"Mataron a mi hijo y encima nos ponen de mentirosos", clama el padre del niño ahogado en Cantabria

Redacción | 15/03/2021

Primera sesión del juicio por la muerte del pequeño de 5 años ahogado en la piscina de una granja escuela de Soto del Barco en julio de 2017.

"Estamos hechos una mierda y encima aguantando mentiras. No es sólo que mataran a mi hijo, es que nos ponen de mentirosos y dicen que nunca me vieron en Bouza". Así se han mostrado este lunes en los pasillos del Juzgado de Avilés y en declaraciones a los periodistas los padres del pequeño de 5 años que en 2017 falleció ahogado en la piscina de la granja escuela de Soto del Barco.

El Juzgado de lo Penal número 2 de Avilés acogió este lunes la primara sesión de la vista por el fallecimiento del pequeño, en la que han prestado declaración la directora del centro y las dos monitoras que estaban a cargo del menor para las que el fiscal pide 3 años y seis meses de prisión. También ha prestado declaración el gerente de entidad propietaria de la instalación, como responsable civil y tres testigos, entre ellos los padres del pequeño.

Tras declarar ante el juez, en conversación con los periodistas, los progenitores han asegurado que "llevan cuatro año reviviendo la tragedia" y aguantando "mentiras y burlas". Han explicado que el día de los hechos nadie del centro se puso en contacto con ellos y se enteraron de lo ocurrido por "una tercera persona". "No nos llamaron ni el día del suceso, ni nunca más", insiste el padre del menor.

Así han indicado que el día que falleció su hijo, cuando llegaron a las instalaciones no les dejaron entrar y ningún responsable les dijo "absolutamente nada". "Todos los responsables estaban escondidos en las oficinas con el abogado de la directora de Bouza que llegó allí antes que nosotros", han explicado.

"No es sólo que mataran a mi hijo, es que nos ponen de mentirosos", aseguró, después de conocer por su abogado que la directora de las instalaciones declarase hoy ante el juez que "no le había visto nunca antes por las instalaciones".

Tanto el padre como la madre del menor han insistido en que su hijo tenía pánico al agua y así lo advirtieron cuando vieron la piscina. "Nos dijeron que no nos preocupásemos, que había monitores especializados y con muchos años de experiencia y que lo que primaba era la seguridad de los niños", explica el padre.

Su madre, que asegura tomar "entre 45 y 50 pastillas al día" desde que ocurrieron los hechos, ha manifestado que "nadie se puso en contacto con ellos para decirles lo que le había ocurrido a su hijo" y ha lamentado que haya tenido que fallecer su pequeño para que ahora se hable de las irregularidades del centro y sean muchos quienes digan que "aquello era un caos".

LOS HECHOS

El Ministerio Fiscal sostiene que, el día 12 de julio de 2017, los padres del menor, acudieron a conocer las instalaciones del Palacio de La Bouza, en Soto del Barco, y a entrevistarse con la directora del mismo, con la finalidad de inscribir al menor en los cursos y colonias de verano. Al conocer las instalaciones, los padres del menor comprobaron que existía una piscina y advirtieron de forma clara, rotunda y concreta a la directora del centro, que el niño tenía pánico al agua.

Recoge el escrito del Fiscal que, tal es así, que la directora omitió cualquier tipo de diligencia, hasta la mínima y elemental, en el cuidado del menor al realizar la actividad de piscina porque no advirtió a las dos monitoras.

La piscina infantil no se encontraba debidamente separada de la otra piscina más profunda y el muro no impedía de forma alguna el paso de un vaso a otro, por lo que ya en repetidas ocasiones algunos de los menores que asistían al campamento lo habían saltado.

La directora además no ordenó la señalización de la profundidad de la piscina y tampoco había socorrista. Además, según el fiscal, la directora tampoco había autorización para el desarrollo y organización de actividades de aire.

Las dos monitoras tenían a su cuidado al grupo de menores, de 5 a 9 años, en el que estaba el menor. De tal forma que, desde el día 13 de julio al día de los hechos, 25 de julio de 2017, el menor acudió al centro 4 días, siendo el 25 de julio el quinto día de asistencia.

Al quinto día de asistencia al centro del menor, el 25 de julio de 2017, sobre las 15.20 horas, las acusadas, una vez estaban en el recinto de la piscina con su grupo de menores, se sentaron en unas hamacas en el punto más alejado del vaso infantil, sin extremar cautela alguna sobre el menor. Una de las menores que jugaba a bucear en la piscina de vaso grande, en la parte con más profundidad, observó que la víctima se encontraba en el fondo de la misma, de rodillas pegado al suelo, por lo que lo subió a la superficie, hasta el bordillo de la piscina, pidiendo ayuda, alertando así a las monitoras acusadas.

Así, una de las monitoras lo sacó al exterior y, seguidamente, las acusadas procedieron a realizarle técnicas de reanimación sin resultado alguno, hasta la llegada de personal sanitario.

El titular del negocio El Palacio La Bouza es una entidad que no tenía concertado seguro de responsabilidad civil. La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito de homicidio por imprudencia grave y solicita que se condene a cada una de las acusadas a 3 años y 6 meses de prisión.

En concepto de responsabilidad civil, las acusadas, conjunta y solidariamente, y directamente la entidad, Fiscalía piden que se indemnice a los padres del menor con 250.000 euros (125. 000 euros a cada uno) por daños morales, más 10.800 euros a cada uno de ellos por las lesiones y 6.000 a cada uno por las secuelas, más los intereses legales correspondientes. La acusación particular por su parte pide para las tres acusadas cuatro años de cárcel y una indemnización de 600.000 euros.

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