Roban los implantes auditivos a una joven en la Playa de S'Arenal
Vanessa Abad de Taramona | Mallorca, 03 de Julio de 2023 | 16:27h

Una madre ha denunciado el robo, el pasado sábado, de los implantes auditivos de su hija de 14 años. Ocurrió a las 19.30 de la tarde, momento en que la joven se encontraba en la Playa de S'Arenal con otras tres amigas.
Al parecer, cuando dos de ellas fueron a darse un baño mientras las otras dos permanecían en la playa, Laura se percató de que del interior de su mochila le habían sustraído la cartera donde tenía los dispositivos médicos electrónicos.
“Mi hija me contó que tenían sus mochilas junto a ellas, vigilándolas, ya que dentro guardaban sus móviles y carteras, y que no sabía cuándo había podido pasar”.
Tras lo ocurrido, la menor fue a comunicárselo a unos agentes de la policía y posteriormente a su madre qué, rápidamente, acudió a poner una denuncia a la comisaria.
“Cuando llegué, una de las patrullas había recuperado uno de ellos. – cuenta Jessika, la madre de la menor - Un bañista lo había encontrado dentro del mar y al desconocer qué era lo entregó a la policía. Por mi parte, estuve junto a un grupo de personas que tenía un detector de metales intentando localizar el otro implante, pero no lo encontramos”.
El problema es que ahora su hija no puede oír nada y tiene miedo de salir de casa. “Se siente insegura, desconfía. Y no entiendo para qué lo quiere la persona que se lo robó ya que no son unos audífonos al uso, sino unos dispositivos denominados implantes cocleares que están diseñados y adaptados a la persona que lo lleva”.
LA HISTORIA DE LAURA: UNO DE LOS 105 USUARIOS DE COCLEAR EN BALEARES
Laura tiene asumida su discapacidad, la cual no le ha impedido relacionarse ni llevar una vida normal hasta este momento.
De hecho, este sistema con el que convive desde que era un bebé es el que le ha permitido aprender a comunicarse con los demás.
Se lo pusieron apenas cumplidos los 12 meses de edad. “Tras haber pasado por una fuerte infección de oído y una pequeña intervención de drenaje. Después de varias visitas médicas y observar que algo no iba bien en ella, un otorrino nos dijo lo que realmente le ocurría; era sorda – recuerda Jessika – Mi sangre se congeló por un momento, luego comenzamos a buscar soluciones y a indagar en cómo podíamos ayudarla. No tenía experiencia, nadie en la familia era sordo o discapacitado”.
El implante coclear fue la solución. Un pequeño dispositivo electrónico que estimula eléctricamente el nervio coclear (nervio para la audición).
Dicho dispositivo consta de una parte externa y otra interna. La parte externa se coloca detrás de la oreja y es conocida como procesador de voz. Dispone de un micrófono para captar la señal sonora, una unidad de baterías para alimentar el dispositivo, una bobina y la electrónica necesaria para procesar la señal.
La parte interna, o receptor-estimulador, se introduce en el paciente mediante un acto quirúrgico y queda aislada del exterior. “Todo fue rápido – cuenta Jessika- una vez que tuvimos el diagnóstico, el Hospital Universitario Son Espases se hizo cargo. Nos atendieron con cuidado y por el mejor especialista que la isla pudo traer de fuera. Desde la primera visita hasta que se operó (dos) implantes bilaterales en la cabeza, pasaron 4 meses”.
A Laura estos implantes cocleares, además de permitirle oír, le han ayudado a llevar una vida normal “pese al gran desafío que supone. Le encanta la música y bailar y es muy buena en eso. Habla mallorquín, castellano e inglés, este último mejor que muchos de su edad. Le encanta viajar y quiere ser oficial de policía en el pueblo cuando sea grande. Yo le digo que puede llegar a ser lo que se proponga porque hoy en día se encuentran personas sordas con implante coclear en todo tipo de profesiones”.
Laura fue la primera niña de 105 usuarios de coclear en Baleares que recibió el nuevo implante de oído Kanso. “Parece un botón blanco y se pega a un lado de la cabeza. Le encanta porque puede emparejarlo con un iPhone o la TV si quiere y le da más libertad. Pero, sobresale y la gente mira fijamente. Es absolutamente normal mirar a una persona que se ve diferente. Pero mi consejo es que si la ves a ella o a cualquier otra de las 105 personas con los implantes, sonría junto con esa mirada para que se sientan mucho menos invadidas”.
UN DISPOSITIVO COSTOSO Y DIFÍCIL DE CONSEGUIR
Jessika asegura que el problema es que además del alto coste - 12.000 euros - , este implante actualmente solo se encuentra en Barcelona "por lo que cada vez que ocurre algo, o tiene que venir un técnico a la isla o ir nosotros allí. Y ahora que es verano todo resulta más complicado. Además, ya he llamado al centro y me han dicho que es posible que en este momento no haya stock".
Por todo ello, piden encarecidamente a quién lo encuentre que lo entregue a la Policía Local de Llucmajor para que puedan devolvérselo a Laura.