Una psicóloga explica cómo sobrellevar el confinamiento

Lara González | 21/03/2020

El estado de alarma en el que se encuentra gran parte del mundo y sus respectivas consecuencias pueden repercutir en el estado de ánimo. Estos tiempos de incertidumbre y confinamiento se pueden convertir en un renacer para muchos. "Hay que concentrarse en el presente y cuidarse. Además, somos la medicina de muchos otros, porque si tú te cuidas, estás cuidando al otro, y así todos", explica Júlia Pascual, psicóloga oficial del centro de Terapia Breve Estratégica de Giorgio Nardone. 

Júlia Pascual ha explicado a Crónica Balear algunas de las claves para sobrellevar de una manera positiva el confinamiento. Además, la psicóloga señala que "la gran mayoría de personas siguen en la fase de negación y de rabia sobre el estado en que nos encontramos, debido al coronavirus".

Pregunta: ¿Qué hacer para no transformar el miedo que existe sobre el coronavirus a ansiedad?

Júlia Pascual: Lo primero es evitar la sobreinformación. Estar todo el rato buscando información sobre el coronavirus, con la televisión encendida, puede transformar ese miedo en ansiedad, y después puede que se transforme en pánico. También hay personas que evitan saber lo que está sucediendo, negar lo que está pasando y no querer informase puede acabar en ansiedad.

Es importarse informarse de este tema solo una vez al día, a través de una fuente fiable. No podemos estar todo el tiempo hablando del confinamiento y del coronavirus. Es importante conversar sobre el tema, pero solo en un momento determinado del día y siempre sabiendo qué queremos conseguir durante esa conversación.

Podemos hablar del tema para descargar y transitar una información desagradable, o contactar con alguien que nos puede ayudar a ver esta situación de una forma más positiva. Si no es para conseguir un beneficio, es mejor guardar silencio.

Los psicólogos expertos en ansiedad y en fobias sabemos que los miedos crecen si se habla. Hablar mucho de una cosa que nos produce temor es como un virus. Cada vez que lo hablemos, crecerá más.

P: ¿Cómo sobrellevar los días de quedarse en casa confinados?

J: Un consejo clave es diferenciar entre lunes y viernes y fines de semana. Es importante quitarse el pijama entre semana, sí o sí. Debemos construir un horario donde haya un espacio para vida social, acciones que nos hagan sentir productivos y deporte. Yo considero que la mejor medicina es el deporte diario, al menos de lunes a viernes.

Para sobrellevar esta situación, hay que estar ocupados, no preocupados. Porque es verdad que tenemos que aguantar muchas incertidumbres, pero la clave es estar ocupados y poder estar en lo que estamos haciendo. Estar en el momento presente.

También es importante permitirse estar mal. Nos debemos permitir sentir emociones como el miedo, el dolor, la rabia o impotencia. Son estados de ánimo que debemos pasar, no quedarnos en ellos. Somos humanos, tenemos el derecho de sentirnos impotentes, de llorar o de coger un bajón. Aunque no debes quedarte en eso, es importante para transitar.

Una buena idea es dejar cosas placenteras para los fines de semana, como ver ese maratón de Netflix. Entre semana, debemos marcar unas horas de sueño y realizar tareas de las que nos sintamos orgullosos para, así, ir trabajando la autoestima. Cada día estamos resolviendo el problema de vivir mejor con el confinamiento, pero, a parte, podemos ir a más cuando hayamos aceptado la situación en la que estamos viviendo.

P:  ¿Qué consecuencias puede tener estar varios días sin salir de casa? 

J: Depende de cómo reaccione la persona ante esta situación. Para algunos, el confinamiento puede ser una oportunidad. Podemos mejorar la relación con nosotros mismos,  con los demás y con el mundo. Pero también puede convertirse en una gran desgracia y, por lo tanto, en un fracaso y que empeore la persona.

P: ¿De qué depende?

J: No depende de la persona en sí, sino de lo que hagas frente a esta nueva situación. Hay que concentrarse en el presente, cuidarse. Nos estamos quedando en casa para proteger nuestra salud física. Y además, estamos siendo la medicina de muchos otros. Si tú te cuidas, estás cuidando al otro, y así. Es una oportunidad para cuidar tu salud mental, dependiendo de lo que hagas. Va a ser un momento duro, y vas a sentir tristeza, rabia e impotencia. Debes sentirlo, eres humano y lo que hay que intentar es no quedarse bloqueado. Debes transitar esas emociones que no son tan agradables. 

P: ¿Qué tipo de reacciones podrían ser perjudiciales para el confinamiento?

Una de ellas, es tomarse el confinamiento como vacaciones. Esto puede funcionar los primeros días, pero rápidamente las personas se van a sentir frustradas e impotentes, ya que en unas vacaciones uno puede hacer lo que quiera para buscar placer. En un confinamiento, uno no puede hacer lo que quiera, sino que le están obligando a hacer algo que en principio es placentero que es no trabajar y estar en casa. En el momento en que nos obligan a algo, que en teoría es placentero, se puede llegar a convertir en una tortura. Por lo que el modo “vivo de vacaciones” no es bueno.

Tampoco es positivo dormir todo lo que se pueda y vaguear en el sofá para que pasen estos días lo más rápido posible. En un inicio, puede ser bueno, las personas duermen y  hacen algo que normalmente no se lo podían permitir. Pero esta situación nos puede hacer sentir cada vez más tristes y más apáticos. Esta es una sensación que he visto en muchas personas. Eso es por culpa del exceso del descanso, es una trampa.

El pensamiento de “a ver cuándo puedo salir” no es bueno. Buscar todas las excusas para ir a dar una vuelta,  aunque sea con acciones lícitas, hacen que las personas vivan en un estado de  angustia continuada, ya que no aceptan la situación. Están en lucha. Hay que aceptar que esta es tu realidad y tienes que montar tu vida desde aquí. 

P: ¿Cuál es su percepción sobre el estado de ánimo de la gente?

J: Las personas van a ir cambiando. Genéricamente, se está viviendo un proceso de duelo. Estamos perdiendo muchas cosas, es un duelo de muchas circunstancias. Hemos dejado de ir al trabajo, no tenemos nuestra rutina habitual, nos hemos alejado de muchas personas, etc.

P: ¿Cuáles es la mentalidad que se debe tener ante ese tipo de situaciones?

R: Estamos en una constante transformación. El primer estado del que parten la mayoría de las personas es el estado de negación, pensando que esto del virus no sería algo tan grave. La siguiente etapa es la rabia, sentirnos enfadados, muchos en parte por las medidas de precaución. Sentir impotencia, ya que creemos que es exagerado. Nos sentimos impotentes por las medidas tomadas, es síntoma de estar en la fase de rabia.

Al cabo de unos días, puede llegar el estado de tristeza. Las personas que se permiten el momento de pasarlo mal, ya podrían estar llegando a esta fase, entre la mezcla de rabia y de tristeza.

De esta manera, las personas comenzarán a negociar y a asumir la situación hasta llegar al punto de la aceptación. En la actualidad, la gran mayoría de personas siguen en la fase de negación y de rabia. Llevamos muy pocos días de confinamiento, por lo que solo las personas con mucho bagaje de las emociones pueden estar en la etapa de tristeza.

P: ¿Cómo podremos saber que hemos aceptado la situación?

J: Cuando veamos que pasa un día que estamos confinados y no hemos hablado del coronavirus ni hemos tenido necesidad de informarnos. Esta será una de las señales que podrá indicar que ya estamos, en gran parte, adaptados a esta nueva rutina.

P: ¿Qué perfil es el más vulnerable a la hora de gestionar negativamente esta situación? 

J: Los perfiles más vulnerables son aquellas personas que previamente tenían un problema psicológico. Es decir, las que ya estaban sufriendo antes de la cuarentena. Entonces, al ponerle delante esta situación adversa y estresante, hace que sea el perfil más vulnerable absolutamente de todos. 

P: Para los padres, ¿cómo conciliar estos momentos con los peques en casa? 

J: Es muy importante establecer una rutina con horarios claros y delimitados. Sobre todo, para esos padres que trabajan desde casa. Si no se ponen unos horarios, no se estará bien, ni trabajando ni con los niños. Y hacer las dos cosas a la vez es muy complicado.

Es muy interesante construir el día con objetivos claros con los más pequeños. Ellos aman las rutinas, la planificación y, de esta manera, les ayudamos a ellos y nos ayudamos a nosotros. Los padres con niños en casa van a ver que son un gran antídoto para sobrellevar esta situación. Aunque en un previo puede parecer un constante estrés, en el fondo es una de las claves ya que te va a permitir estar en el presente y estar ocupado.

P: ¿Cuándo pedir ayuda psicológica?

R: Si empiezas a notar que no paras de discutir con quien vives, si empiezas a notar que no paras de llorar, no esperes a que pase más tiempo y pide ayuda. Es una oportunidad que tenemos para sacar la mejor versión de nosotros mismos. Para prevenir, cuando notes cualquier síntoma de sufrimiento. Pide ayuda cuanto antes.

Los sanitarios que no tienen tiempo de pensar si están bien o están mal, ya que solo trabajan y duermen lo justo para volver a salvar vidas, son la población más vulnerable.     El Centro de Terapia Breve de Italia, junto con el centro Giorgio Nardone, estamos elaborando un protocolo para ayudar a estas personas. Los sanitarios no están acostumbrados a este tipo de estrés y deben saber gestionar estas situaciones. Nadie les ha preparado para esto. Estas personas tienen muchos números de desarrollar un trastorno por estrés postraumático.

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