La principal diferencia entre la reina Letizia y la princesa Leonor, desvelada por una experta en protocolo
El hecho de que la reina consorte abandonara su lugar en el Día de la Hispanidad para resguardarse de la lluvia ha sido objeto de críticas
Penélope O. Álvarez | 22/10/2024
En medio de la expectación que genera cada año, la semana de los Premios Princesa de Asturias se convierte en el escenario perfecto para que todos los ojos estén puestos en la joven heredera al trono, la princesa Leonor, quien este año celebra su sexta intervención ante el público. Con el evento marcando el décimo aniversario de los galardones, la figura de Leonor brilla con más fuerza que nunca, dejando atrás las inseguridades de sus primeras apariciones.
EL CENTRO DE ATENCIÓN: LA PRINCESA LEONOR
A medida que Leonor se acerca a su mayoría de edad, su papel como representante de la Corona española se torna más significativo. María José Gómez Verdú, experta en protocolo y etiqueta, explica para la revista 'Lecturas': "El papel de la princesa Leonor como heredera al trono de España se puede definir desde el punto de vista del protocolo como una función en constante evolución, en la que se combina su formación institucional con sus responsabilidades progresivas dentro de la monarquía. Leonor, al ostentar el título de Princesa de Asturias, simboliza el futuro de la monarquía española y su rol está profundamente ligado a las normas protocolarias que rigen su preparación y su aparición pública".
"Desde una perspectiva protocolaria, el papel de la Princesa Leonor se centra en la representación del Estado y de la Corona, aunque de forma gradual y acorde a su edad. Como heredera, su presencia en actos públicos es cuidadosamente planificada para familiarizarla con las instituciones del país y con su futura responsabilidad. Ejemplos de este rol incluyen sus participaciones en eventos como la entrega de los Premios Princesa de Asturias o actos oficiales de especial relevancia", concluye.
Sin embargo, la semana no solo ha sido sobre la evolución de Leonor. La figura de la Reina Letizia siempre está bajo el escrutinio público. Su decisión de abandonar su lugar en la tribuna real durante el reciente Día de la Hispanidad para resguardarse de la lluvia ha sido objeto de críticas. Según la experta, esta acción puede interpretarse como un desliz protocolario: "Ver como una reina se retira de su lugar, dejando al Rey y a la Princesa solos ante una situación que no era agradable ni para ella ni para todos los militares y autoridades, así como ciudadanos españoles, periodistas que estaban allí viendo el desfile... Su rol como Reina es la de soportar la corona y ello significa, en este caso, al ser reina consorte, estar al lado del Rey y el haber soportado estoicamente esta situación lluviosa. Lo que hubiese transmitido una imagen de unión y fuerza ante el pueblo español", asegura.
"No olvidemos que Letizia entró a formar parte de la monarquía con 32 años, cuando contrajo matrimonio con el entonces príncipe Felipe. Con esto quiero decir que hasta ese momento no había estado sometida a los protocolos, estricta formación y deberes que desde pequeños asumen los niños que pertenecen a las casas reales. La reina Letizia tenía su vida, su formación, trabajo y por supuesto, su carácter y sus manías difíciles de pulir en una mujer con una personalidad ya formada", ha querido aclarar María José Gómez Verdú.
La presión que enfrenta Letizia en cada evento, donde su hija es la protagonista, es palpable. "En estos actos donde vemos madre hija se puede observar siempre una cierta tensión de la reina Letizia, aparece su lado de madre protectora, sigue el discurso de la hija y sus movimientos con atención, en estos casos la perfección es importante, ya que Leonor representa el futuro de la corona de España", añade Gómez Verdú.
El análisis de Gómez Verdú pone de relieve las diferencias clave entre madre e hija. Mientras que Letizia tiene un papel más representativo y de apoyo al Rey, Leonor, como futura monarca, tiene un protagonismo que subraya su papel en la Corona. Esta dinámica no solo crea un espacio de aprendizaje para Leonor, sino que también expone las tensiones inherentes a su situación: "Sin embargo, a Leonor se le ve cada vez más suelta, cometiendo aún fallos lógicos debido a su juventud de protocolo, muchas veces corregidos por una sola mirada de su padre. Pero a pesar de ello, se desenvuelve cada vez con más seguridad".
La adaptación de Letizia al protocolo real ha sido un proceso complejo, dado que se unió a la familia real en 2004 con una vida y carrera ya establecidas. "La reina Letizia desempeña muy bien su rol de reina consorte apoyando muchas causas, desempeña un papel clave como consorte del rey Felipe VI, apoyando su labor institucional. Es cierto que a veces patina en algunos protocolos y también ha aprendido a marchas forzadas a seguir y respetar muchos de ellos, simplemente quiero decir que no es fácil ser reina si antes no ha sido princesa".