Mallorca inicia su primer censo de tórtolas en la isla

El Consell de Mallorca, a través del Servicio de Caza y Pesca Fluvial, ha iniciado este año los censos de tórtola europea o salvaje (Streptopelia turtur), un procedimiento nunca antes hecho en Mallorca con el fin de calcular y adaptar su conservación iniciada en 2017.

En los últimos meses, la Comisión Europea ha impulsado una paralización temporal de la caza de la especie dentro de Europa al detectar que se encuentra en declive debido a la pérdida de calidad del medio ambiente y al abandono agrícola.

El Consell de Mallorca ha ido tomando medidas desde el 2017 para contribuir a su conservación, que tienen que ver tanto con la regulación de la caza como con medidas ambientales.

De esa forma, el Consejo de Caza ha reducido en los últimos años el número de capturas permitidas de tórtola en Mallorca y, para la temporada 2021-2022, se ha establecido una cuota 0 en la caza de esta especie.

Igualmente, en la línea de los dictámenes de la Comisión Europea, hace una década que el Consell toma medidas ambientales y alimenticias para favorecer la presencia de la especie y para contribuir a su conservación, subvencionando las sociedades de cazadores para que apliquen medidas de gestión agroambientales, realicen siembras y dispongan bebederos en verano.

La Comisión Europea ha instado a los Estados miembros a tomar medidas para favorecer la conservación, y, paralelamente, pide a las administraciones relacionadas con las actividades de caza que obtengan los mejores datos posibles antes de volver autorizar la caza de la especie, datos que se analizan a nivel europeo.

MÉTODOS ADAPTADOS A MALLORCA

Para monitorizar la especie de forma específica, el Servicio de Caza del Consell de Mallorca aplica desde finales del mes de mayo dos tipos de metodologías para censar las poblaciones de tórtola.

Por un lado, el personal técnico aplica una detección visual de la especie con unas rutas ya trazadas que se repetirán anualmente para estimar la densidad de población de tórtola, y así obtener series de datos temporales que reflejen la tendencia de esta especie.

Por otra parte, se establecen estaciones de escucha, separadas entre ellas por un mínimo de 700 metros, en la que se registran auditivamente el número de machos que cantan durante 10 minutos por punto, lo que permiten detectar un mayor número de ejemplares por las características propias de la especie y el territorio que ocupa.