La Fiscalía aprecia contradicciones en los informes psiquiátricos de la acusada de asaltar iglesias en Palma

EP | 16/11/2022

La mujer acusada de asaltar iglesias y agredir a sacerdotes en Palma, en el juicio

La Fiscalía ha rechazado este miércoles aplicar una eximente completa a la mujer acusada de asaltar iglesias y hostigar y agredir a sacerdotes en Palma, si bien no cuestiona que sufre un trastorno delirante de contenido místico-religioso.

En la última sesión del juicio, el fiscal ha mantenido que se debe aplicar una eximente incompleta, ya que considera que la mujer no se encontraría "totalmente afectada en sus capacidades intelectivas" por este trastorno.

La mujer está acusada de asaltar iglesias interrumpiendo las ceremonias y de acosar y agredir a sacerdotes y personas del entorno del Obispado y diferentes parroquias de Palma. En las conclusiones, la Fiscalía ha modificado su escrito inicial matizando algunos hechos recogidos en el relato y retirando algunos delitos, de manera que ha rebajado la petición de penas a tres años de prisión que se sustituirían por nueve años de internamiento para recibir tratamiento médico.

Además también se piden multas y que se impongan órdenes de alejamiento respecto de las víctimas y de las parroquias de Santa Eulària, los Capuchinos, Sant Sebastià, Sant Miquel y el Obispado.

En su informe final el Ministerio Público ha apreciado "contradicciones" entre los informes psiquiátricos incluidos en la causa. Un informe de mayo de 2021 constató que la mujer tenía "severamente afectadas" sus capacidades por su trastorno y otro de diciembre concluía que estaban "moderadamente afectadas".

En conjunto, la Fiscalía cree que en estos informes no se alcanza una conclusión "contundente" sobre las consecuencias penales del diagnóstico médico, que permita avalar de forma "tajante" una eximente completa. Ha argumentado que la mujer "es consciente" de por qué está siendo juzgada y es capaz de comportarse "con absoluta normalidad".

En este sentido, el fiscal cuestiona la teoría de que haya un "estímulo" que desencadene los brotes delirantes en la mujer cuando está expuesta a actos o ambientes religiosos, argumentando que ella deliberadamente "sale a buscar una iglesia o al cura" para llevar a cabo sus ataques.

"¿Qué pasa en el trasunto anterior, desde que se levanta en su casa, en un contexto ajeno al religioso, y de repente decide ir a buscar esa situación?", se ha preguntado, añadiendo que la mujer "ha estado en misa sin problemas" según los testigos.

En cualquier caso, el fiscal ha reconocido que la cárcel "no es el centro más adecuado" para la mujer y ha abogado por que se la ingrese en un equipamiento donde se le pueda proporcionar tratamiento "durante el tiempo que sea necesario".

Por su parte, el abogado del Obispado ha suscrito las conclusiones de la Fiscalía compartiendo que la mujer "necesita un tratamiento largo" y que no son posibles medidas alternativas como la libertad vigilada o la custodia familiar. Según el letrado, si no se puede determinar el "detonante" que provoca sus brotes, "está permanentemente en riesgo".

"No ha respetado ninguna resolución judicial ni tratamiento médico. La única opción viable es el ingreso en un centro psiquiátrico", ha considerado el abogado de la acusación particular.

"SE NIEGA A HABLAR CONMIGO", DICE SU ABOGADA

Por su parte, la abogada de la defensa ha lamentado que en este caso se ha encontrado con "una bomba de relojería". "Se niega a hablar conmigo y está en prisión preventiva con causas que se le acumulan", ha ilustrado la letrada, que sin "desvalorar el temor que pueden haber sufrido" las víctimas, ha recalcado que las conductas enjuiciadas son en general leves y "si no se hubieran acumulado" no hubieran llegado hasta la Audiencia Provincial.

La abogada ha subrayado que los especialistas consultados declararon "sin ningún género de dudas" que la mujer "no es consciente" del mismo proceso judicial y cree que es "un caso claro" inimputable.

En este sentido, ha lamentado que la mujer fuera condenada en una sentencia anterior en un juicio por delito leve sin estar asistida por un abogado. "Preocupa que una persona enferma pueda enfrentarse a actos de juicio sin presencia letrada y sin médicos que acrediten el trastorno que padece", ha denunciado.

Para la abogada, la actitud de la mujer de no querer firmar notificaciones ni participar en el proceso no obedece a una intención de "obstaculizar" la Justicia, sino que todo "forma parte de su delirio". Además, la abogada ha apuntado que en su ingreso médico "nadie apareció, ni familia ni allegados", y que en Son Espases le detectaron una lesión en una arteria cerebral que podría agravar su enfermedad pero "no quiso hacerse pruebas complementarias".

Por todo ello, la letrada de la defensa ha solicitado que la mujer sea internada en un centro psiquiátrico especializado donde, además de un tratamiento farmacológico, reciba terapia por un periodo máximo de un año y medio y "que nunca más tenga que verse en un centro penitenciario". En este punto, la abogada ha recordado la declaración de una educadora social de la cárcel, que relató en el juicio los problemas de adaptación de la acusada en prisión.

"Es muy preocupante que una enferma mental se pase todo el día aislada en la cárcel, con multitud de expedientes disciplinarios y privada de paseos", ha alertado la abogada, antes de solicitar a los jueces de la Audiencia que "amparen y protejan" a la mujer.

LA MUJER RECHAZA INTERVENIR

En la primera sesión del juicio, el lunes, la mujer se acogió a su derecho a no declarar. Se ha mantenido en silencio durante todas las sesiones y en la primera de ellas estuvo esposada durante todas las testificales. Al finalizar la vista, no ha querido hacer uso de su derecho a la última palabra: "No voy a declarar nada, gracias".

Los testigos explicaron cómo la mujer hostigaba a los religiosos y feligreses, que agredió a varios de ellos y les amenazó de muerte. Estaba "fuera de sí" y profería expresiones como que era "mensajera de Jesucristo", "yo te condeno", o "arderás en el infierno", entre otras.

Estos testigos, varios de ellos sacerdotes, contaron que los continuos ataques de la mujer provocaron un "clima de terror" en las parroquias. Intentó robar llaves, la colecta o llevarse cuadros, estropeó carteles informativos y se orinó en un felpudo. Además "se subía al altar con los brazos en cruz" y "rezando en latín".

Por otra parte, dos psiquiatras concluyeron que la mujer sufre un trastorno delirante de contenido místico-religioso, que requiere tratamiento. A su criterio, la mujer no es consciente de sus actos, ni tampoco del propio juicio y lo que implica para ella, y no se le podría imputar.

Según el escrito del fiscal, los incidentes vienen sucediendo desde 2018, cuando la acusada, "llevada en todos los casos por un evidente ánimo de menosprecio hacia particulares que prestan sus servicios religiosos o acuden a actos religiosos", ha cometido diferentes agresiones y desprecios contra estos, la mayoría en el interior de las sedes religiosas y llegando incluso a alterar las ceremonias o cultos que se estaban llevando a cabo.

Fiscalía considera todos estos hechos constitutivos de numerosos delitos contra los sentimientos religiosos, amenazas, maltrato, daños, robo con violencia en grado de tentativa y lesiones.

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Comentarios

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  • Javi - 18 de Noviembre de 2022 a las 00:29
    Pa su casa
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    0
  • María - 16 de Noviembre de 2022 a las 15:15
    Patada en el culo y para su país , porqué tenemos que aguantar toda esta morralla ??
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  • Ross - 16 de Noviembre de 2022 a las 13:31
    Ya sabe bien que está en el juicio y no dice ni nada. Esta de tonta no tiene ni un pelo.
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