Pericay (C's): "Lo más privado de un estado son los ciudadanos"

Redacción | 18/12/2016

Xavier Pericay es la cabeza y la cara de Ciudadanos en Baleares. Después de navidades y según lo inicialmente previsto, en las próximas semanas compartirá grupo parlamentario con la presidenta del Parlament, Xelo Huertas. Pericay habla pausado y apunta matices en la mayoría de sus respuestas. 

¿Ciudadanos es la marca blanca del PP?

Es curioso, eso lo dijeron mucho en campaña electoral, algunos medios se dedicaron a ratificarlo y ahora hace tiempo que no lo dicen. Evidentemente no somos ninguna marca blanca de nadie. Nosotros tenemos electores de centro derecha pero también de centro izquierda y nadie nos llama marca blanca del PSOE. En cambio tenemos una expectativa de crecimiento en el centro que seguramente es mayor hacia la izquierda porque en el centro derecha es donde estamos un poco más asentados. Un partido con una pata social y otra liberal, esencialmente pragmáticos de acuerdo con el sentido común. Por poner un ejemplo, no somos un partido que deroga sino que reforma y eso significa un sentido de la realidad. Cualquier reforma, lo decía Chesterton, parte de una forma y actúa sobre un referente claro.

¿Son un partido chaquetero?

Cuando me dicen eso digo que en el fondo esa interpretación es heredera de la costumbre del bipartidismo, de ver nuestra realidad política como si solo pudiera tener dos colores. No es casualidad que de las 150 medidas que ahora tenemos con el PP como acuerdos le legislatura 100 de ellas sean comunes con el PSOE. Y eso no significa ser chaquetero sino que somos un partido centrado capaces de llegar a acuerdos. Tener sentido práctico es ser capaz de pactar. En este momento, fíjese, estamos en una legislatura de pactos en Madrid...

Y aquí

Bueno, aquí, sí, pero aquí es una historia tan rara...Luego hablamos de lo que ocurre aquí. (Risas). En una legislatura de pactos en Madrid el PSOE está acordando cosas con el PP que no había acordado en años. Nosotros también hemos facilitado que pudiera haber un gobierno después de un año sin él pero el PSOE no ha tenido más remedio que subirse al carro porque no podía mantenerse en ese bloqueo permanente. Somos un partido responsable que antepone la necesidad de construir a cualquier prejuicio ideológico que puedas tener.

¿Entonces también podrían construir con PODEMOS?

Nacimos de una misma problemática, el descrédito de los partidos clásicos, la corrupción y la necesidad de regeneración. Y en eso nos parecemos. Pero para mí hay una diferencia fundamental, nosotros queremos reformar el Estado de las autonomías y PODEMOS lo que quiere es cambiarlo. Es un partido con una base ideológica revolucionaria y lo revolucionario generalmente es subversivo en el sentido recto de la palabra. Un partido que niega el orden constituido, no acepta la Constitución, igual que los nacionalismos, con una base populista y otra negadora de la realidad comúnmente aceptada en este país. Todo se puede cambiar, depende del acuerdo de los españoles sobre una determinada cuestión. Los nacionalismos y PODEMOS no aceptan esto. Nosotros también tenemos propuestas de reforma de la Constitución, no nos da ningún miedo hacerlo, pero cualquier cambio pasa primero por aceptarla.

PODEMOS y los nacionalismos están dentro del sistema y eso implica aceptarlo

Yo diría que utilizan el sistema no que lo aceptan. La impresión que tengo es que lo quieren destruir, quieren otro sistema que sea mucho menos representativo y a priori más asambleario y un sistema mucho más estatalizado, más totalitario. Es nuestra impresión y siempre lucharemos contra eso.

¿Pactarían con PODEMOS?

Electoralmente nunca. Sí cosas concretas, un pacto anticorrupción, la eliminación de los aforamientos, todo aquello que tenga que ver con la regeneración democrática y con alguna cuestión social. Pero nunca vamos a pactar las subidas de impuestos que pretende PODEMOS, esa absoluta barbaridad que está en su programa. No vamos a pactar medidas que nieguen esa capacidad del ciudadano de seguir siendo dueño de sus decisiones. PODEMOS quiere interpretar la voluntad de los ciudadanos y decidir por ellos. Nosotros somos el partido que más defiende a los autónomos porque creemos que las clases medias son lo que une y los autónomos en este país pagan lo que no paga nadie. Yo también he sido autónomo, lo conozco perfectamente, tenemos unas cuotas bárbaras fijas que no dependen de los ingresos. Es un absurdo. Tampoco hay facilidades para crear empresas, que es elemental en un estado liberal, favorecer la libre iniciativa de cada ciudadano. PODEMOS es un partido que detrás de la palabra privado ya ve al demonio. Y lo más privado que hay en un estado es el ciudadano y su propia libertad, es lo que más hay que respetar. El individuo es lo que más se opone al colectivo como elemento decisorio. Eso es un modo de pensar totalitario que lleva a un régimen que no es democrático.

¿La defensa del individuo como dueño de su propia vida puede incurrir en un egoísmo en lo social, como conjunto?

¿Por qué? Nosotros no negamos la existencia del Estado redistribuidor, al contrario. Somos muy republicanos como partido, no porque lo seamos en la opción. En eso creo que somos accidentalistas entre monarquía o república porque tenemos una monarquía que funciona, así que mejor no tocarla. Pero somos republicanos porque precisamente somos hijos de la Ilustración y creemos en la nación de ciudadanos, en la que se construye sobre la base de la libre voluntad de ellos. Y así es como está construida España en este momento, con una Constitución que lo ha permitido y que da soberanía al conjunto del pueblo español. Pero a partir de ahí el hecho de que cada individuo pueda decidir no veo que vaya en contra de lo social.

¿Estarían a favor de un referéndum en el que cada individuo pudiera elegir?

Hay un marco legal y la Constitución prevé unos mecanismos. Las decisiones que se puedan tomar en cualquier ámbito siempre tienen que ser acordadas con el conjunto de los que forman el estado español, hablando en términos de ciudadanía. Si éstos deciden que hay que hacer un referéndum sobre lo que sea no hay ningún problema pero tampoco se puede abusar, lo estamos viendo cuando ocurre a veces cuando se convocan, como en Italia o Inglaterra.

¿Si fuese legal hacer el referéndum en Cataluña lo apoyarían?

Para empezar no podemos concebir que este referéndum sea legal porque es aceptar que lo que ocurra en una parte de España lo decida solo esa parte y no el conjunto. España es un todo, si aceptamos el referéndum solo en una parte del territorio quiere decir que aceptamos que nuestra Constitución y el Estado tal como lo conocemos ya no sirven.

¿Qué cambiaría de la Constitución?

Las competencias de las comunidades autónomas, la ampliación de determinados derechos sociales, o algunas instituciones, como el Senado, que no sirve para nada. Allí están Antich, Bauzá, Montilla, todos los ex presidentes autonómicos que van a cobrar. Igual que en Europa, otro destino. Seamos prácticos, el Senado podría ser una cámara territorial pero basta con una Conferencia de presidentes autonómicos. El Senado tenía una vocación de cámara territorial que tampoco ha cumplido. Es un pastón que se podría dedicar a políticas sociales, de vivienda, energéticas y de todo orden. Con las diputaciones decimos tres cuartos de lo mismo.

¿Suprimiría el Consell de Mallorca?

Baleares y Canarias es distinto por la cuestión territorial insular. Como mínimo en Formentera, Ibiza y Menorca sí parece útil y necesaria una institución supramunicipal. En Mallorca es distinto, tenemos un Consell que se dedica básicamente a lo simbólico y siempre yendo hacia lo mismo, al pancatalanismo. Es verdad que en Servicios sociales tiene competencias, pero en lo cultural realmente son cuestiones como el cambio de fecha de la Diada. Es la sensación que hemos tenido en muchas diputaciones de España, que no saben qué hacer con el dinero. Una gran estructura con muchísima gente a sueldo. Es perfecto para los partidos políticos porque si tienen a alguien que ya no les conviene lo colocan ahí. Así ha funcionado siempre la política. Para nuestra desgracia vemos que un partido como PODEMOS también va colocando a los suyos.

¿Se les va a atragantar compartir grupo con la futura ex presidenta del Parlament?

A nosotros no se nos atraganta nada. Pero es un problema porque en este momento somos dos colores políticos, Ciudadanos y Gent per Formentera. Eso quiere decir que en los plenos repartimos el tiempo entre dos las intervenciones y ahora habrá que dividirlo entre tres, lo cual es imposible. Las intervenciones son generalmente de diez minutos y el reglamento dice que cada una tiene que durar un mínimo de cinco minutos. Si divides 10 entre 3 da un mínimo de 3, con lo que en cada pleno, en el supuesto de que las dos diputadas (Huertas y Seijas) tengan el mismo color, estarán allí como diputadas no adscritas. Hay miles de ejemplos, está también el problema del espacio, nosotros no podemos compartir despachos.

¿Por qué no?

Por una razón muy sencilla: no cabemos. Tenemos los despachos que corresponden a lo asesores que tenemos y a los dos diputados que somos en Ciudadanos y en el caso de Sílvia Tur, que tiene el suyo. PODEMOS pasaría de diez a ocho diputados y tendría que perder determinados atributos como despachos, financiación, asesores o presencia en comisiones. Ahora habrá que replantear todo de cabo a cabo. Por ejemplo, en el caso de las comisiones se estableció que fueran de trece miembros y siempre hay una mayoría de siete que corresponde a los tres partidos que gobiernan. Si ahora PODEMOS pasa a tener 8 pierde un miembro pero lo gana el PP por la regla de Hont. Lo que va a ocurrir es que los partidos del Pacto van a decir ahora que no están de acuerdo con lo que ellos mismos aprobaron al principio. Como es natural no van a arriesgarse a perder las votaciones en las comisiones. Habrá que replantearlo todo.

Pero tendrán que ponerse de acuerdo...

Claro que sí. El Grupo Mixto tiene una característica incómoda, no es mono color y tienes que estar permanentemente de acuerdo. Con la diputada de Formentera lo hemos llevado bien pero ahora será mucho más complejo y por eso vamos a intentar tener más presencia, como poder hacer una pregunta más en los plenos. Dependerá de lo que los grupos mayoritarios decidan.

¿Por qué se metió en política?

Soy filólogo, me he dedicado sobre todo a escribir, a traducir. He sido gestor cultural en el ayuntamiento de Barcelona y también he sido autónomo, profesor universitario en Periodismo en Cataluña y aquí. Ahora me dedico a la política porque soy fundador de Ciudadanos y aunque cuando lo fundé me volví a casa porque consideraba que en todo caso me dedicaría a la política desde el punto de vista intelectual. Aquí llegó un momento en el que la dirección del partido me pidió que diera el paso, se acercaban unas autonómicas y municipales y acabé encabezando la lista al Parlament, al principio sin quererlo y después resignándome un poco a hacerlo.

Lo dice como si se hubiera visto obligado

No, pero los que no somos políticos vocacionales como yo, todos acabamos en política un poco obligados por las circunstancias, lo que no quiere decir que no esté a gusto. Aunque me ha gustado siempre mucho la política lo mío es otra cosa. Yo no soy una persona de acción y para ser político hay que serlo.

¿Cómo es eso de ser un intelectual y chocar con la realidad?

Los intelectuales chocamos con la realidad siempre, si no no ejerceríamos una función de intelectuales. El pacto y la necesidad de llegar a acuerdos te enseña a ceder. En este año y medio he aprendido un montón porque desde fuera nunca sabes cómo funcionan las instituciones ni cómo son. Y también he aprendido mucho en todas las áreas porque al ser dos diputados hemos tenido que saber de todo y cada uno tiene la formación que tiene. Olga Ballester (la otra diputada de Ciudadanos) es bióloga y conoce bien los temas de Medio Ambiente y el mundo de la Educación, era profesora. Yo vengo de las Humanidades en general pero para mí el mundo económico ha sido completamente nuevo. A Olga y a mí nos dan envidia los demás grupos, que tienen gente especializada en cada ámbito. Nosotros somos un poco chicos para todo, pero ahí estamos.

Es usted un foraster que habla en español. Lo tiene todo...

Yo no soy un foraster, yo soy un catalán y eso es una categoría en Mallorca. Aquí están los catalanes, los madrileños, los forasters y los extranjeros. Bromas aparte estoy felizmente casado con una mallorquina desde hace muchos años.

¿Y en casa en qué hablan?

Mi mujer habla más mallorquín. Con mis hijos depende de los usos, pero lo mezclamos un poco todo. Y castellano también. Siempre he hablado en catalán y en castellano. Viví en Cataluña hasta el año 2003 y toda mi experiencia de relación con la gente ha sido bilingüe, de uno hablando en catalán y el otro contestando en castellano. Siempre ha sido así.

¿Por qué los nacionalistas les acusan a ustedes de ir contra la lengua?

Porque es lo más simple y lo más fácil para ellos. Es ahí donde tienen puestos los bordes de su territorio. Hemos convertido la bandera en un elemento simbólico de Baleares y desgraciadamente muy poco práctico. La gente se mueve en un plano sentimental, a mí me acusan de no querer al catalán y soy filólogo catalán. Escribo en catalán pero yo quiero por igual al castellano. Mi cultura está en los dos lados. Les molesta que alguien pueda defender con normalidad una sociedad bilingüe y que sea visible en las instituciones y en todo lo vinculado con la Administración, como medios de comunicación públicos y sobre todo escuelas. Es ahí donde tienen su lobby montado.

¿Han debatido sobre el protagonismo de Rivera?

Es verdad que el partido está muy centrado en la figura de Albert Rivera por razones que no son voluntad del propio partido. Pero a partir del momento en el que Rivera se ha convertido en un icono el partido lo ha utilizado, es cierto. Al final el partido tiene que tener la mejor estrategia de marketing para vender la marca Ciudadanos. Y la mejor, sin duda, es la figura de Albert Rivera. Es un partido muy joven y todos los políticos tienen que aparecer y darse a conocer. Tendremos un congreso y espero que se presenten más candidatos que él, es bueno que los haya porque facilita el debate de ideas y en una candidatura única al final la confrontación de puntos de vista diferentes es mucho más difícil.

¿Se desnudaría como Rivera en aquella campaña electoral?

Pues no y además harían un flaco favor a quienes vieran el póster electoral.

¿Perdería votos si posase desnudo?

Pues es probable que sí, nunca me lo he planteado porque afortunadamente he llegado a la política en una edad bastante avanzada. Fíjese usted que Albert Rivera hizo eso y curiosamente a raíz de aquello pudimos entrar en el parlamento de Cataluña. Fue así. Ningún medio de comunicación nos hacía caso y a veces hay que hacer lo imposible en sociedades donde los medios, en el caso catalán, están casi todos al servicio, paniaguados con respecto a la Administración. En ese momento la única cosa que se nos ocurrió en noviembre de 2006 fue llamar la atención de esa manera. Y logramos entrar. Mereció la pena.

¿Hay que cerrar las televisiones autonómicas?

Las televisiones públicas tienen un gravísimo problema empezando por Televisión Española, son carísimas, tienen una audiencia bajísima, compiten con dinero público con las privadas y desde ahí son un mal ejemplo. Las televisiones autonómicas tendrían que tener un formato mucho más reducido, estrictamente de servicio público informativo y ser asumible por los Presupuestos. Pero lo que tampoco podemos hacer es que no tengan el mínimo para que puedan funcionar. Lo que no tiene sentido, creo yo, en el caso de IB3, es bajar más el presupuesto porque entonces ya ni siquiera hay posibilidades de unos medios informativos mínimos. O tenemos eso o no tenemos nada.

¿Es sucia la política?

Bastante. Hay mucha doblez, mucho infundio, mucha guerra intestina. Y la hay mucho más en los partidos que entre los partidos. A veces el fuego amigo es lo peor. Todo lo que generalmente sale en os medios y que afecta a un partido curiosamente no lo ha sacado otro partido, sino alguien del propio partido. Esto lo saben perfectamente los periodistas porque si no no podrían trabajar. Los que también lo hemos sido lo sabemos. La política es sucia pero también conoces a gente estupenda, de tu partido y de otros.

¿Con qué políticos de otro partido se ha ido a cenar fuera del ámbito puramente político?

Me resulta difícil porque todavía no he cenado con ninguno, no ha habido ocasión, pero ningún problema. Todavía no he ido a comer con Huertas, por ejemplo. Iré encantado con Xelo o con cualquier miembro de este parlamento.

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