Un exjefe de la Policía Local denuncia amenazas de Subirán: "Soy un perro de presa y no suelto hasta que he acabado"
Todos los acusados se han desentendido del envío de un correo electrónico con las preguntas de uno de los exámenes
Redacción | 22/02/2024

La antigua cúpula de la Policía Local de Palma ha negado este jueves, en el juicio del caso Exámenes, haber filtrado las preguntas de una oposición para favorecer a determinados agentes, dentro de una pieza que se sitúa en el origen de la macrocausa conocida como caso Cursach.
En su declaración en la Audiencia Provincial, todos los acusados se han desentendido del envío de un correo electrónico con las preguntas de uno de los exámenes, días antes de la prueba. La Fiscalía pide condenas de un año y medio de cárcel e inhabilitación de hasta 12 años para el ejercicio de cargos públicos, por delitos de revelación de secretos, prevaricación y omisión del deber de perseguir delitos.
Aquel correo se envió desde la dirección del que fuera director general de Seguridad Ciudadana de Cort en 2012, Enrique C, a un policía interino, Daniel M. El archivo contenía siete de las diez preguntas, las que habían elaborado el intendente, Antonio V, y el comisario Rafael E.
Supuestamente le entregaron las preguntas para que las remitiera a otros dos agentes, que solamente llegaron a recibir puntuación por aquellas preguntas. Según las tesis de Fiscalía, el plan era que cuando ascendieran a oficiales, facilitarían que el agente interino obtuviera una plaza fija.
Sin embargo, Daniel llevó el correo a un notario para que el envío quedara plasmado en un acta notarial, que acabó en manos de la Guardia Civil. En el juicio, el exdirector general ha rechazado que fuera él quien personalmente remitió las preguntas, pero ha admitido que no puede justificar por qué se enviaron esos archivos desde su correo personal: "No lo puedo explicar, porque no lo sé".
Seguidamente, Enrique ha lanzado la posibilidad de que su dirección fuera suplantada gracias a una vulnerabilidad informática del cuartel.
En concreto, ha sostenido que, con posterioridad a su dimisión, se enteró "de todos los problemas que hay informáticamente" en el Ayuntamiento, y que los técnicos municipales le indicaron que "desde el cuartel se podía remitir un correo electrónico desde cualquier terminal con cualquier remitente", incluso uno ajeno al servidor municipal. "Se podría hacer desde la Casa Real o desde la NASA", ha ejemplificado, insistiendo en que nunca vio ese correo.
Igualmente, Enrique ha negado que fuera él quien decidiera la composición del tribunal. Según su versión, "pasó" los nombres de Antonio y Rafael como propuesta porque acababa de llegar al Ayuntamiento y fue informado de que "siempre se hacía lo mismo, el jefe y el segundo".
En esta línea, ha sostenido que acababa de conocerlos y que tampoco conocía al resto de policías, salvo a uno de los investigados, que era amigo suyo --pero ha negado que maniobrara para favorecerle--. También ha declarado que cada mañana "tenía que esperar a que abrieran los policías" su despacho y se quedaba "todo el día abierto".
ELABORACIÓN DEL CUESTIONARIO
El exintendente Antonio y el comisario Rafael también se han desmarcado del envío de las preguntas.
Antonio ha lanzado que si hubiera querido beneficiar a algún agente, no le hubiera enviado un cuestionario incompleto. El fiscal cree que fue porque en la fecha le faltaban tres preguntas que dependían de un tercer oficial, no acusado, que tardó un poco más en terminarlas. El exintendente, por su parte, ha insistido en que tenía todas las preguntas "antes del examen".
En cualquier caso, Antonio ha dicho no entender por qué se filtraron solamente sus preguntas y las de Rafael. "Le estoy dando vueltas desde hace prácticamente 11 años", ha comentado, sin comprender "ni cómo se pueden enviar las preguntas, ni cómo un agente puede ir a una notaría a dar cuenta de que ha cometido un hecho delictivo".
El exintendente también ha recalcado que es vecino de otro de los policías incriminados: "Si yo hubiese querido filtrar las preguntas al señor Tomás M, no tenía más que imprimir las 10 preguntas, bajar tres pisos y entregárselas en un papel".
Se da la circunstancia de que Antonio rectificó una de las preguntas que había incluido Rafael, y en el examen apareció la versión modificada, exigiendo más desarrollo que la original que se filtró. Fue precisamente Tomás quien levantó la mano durante la prueba para preguntar si tenía que desarrollarla completamente y Rafael aclaró en voz alta que no sería necesario. Uno de los otros aspirantes se quejó puesto que había dedicado tiempo a contestarla completamente.
Por otro lado, los dos mandos han reconocido que no instaron ninguna actuación para investigar o anular los resultados tras recibir noticias sobre la filtración. Ambos se han amparado en que supieron que ya se estaba investigando por otro cuerpo y que no podían inmiscuirse.
ACUSACIONES A SUBIRÁN
La defensa de Antonio ha hecho especial hincapié en la enemistad entre él y el exfiscal Miguel Ángel Subirán. Según ha relatado el exjefe policial, el fiscal había presentado numerosas quejas a título personal porque le molestaban los aparatos de aire acondicionado de una oficina bancaria contigua a su domicilio y decía que la Policía no estaba haciendo nada.
Según Antonio, al finalizar una acalorada discusión entre Subirán, Rafael y él mismo, el primero les habría lanzado una advertencia que le "heló la sangre": "Vosotros no sabéis quién soy yo, soy un perro de presa, y cuando muerdo, no suelto hasta que he acabado".
"Cuando me enteré de quién estaba dirigiendo la investigación y no era otro que el fiscal Miguel Ángel Subirán, me quedé de piedra", ha apostillado Vera, que justifica que no lo recusó porque como fiscal Anticorrupción era "una persona que tenía mucho poder para hacer daño, con la ley en la mano": "No lo dije en 2013 porque estaba cagado".
UN AGENTE SE DESDICE DE SU CONFESIÓN
Similarmente, justificándose en la "presión" ejercida por Subirán y el "terror creado" en el cuartel con la macrocausa, uno de los agentes a los que la acusación sitúa como beneficiario de la filtración, Santiago A, se ha desdicho de las confesiones autoinculpatorias que hizo durante la instrucción.
El agente ha asegurado que estaba sometido a una fuerte "presión psicológica" para admitir los delitos: "Para salir bien parado de esa situación hubiera sido capaz de admitir cualquier cosa". A preguntas de la magistrada ha aclarado que lo hizo para evitar "males mayores", como ir a prisión.
También Rafael ha aludido a enfrentamientos con Subirán. El comisario ha relatado que en una de sus declaraciones el fiscal interrumpió el interrogatorio para protestar a la juez diciendo que él le "había mirado mal": "Esa mirada me ha costado media vida".
Por último, el agente que archivó las denuncias contra el policía que tenía el acta notarial ha justificado una por una sus actuaciones y ha achacado las quejas hacia Daniel por su enemistad personal con el denunciante, un subinspector. El fiscal cree que lo hizo en connivencia con Antonio porque Daniel había divulgado la existencia de la escritura pública incriminatoria.
El juicio continuará este viernes con la comparecencia de Daniel como primer testigo.