, que es lo peor, pero intentaba que no me afectara porque, como digo, era gente totalmente desconocida para mí. Al final, la opinión que debe importarte es la de la familia y los amigos. Lo demás es algo que tú no puedes controlar. Es cierto que cuando saltó todo eso nos afectó a nivel anímico, nos parecía una injusticia enorme. En un momento dado te quieres encerrar y no tienes ganas de hacer cosas. Te preguntas por qué está pasando todo eso y tu cabeza, en vez de centrarse en el trabajo, se centra en 300.000 cosas que no entiendes. No sabíamos de qué nos teníamos que defender ni de quién. Solo sabíamos que los hechos de los que nos acusaban no habían pasado nunca, que no conocíamos a ninguna de esas personas y que nunca había hablado con ellas y lo podía demostrar con el registro de llamadas, pero al mismo tiempo el juez y el fiscal no querían escuchar mi versión. A ellos no les interesaba, no querían saber la verdad, y esto te crea una gran impotencia. Creo que durante los primeros meses pudo influir no tanto en la gente como en nosotros mismos. Fue una caza de brujas brutal. Pero poco a poco las cosas fueron poniéndose en su sitio, fuimos liberando esa carga emocional que teníamos dentro y empezamos a remontar el vuelo.

Y, ahora, con la mirada puesta en el nuevo proyecto...

BCM es algo tan brutal que, cuando la gente vaya allí, porque hay muchas ganas, y lo vea va a entender mis palabras. Personas que he podido conocer en Tito's y se manejan más por la zona de Portals, Illetas, Port d'Andratx... Cuando se dieron por informadas de que teníamos BCM nuevo y del proyecto que teníamos en marcha ya nos comunicaron que querían asistir al opening. No hemos mostrado el interior porque es algo que queremos mostrar esa noche. Y cuando llegue va a ser inolvidable. Aunque sabemos que no va a ser nunca lo mismo porque el Paseo Marítimo es el Paseo Marítimo, sí que es verdad que vamos a intentar mantener esa magia con las personas, con el servicio, con lo que vamos a ofrecer para que la gente, de alguna forma, recuerde aquellas noches que no van a desaparecer del todo, van a continuar con nosotros. Creo que dentro de lo cabe hemos acertado manteniendo el nombre de Tito’s, aunque sea en otra ubicación. Cuando, una vez hecho el cambio, estuve buscando nombres, los que miraba ya estaban registrados o no resultaban interesantes y cuando en los buscadores buscaba qué marca a nivel nacional podía ser potente, aunque fuese a nivel franquicia, Tito's me salía siempre posicionada de las primeras, y pensé: "A lo mejor la solución la tengo aquí. ¿Para qué tengo que empezar de cero cuando ya tengo una marca construida?". Lo que queremos ahora es posicionar la zona de Magaluf y el Tito's Calvià Beach en lo más alto a nivel de estatus de público. A nosotros nos va bien que la zona se reoxigene y haya un cambio. Lo deseamos. Todo lo que sea contribuir a mejorar la marca Magaluf nos irá bien. Creo que eso enriquecerá nuestro local y la zona y le dará aún más valor al nuevo proyecto. Siempre lo he dicho: las discotecas son la esencia de quien las lleva y de lo que tú quieres ofrecer y mostrar.

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Comentarios

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  • Clubber - 05 de Junio de 2021 a las 13:46
    Seguirá siendo lo mismo, es decir una sala para los extranjeros. En Mallorca hace tiempo que no hay filosofía de club. BCM fué lo mas parecido a un club a finales de los 90 y principios del 2000. Pero esa cultura ya se ha perdido. Los jovenes de ahora no son como los de antes. Punto
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  • - 30 de Mayo de 2021 a las 22:26
    El nuevo Tito's Calvià Beach no tendrá éxito. Por dos motivos, los jóvenes que viven en Calvià prefieren ir un ratito a Mano's y que la entrada sea gratis, gastarse el dinero en una única bebida y jugar al futbolín. No son elitistas. Y segundo, nadie de Palma va a subir hasta Magaluf en coche para ir a una discoteca, por qué las costumbres han cambiado. La gente palmesana prefiere tardeos de cerveza y gintonic al aire libre y cerca. A parte hoy en día, a cambiado mucho el sistema, la gente está más concienciada con el tema alcohol y conducir. Para añadir más texto a mi opinión. Tito's tendría más éxito dónde está el Megasport que en Calvià.
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  • Jaume I resucitat - 30 de Mayo de 2021 a las 13:58
    "...va a ser prioritario visitar el nuevo BCM y Titos antes q la Catedral..." Això ha dit. Bueno, dejando aparte lo que podrían contestar los machacados x la pandemia casi en la ruina "Guías profesionales de Mallorca".... Pues la Catedral le diría a este señor que ella ya lleva 600 años acabada y dándolo todo, cosa q Titos pues ya ves, pisitos de lujo en breve. Creo q podría haberse ahorrado la comparación o usar otro ejemplo.
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