Testimonios y vivencias de varios sanitarios de Palma durante la crisis del coronavirus

Marina J Ramos | 17/05/2020

El coronavirus ha golpeado el país de forma asimétrica: en puntos neurálgicos como Madrid o Cataluña algunos hospitales han colapsado y la presión asistencial se ha visto desbordada. En Baleares el impacto de los contagios ha sido menor, pero, ¿cómo ha afrontado la sanidad de las Islas la pandemia? ¿Cuáles han sido los puntos críticos?

Tras el pico de contagios, Anabel, enfermera en la UCI de un hospital de Palma; Angie y Nina, trabajadoras en residencias de ancianos, y Amparo Ruiz, delegada sindical de USAE, explican cómo se ha vivido la crisis sanitaria en Baleares y cómo afrontan desde estos sectores el inicio de la desescalada.

ANABEL, ENFERMERA EN UCI: "LOS JÓVENES PUEDEN PASARLO MUY MAL"

Anabel es enfermera en la Unidad de Cuidados Intensivos de un hospital privado de Palma. En junio hará un año que terminó la carrera de Enfermería. En apenas unos meses ha pasado de las aulas a tratar con los pacientes más graves de una pandemia mundial.  

“Yo estoy en UCI y estoy con pacientes críticos y he de decir, personalmente, que no me han faltado recursos”, asegura esta enfermera, aunque entiende que en otros sectores de la sanidad no especializados en coronavirus puedan haber faltado equipos de protección individual (EPI). “Al principio sí que no nos llegaron todos los EPI que necesitábamos. Nos pilló con el culo al aire”, apunta.

“Por lo que yo he podido vivir, estos pacientes se desestabilizan muy rápido y tienes que actuar enseguida”, cuenta Anabel. Los pacientes a los que atiende tienen una media de edad de 60 años y la gran mayoría permanecen intubados

Sin embargo, acerca de la incidencia del virus en los jóvenes, Anabel se muestra contundente: “Esto de que solo lo pasa mal la gente mayor es una mentira. Los jóvenes lo podemos coger y podemos acabar intubados y pasarlo fatal. A lo mejor, la mortalidad es baja, pero lo podemos pasar muy mal. Podemos llegar a tener una neumonía catastrófica y acabar con una traqueotomía”.

Uno de los episodios que más ha impactado a Anabel durante la pandemia ha sido durante la traqueotomía de una paciente en la UCI. “Cuando acabamos, la dejamos sedada, pero, aún con los ojos cerrados, le salían las lágrimas. Yo la cogí, le dije que habíamos acabado y le aseguré que íbamos a cuidar muy bien de ella”, recuerda esta enfermera intensivista.

“Me hubiese gustado ir al 8M, pero en ese momento ya vi que era un foco de contagio. Esa semana los sanitarios ya empezamos las medidas de distanciamiento, porque sabíamos lo que venía”, apunta sobre el confinamiento. Y, en cuanto al actual proceso de desescalada, advierte de que hay que mantener la guardia.“Yo voy a estar alerta, al menos hasta junio. Este virus tiene un contagio muy rápido: me quito mal un guante, doy la mano a mi pareja y volvemos a la rueda de antes. Soy de las que piensan que no se debe quitar el estado de alarma hasta que no haya casos”.

“LOS RESIDENTES NO HAN PODIDO SALIR DE SUS HABITACIONES EN DOS MESES”

Nina y Angie trabajan en residencias de ancianos de Palma. Nina lo hace en una privada y Angie, en una pública. Las diferencias en la gestión entre ambos modelos son más que notables. "En estos dos meses hemos limpiado más que nunca. También hemos hecho de psicólogos, podólogos, peluqueros... Debido a las restricciones, estos profesionales no han podido venir a la residencia y les hemos tenido que suplir. Pero el esfuerzo ha merecido la pena. Estamos contentos, porque hemos visto el resultado del esfuerzo: no hemos tenido ningún contagio".

Además, en su residencia, han realizado 3 pruebas PCR a todos los residentes y trabajadores y una prueba de ADN para detectar si alguno tenía o había pasado el virus. Además, cada día se toma la temperatura y se completa un cuestionario sintomatológico tres veces a cada residente. Ninguno de ellos ha podido salir de sus habitaciones en estos dos meses por precaución hasta hace dos días. Ahora han empezado su propia desescalada y los residentes han podido salir a dar un breve recorrido fuera de sus habitaciones.

"Desde hace pocos días también aceptamos visitas. Tenemos un porche con una mampara. Allí los residentes se ven con sus familiares, uno a cada lado, sin ningún tipo de contacto físico", cuenta Nina, que asegura que, debido a la falta de contacto con sus familiares, algunos mayores han entrado en depresión.

Por su parte, Angie narra experiencias distintas en la residencia pública: "Si hubiéramos tenido un caso positivo en mi residencia, hubiera sido una escabechina. El material de protección nos ha llegado al final: mascarillas, guantes, desinfectantes… cuando teníamos un caso sospechoso no teníamos cómo hacerle frente". También tiene una percepción distinta sobre las pruebas a residentes y trabajadores: "Aquí solo nos han hecho una PCR y el IMAS dice que todas las pruebas que se han hecho en todas sus residencias han dado negativo. No me creo nada", sentencia Angie.

En la residencia donde trabaja los residentes pueden desde hace unos días recibir visitas de sus familiares. Han habilitado la iglesia de la residencia. Allí han puesto una mampara para evitar el contacto físico. "Los residentes dependientes no se han enterado mucho de la situación, pero los válidos lo han llegado a pasar muy mal, pensaban que les habían abandonado", cuenta Angie.

LOS TÉCNICOS DE EMERGENCIAS DE LAS AMBULANCIAS: "SOMOS LOS QUE ESTAMOS MÁS VENDIDOS"

Amparo Ruiz es delegada sindical del Sindicato de Técnicos de Enfermería (USAE) y recalca la importancia de los técnicos del 061 durante la crisis sanitaria: “Somos los primeros en entrar en contacto con el paciente”. Sin embargo, apunta a varios fallos en la gestión en Baleares: falta de EPIs, de protocolos y de pruebas a los técnicos de las ambulancias.

“Ahora hay ambulancias dedicadas solo al traslado de pacientes con coronavirus. A las ambulancias normales nos pasan los servicios desde la central. Tanto nos pueden pasar el traslado de un caso sospechoso de Covid-19 como una patología normal. Nuestra mayor queja es que estamos yendo a servicios que nos pasan como patologías comunes, como fracturas de cadera o lumbalgias  y después dan positivo en coronavirus. Y nadie nos informa si hemos estado en contacto con un paciente contagiado. Somos los que estamos más vendidos. Los técnicos de las ambulancias de Covid saben a lo que van, pero nosotros vamos a ciegas”, señala Ruiz.

“Siempre tienes ese miedo de asistir a este tipo de servicios, porque es una situación de estrés continua: no sabes lo que te vas a encontrar y siempre tienes la sospecha de que sea un caso de Covid-19. Anímicamente es algo que castiga, es una situación que nos desborda a todos”.

La delegada sindical de USAE hace hincapié en que uno de los mayores errores ha sido no avisar a los técnicos de las ambulancias cuando han estado en contacto con un Covid. “Si no haces el seguimiento desde el minuto uno en que un paciente da positivo en coronavirus y se empieza a hacer la rueda de avisos, esto no puede parar nunca”. 

Otro de los fallos en la gestión de la crisis sanitaria en Baleares que apunta ha sido la falta de protección de los técnicos de ambulancias que se dedican a traslados programados. “Son los que trasladan a gente que va a rehabilitación, diálisis, oncología… Son pacientes inmunodeprimidos, pertenecen a grupos de riesgo”. 

Esta falta de material de protección de los técnicos de traslados programados, al final, perjudica al propio paciente: si uno de los técnicos se contagia y no cuenta con los EPI necesarios, puede transmitir el virus a los pacientes con mayores riesgos.

Amparo concluye que la sanidad de las Islas se ha visto desbordada y apunta a una falta de medidas adecuadas desde el principio. “Cuando se registraron los dos primeros casos de coronavirus en Baleares, en la mesa sectorial nos decían que esto no podía ir más allá y que estaba controlado. Pero todos veíamos que eso era el principio de algo grande”.

“Ahora lo más importante es que hagan pruebas a los técnicos de emergencias de las ambulancias para saber quién está contagiado y quién no y tomar las medidas adecuadas”, propone.

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