Aparecen carteles en varios edificios de Palma con Armengol vestida de nazi

Los hospitales de Son Espases, General y Son Llàtzer, la Conselleria de Salud y Consum y otros edificios de Palma han amanecido estos días con carteles en los que aparece la presidenta del Govern, Francina Armengol, ataviada con indumentaria nazi junto a alusiones referidas a la política lingüística del Ejecutivo autonómico.

"Menos salvar vidas, más hablar catalán", rezan los distintos carteles cuyo autor distribuyó también, de madrugada, en la Tesorería de la Seguridad Social, en el Ayuntamiento de Palma, en la sede del PSIB y en varias marquesinas de autobús. Su actuación se produce a raíz de la polémica suscitada a raíz del expediente abierto a una doctora de Son Pisà, denunciada por hablar en castellano a una paciente. Un procedimiento que Armengol ha vuelto a defender este martes durante el pleno del Parlament.

Durante su intervención, la líder autonómica ha subrayado que "los ciudadanos de Baleares tienen derechos lingüísticos" y "la Administración tiene el deber de garantizarlos".

Por su parte, el autor de los carteles, aunque cree que "hay que respetar" las distintas lenguas cooficiales del territorio español, considera "vergonzoso" que se dé prioridad al catalán que a la salud. "Es una política que en realidad va destinada a construir país cuando lo que nos importa es que nos curen", asevera el creador de los letreros, quien prefiere mantenerse en el anonimato.

"Somos una nación, que es España", afirma el autor, quien sostiene que la Constitución de 1978 es "bastante ambigua" en este sentido y "se contradice en muchos casos", entre ellos cuando habla, en su artículo 2, de las "nacionalidades que la integran", lo que, en su opinión, ha dado lugar a que a estas autonomías "se les dé la cuerda que se les ha dado".

El diseñador de los carteles recrimina que desde el Govern "se llenen la boca llamarnos fascistas" y de mostrarse "muy globalistas menos cuando se trata de España". "El suyo es un nacionalismo muy barato", sentencia.

Por su parte, fuentes jurídicas consultadas por Crónica Balear consideran que, de tener recorrido judicial, el mensaje contenido en los carteles podría ser constitutivo, entre otros, de delitos de injurias y calumnias.