Socorrista: "Los hoteles nos exigen que hagamos de todo menos lo que de verdad importa: vigilar la piscina"
"Los hoteleros no soportan pagarnos un sueldo para que estemos sentados en una silla"
Alicia Romero | 06/09/2024
Este verano, las piscinas de hoteles en Baleares han sido escenario de varios incidentes trágicos, con menores como víctimas principales.
En julio, un niño de cuatro años falleció tras ahogarse en un parque acuático en Sa Coma, mientras que otro menor de dos años estuvo a punto de morir ahogado en la piscina de un hotel en Playa de Palma, siendo salvado in extremis por la rápida intervención de los socorristas.
A esto se suman dos rescates en menos de 24 horas en la misma piscina de un hotel en Sa Coma, donde dos menores, de 16 y 6 años respectivamente, fueron rescatados por socorristas tras sufrir ahogamientos.
Sin embargo, el caso que más ha sacudido al sector ha sido el del niño de seis años que perdió la vida en la piscina de un hotel en Playa de Palma, donde las dos socorristas han sido imputadas por homicidio imprudente.
A raíz de estos sucesos, Crónica Balear ha investigado las condiciones laborales de los socorristas, revelando una situación alarmante: en muchos casos, se les exige realizar tareas que no corresponden a su rol de vigilancia, lo que les impide centrarse en su verdadera responsabilidad, la seguridad de los bañistas.
PRESIONES Y DISTRACCIONES QUE COMPROMETEN VIDAS
Los socorristas entrevistados por este diario describen una realidad precaria y estresante. En muchos hoteles, se les pide realizar tareas completamente ajenas a su puesto, como recoger hamacas, vasos, toallas, tirar la basura, llevar bebidas del bar a los clientes e incluso realizar tareas de mantenimiento como limpiar o pintar paredes.
Estas demandas obligan a los socorristas a abandonar temporalmente su puesto de vigilancia, dejando las piscinas desatendidas y exponiendo a los bañistas a riesgos fatales. Y es que la mayoría de trabajadores son jóvenes y por temor a ser despedidos, acatan las indicaciones de sus superiores.
Uno de los socorristas que accedió a hablar bajo condición de anonimato explicó: “Nos exigen que hagamos de todo menos lo que de verdad importa: vigilar la piscina. He tenido que ir a tirar la basura hasta un contenedor lejano o tener que ir a recoger toallas a la lavandería que se encuentra bastante alejada de la piscina, y durante ese tiempo, la piscina se queda sin nadie vigilando. Si ocurre algo en esos momentos, la responsabilidad es completamente nuestra, y eso puede llevarnos incluso a ser acusados de homicidio imprudente, como ha pasado en Palma”.
"Los hoteleros no soportan pagarnos un sueldo para que estemos sentados en una silla, por lo que nos mandan hacer otros trabajos con el riesgo que eso implica", concluye.
EL IMPACTO EN LA SEGURIDAD: SEGUNDOS QUE MARCAN LA DIFERENCIA
El trágico caso del ahogamiento del niño de seis años en Palma pone de relieve la necesidad de una vigilancia constante en piscinas. Los expertos en ahogamientos infantiles señalan que un menor puede hundirse en cuestión de segundos, sin que nadie lo note. El ahogamiento es rápido y silencioso, y las probabilidades de salvar una vida disminuyen drásticamente si no se actúa en los primeros 30 segundos.
El decreto que regula el socorrismo en Baleares, el Decreto 53/1995, no contempla la evolución que ha tenido el sector, ni las presiones adicionales que sufren los socorristas hoy en día.
La normativa, aunque establece ciertos parámetros de vigilancia, no menciona las responsabilidades adicionales que las empresas imponen a sus socorristas, que en muchos casos son claramente inapropiadas. Este decreto, que no ha sido actualizado en casi 30 años, está obsoleto y no responde a las actuales condiciones del sector hotelero.
CAMBIOS EN LOS PROTOCOLOS TRAS EL AHOGAMIENTO EN PALMA
A raíz de la reciente noticia del menor fallecido, algunos hoteles han modificado sus protocolos de trabajo, eximiendo a los socorristas de tareas ajenas a la vigilancia.
Un socorrista que trabaja en un hotel de la zona de levante de una reconocida cadena hotelera, comentó: “Desde lo que pasó con el niño en Palma, la cadena ha dado instrucciones claras: ya no tenemos que hacer ninguna otra tarea, solo vigilar. Han cancelado las funciones de recoger hamacas o llevar toallas, y eso ha mejorado mucho nuestra capacidad de prevención”.
Sin embargo, advierte que teme que sea solo una medida temporal: “Me preocupa que, cuando se calmen las aguas, volvamos a la misma situación de antes. Esta medida no debería ser algo puntual, la seguridad debe ser la prioridad siempre, no solo después de una tragedia”.
LA RESPONSABILIDAD DE LOS PADRES: SUPERVISIÓN QUE NO PUEDE DELEGARSE
Otro factor crucial que emerge de esta investigación es la responsabilidad de los padres en la supervisión de sus hijos en las piscinas. Varios socorristas coinciden en que muchos progenitores se despreocupan y dejan a sus hijos solos en la piscina, confiando en que el socorrista actuará como una especie de “niñero”. “Muchos padres se van al bar a beber o se distraen con el móvil, mientras nosotros quedamos a cargo de centenares de niños. Esto es muy peligroso, porque nuestro trabajo no es vigilar individualmente a cada niño, sino garantizar la seguridad de todos”, explicó una socorrista de un hotel de la zona norte de la isla.
Los expertos también recalcan que los padres deben entender que el socorrista está para actuar en casos de emergencia, no para suplir la responsabilidad de los adultos de supervisar a sus hijos.
La vigilancia parental es fundamental, ya que un socorrista, a menudo solo, no puede cubrir toda la piscina de manera individual y atender todas las demandas que el hotel impone.
EL SOCORRISMO EN PISCINAS: UN CONVENIO QUE SE DEBE CUMPLIR
El Convenio Colectivo de Vigilancia Acuática y Socorrismo de Baleares, aprobado en 2023, estipula que las tareas de los socorristas deben centrarse en la vigilancia, auxilio y salvamento de los bañistas. Sin embargo, los testimonios de los trabajadores indican que la realidad en muchos hoteles es bien distinta. "Aparte de vigilar la piscina, tenemos que hacer diferentes tareas como recoger toallas, colocar hamacas y sombrillas, además de otros objetos que no son parte de nuestro trabajo. Nos utilizan como personal de mantenimiento, y eso pone en riesgo la seguridad de los bañistas", comentó un socorrista con más de cinco años de experiencia en el sector.
La investigación revela que las condiciones actuales de trabajo de los socorristas, sumadas a la falta de una normativa actualizada y el abandono de responsabilidades por parte de los padres, crean un cóctel peligroso que pone en riesgo la vida de los bañistas, sobre todo de los más pequeños.