Madre del legionario mallorquín: “No pueden tratar la muerte de mi hijo solo como un accidente”
Vanessa Abad de Taramona | 04/02/2023
El próximo 14 de febrero arranca el juicio por la muerte del legionario mallorquín Alejandro Jiménez Cruz. Será un tribunal militar de Sevilla el que finalmente decida el grado de responsabilidad de los ocho procesados en su fallecimiento, así como en las acciones llevadas a cabo horas después para encubrir lo sucedido.
En el banquillo; el presunto autor del disparo mortal, el sargento de la Brigada de la Legión con base en Viator (Almería), además de un capitán, dos tenientes, un cabo y tres caballeros legionarios por su supuesta participación “para encubrir los hechos con mentiras y alternado el escenario”, entre otras irregularidades, tal y como sostiene el Juzgado Togado Militar número 23 de Almería.
Ocurrió en marzo de 2019, al término de unos ejercicios con fuego real en el campo de maniobras en Agost (Alicante). Cuatro años después, al fin se tratará de esclarecer lo sucedido mientras la familia de Alejandro espera que, tanto las pruebas periciales, como la investigación del Grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Alicante sean suficientes “para que se haga justicia”.
Chari Cruz, la madre de Alejandro, cada día divide sus lágrimas entre el dolor más profundo y la rabia por la turbia situación que mancha la muerte de su hijo. Unas lágrimas que imperan en su vida y la acompañan a la espera de aquellas donde solo tengan cabida los buenos recuerdos. Sobre su pecho descansa una medalla grabada con el rostro del joven que de vez en cuando acaricia mientras habla con Crónica Balear.
Chari ¿Cómo estas viviendo los días previos al juicio?
Tengo mucha inseguridad por lo que va a pasar y a la vez tengo muchas ganas de que llegue el día. Hay que pensar que la justicia será eso, justa, aunque nunca lo va a ser del todo porque a Alejandro a mí nadie me lo va a devolver. Yo soy víctima también porque él ya no está. Han matado a mi hijo y yo me pregunto tantas cosas …. Sé que he sido todo para él y tengo a su entorno, a sus amigos que me animan cada vez que me ven. Por eso a veces me da mucha más pena, porque todavía no puedo pensar en lo bueno que hemos vivido, que ha sido todo. Solo puedo pensar en lo malo, en el sentido de lo que he dejado de vivir con él. Mis emociones son como una navaja de doble filo: me enorgullece y me río por lo que hemos compartido, y a la vez siento tanta impotencia, rabia y dolor por lo que ya no puedo vivir con él a causa del 'accidente'. Y lo digo así, entre comillas, porque todavía no se ha juzgado. Necesito cerrar esto para poder llorar exclusivamente a mi hijo. Su muerte aún no la he llorado porque está embarrada por todo lo demás. Yo no he vivido nada malo con él, salvo su muerte. El disgusto ha sido ese, y no fue su culpa. Sabemos quién lo hizo, el sargento es el culpable.
¿Qué se juzgará y condenará en el caso de la muerte de Alejandro Jiménez Cruz según el Código Penal Militar?
Se juzgará como un accidente con causa de muerte, es decir, como que la muerte de Alejandro ha sido un suceso que ha venido así, sin más. Pero la realidad es que desde el momento en que Alejandro fallece encubren todo el caso, mienten y manipulan. Por eso creo que su muerte no puede juzgarse solo como un 'accidente' sino que se debería de juzgar de otra manera. Apelo a este tribunal para que tome consciencia de ello, y espero y quiero creer que será así.
Tras estos cuatro años ¿sostienes, tal y como otras veces has manifestado, que la muerte de Alejandro fue un homicidio?
Sí. Un homicidio. Imprudente total. Incluso diría un homicidio doloso por el hecho de mentir. Si ha sido un accidente, ¿por qué manipulan pruebas y por qué engañan a la Guardia Civil? Si ha sido un accidente, ¿por qué nos engañan a nosotros?, ¿por qué no han contado realmente lo que ocurrió? Si hubieran asumido los hechos, nosotros tal vez habríamos sido más benévolos a la hora de pedir cárcel o de pedir que esta gente sea expulsada del ejército. Estas personas no deben estar con chicos que tienen la ilusión de luchar por nuestro país. Es muy injusto que mi hijo esté metido en una urna y que estas personas sigan en activo. Por lo que tengo entendido, los procesados solo han estado suspendidos de empleo y sueldo seis meses; esto fue en el 2022 y mi hijo murió en el 2019, o sea, han tardado tres años en suspenderles. Y encima, el sargento que le disparó está destinado en Palma y sé que sigue llevando armamento y saliendo de maniobras con los soldados.
La exhaustiva investigación de la Guardia Civil y la reconstrucción de lo sucedido desveló que la muerte de Alejandro se debió a un disparo directo al pecho; la bala quedó alojada en el corazón y descartaron que fuera un rebote ¿piensas que fue un acto intencionado?
No pienso que el sargento fuese a por Alejandro en particular, ni mucho menos. Fue a por todos ellos en general en el sentido de que se inventó un ejercicio que no estaba previsto y el problema es que no sabemos con qué intención. Además, fue el primer día de llegar a Alicante. Mi hijo no estuvo ni 24 horas de maniobras. Él había terminado y estaba como suele decirse ‘rodilla al suelo fusil rendido’, con el arma hacia abajo. Con lo cual, que el sargento se inventara un ejercicio y disparase es intencionado e imprudente porque no avisó al resto de soldados y no estaba su capitán. El sargento se supone que solo iba en calidad de asesor. Su arma no tendría que haber estado desenfundada.
¿Cómo era la relación de tu hijo con el sargento y los demás implicados en el caso?
Alejandro me llamaba por teléfono y me contaba anécdotas del día, pero jamás me habló mal de nadie. Se llevaba muy bien con todo el mundo incluso con los tres soldados que están procesados y que habían salido con él del CEFOT 1, de la academia.
Cuando murió mi hijo me llegaron muchas cartas hablándome muy bien de él y contándome vivencias que habían tenido juntos. De hecho, la última que recibí fue del capitán imputado que me escribió diciéndome la excelente persona que era Alejandro, que siempre estaba sonriendo y que constantemente intentaba superarse.
¿Has hablado en este tiempo sobre lo ocurrido con algún compañero de Alejandro?
Sí, con uno de ellos que lo vivió y que ha salido perjudicado por contar lo que allí se estaba horneando el día que ocurrió su muerte. Me refiero a toda la trama de manipulación en torno a lo que tenían que decir.
Concretamente, este compañero recibió amenazas y ha estado tres años de baja psicológica. Le empezaron a insultar diciendo que era un esquirol porque se había puesto del lado de la Guardia Civil durante las declaraciones. Pero él, lo único que hizo fue limitarse a contar la verdad sobre lo que pasó tras la muerte de Alejandro. Al parecer, cuando el compañero le vio fallecido en el suelo se quedó paralizado y se puso a llorar. Entonces, el sargento le cogió de la pechera y le gritó: "Maricona de mierda, si no sirves para esto lárgate de aquí", y el cabo que estaba al lado del sargento le dijo: "gilipollas nos vas a meter en un lio".
Por otro lado, el teniente llamó al 112 y contó que estaban en el campo de maniobras y que había un herido de bala. Al preguntarle si estaba consciente él respondió que sí, y era mentira. Emergencias le preguntó que dónde tenía el disparo y el teniente respondió: "en el pecho, directo". Después dijo lo contrario.
También pude saber que habían manipulado la taquilla del compañero de Alejandro y que habían introducido munición de guerra, cuando ni siquiera estaba allí porque durante el periodo de baja se encontraba en casa de sus padres.
¿Qué otras pruebas hay que demuestren el plan trazado para encubrir al sargento?
Además de una grabación que se presenta ante la Guardia Civil, en el sitio donde cayó Alejandro los agentes encontraron casquillos, pero no todos. Es decir, faltaban más de los que habían disparado y había más pisadas de las que vieron en un principio. También rompieron el cordón policial para atravesarlo después de que la Guardia Civil precintase la zona, y por lo que tengo entendido, allí se encontraron con el capitán.
Hay un momento clave en la investigación. ¿Qué ocurrió el día que Alejandro iba a ser incinerado?
El día del funeral, cuando fuimos a meter el féretro en el coche para dirigirnos al tanatorio de Almería para incinerarle, vino un teniente coronel y nos dijo a su padre y a mí que tenía que hablar con nosotros porque había que paralizar la incineración. Nos dijeron que un juez había declarado secreto de sumario y que había que repetirle la autopsia. Yo empecé a temblar. Lo único que pensaba es que a mi hijo se lo llevaban y que iba a estar metido en una cámara sin saber cuántos días. En la repetición de la autopsia encontraron el resto de la bala y ésta se pudo recomponer. A raíz de ahí fue cuando se supo que la bala había salido del arma del sargento. De lo contrario la conclusión habría sido que Alejandro había muerto por rebote de bala.
Cuando la Guardia Civil investigó las armas de los legionarios comprobó que esa bala no correspondía a ninguna de ellas, por lo que tuvo que hacer una petición al juzgado para ir a Almería y entrar en la base. Una vez allí, se dirigieron a donde estaba el armamento y descubrieron otro fusil que estaba precintado y oculto. Al cogerlo y hacer las verificaciones pertinentes vieron que la bala había salido de allí y que era el fusil del sargento.
Al parecer, tras la muerte de Alejandro, lo que hicieron fue coger el fusil, embalarlo y mandarlo desde Alicante a Almería para que la Guardia Civil no lo encontrase. Pero lo que no imaginaron es que al final encontrarían la bala que estaba en el cuerpo de Alejandro y que al recomponerla se descubriría que había salido del arma del sargento. Ellos pensaban que cuando incinerásemos a Alejandro, al no haber cuerpo, ya no habría delito, pero no se esperaban era que el Juez Togado Militar de Almería parara la incineración de Alejandro porque no veía las cosas claras. Y es precisamente gracias a esto por lo que al fin se ha sabido la verdad.
Una vez en Almería ¿la guardia civil descubrió más irregularidades?
Sí. Los soldados durante las maniobras no habían llevado sobre sus cuerpos las placas antibalas en los chalecos. Las encontraron en la base, en un almacén metidas desde el 2012 sin estrenar. Como ellos denunciaron que el cuerpo de la Guardia Civil les quería imputar un caso que no era real, las autoridades mandaron todo a las dependencias de Madrid para que lo estudiasen. Al final, tres peritos distintos determinaron que si Alejandro hubiera llevado las placas balísticas solo habría tenido un hematoma o, como mucho, una fisura de costillas. Mi hijo solo llevaba un chaleco antifragmentos y encima, ese chaleco estaba caducado desde hacía tres años. Por eso me da tanta rabia todo.
¿Qué pasó cuando se levantó el secreto de sumario?
Pues que fue la Guardia Civil quien aclaró al padre de mi hijo que, gracias a su compañero, lo que ellos habían empezado a investigar se había confirmado. Ellos vieron que la taquilla estaba forzada, por ejemplo.
Por otro lado, me comentaron que el compañero de Alejandro tuvo la valentía de grabar al capitán diciendo en plan irónico: “ya sabéis lo que hay que decir ¿no? A la Guardia Civil se le cuenta la verdad y la verdad sabéis cuál es, que ha sido por un rebote de bala, que aquí nadie ha disparado. Así que, todos a una, ¡tenemos que salvar al sargento! Me duele porque yo al capitán le tenía afecto. Pensaba que había tenido un comportamiento honrado y resulta que al final está imputado por encubrir al sargento.
El compañero de Alejandro presentó esas grabaciones a la Guardia Civil con lo cual, imagino que también sirvió para las investigaciones y para demostrar lo que estaba ocurriendo. Siempre le estaré agradecida.
¿Qué esperas de este juicio?
Han pasado 46 meses… yo he perdido mucho porque no tengo a mi hijo conmigo, pero quien lo ha perdido todo es Alejandro. Apelo al tribunal de justicia militar para que piense que no se trata solo de un accidente. Que se juzgue la muerte de Alejandro y también todo lo que ha habido detrás; coacción y amenazas a un testigo, ocultación de pruebas, mentiras y negligencias. Apelo a ese sentimiento de perdida irremplazable, pero a una pérdida como ha ocurrido.
No pueden tratar la muerte de mi hijo solo como si hubiera sido un accidente, como si mi hijo hubiera ido en un coche y hubiera muerto por un golpe. Creo que las leyes militares habría que modificarlas, sobre todo la Ley Militar Penal porque sí que existen homicidios.
Por último, espero que los ocho imputados no vuelvan a ser militares cuando todo termine. Que cumplan íntegramente la pena y que vayan a la cárcel.
Alejandro era un chico de 21 años, con una ilusión tremenda. Desde pequeñito quiso ser militar y en cinco meses todo acabó. Lo nombraron legionario en noviembre de 2018 y en marzo de 2019 ya había fallecido.
El juicio, que durará un total de cinco semanas, tiene previsto terminar el 23 de marzo, justo dos días antes de del 4 aniversario de la muerte de Alejandro Jiménez Cruz.