La acusada por la estafa inmobiliaria en Palma prometía hipotecas "a gente que lo tenía muy difícil"
Entre las víctimas figura un matrimonio que pagó 150.000 euros por un inmueble sin cédula de habitabilidad
EP | 18/06/2024
Más víctimas de la gran estafa inmobiliaria en Palma que juzga estos días la Audiencia Provincial han contado este martes, ante el Tribunal, que la principal acusada se presentaba como colaboradora de una conocida filial de un banco y supuestamente "ayudaba a conseguir hipotecas a gente que lo tenía muy difícil".
La Audiencia ha continuado con el juicio a la mujer, que actuaba como agente inmobiliaria, encausada junto a su marido y su hija, acusados de una estafa múltiple con una quincena de víctimas, muchas de ellas personas con pocos recursos.
Varios de los perjudicados han señalado que la mujer era una persona muy conocida en determinados barrios de Palma --como el de Son Gotleu-- y que llegaron a ella a través del boca a boca: "La conocí por la habladuría de la gente", ha dicho una víctima. Otros la conocían desde hacía muchos años, "del barrio".
Los afectados han destacado además la familiaridad con la que la mujer se desenvolvía en las visitas a bancos, ofreciendo una imagen de solvencia total: "Entraba allí y parecía que era la dueña del banco"; "en todas las oficinas entrábamos directos a hablar con el director y la conocían perfectamente".
Todos los testigos han coincidido igualmente en que cuando ya habían entregado el dinero, la sospechosa se esfumó sin dejar rastro: "Nos ha dejado a todos en la estacada, en la calle".
MATRIMONIO ENDEUDADO Y DEMANDADO POR EL BANCO
Entre estas víctimas figura un matrimonio que pagó 150.000 euros por un inmueble propiedad de un banco. La agente inmobiliaria aparentemente "conseguía hipotecas imposibles" y esperaban poder financiar la operación; pero el piso carecía de cédula de habitabilidad y los tasadores la tumbaron.
Por ello decidieron adquirir la vivienda al contado, para lo que distintos familiares les prestaron grandes cantidades de dinero. El plan era reformarla, obtener la cédula de habitabilidad e hipotecar luego la vivienda para devolver los fondos prestados.
La agente les entregó las llaves unos meses antes de la firma para que pudieran ir reformándolo. "Nos hicimos la foto con las llaves en la puerta de la inmobiliaria y todo", ha enfatizado la pareja. Lo que no sabían es que en realidad estaban ingresando esos fondos en una cuenta de la acusada, y no del banco.
Pocos días antes de la firma, los afectados vieron en redes sociales publicaciones tildando a la mujer de "estafadora", y corrieron a comprobar la validez del pagaré que les había entregado por las transferencias realizadas. En el banco les informaron de que carecía de fondos.
"Allí fue cuando me di cuenta de que se había ido con mi dinero", ha declarado el hombre. Ya no pudieron localizar a la agente inmobiliaria pese a insistir con miles de llamadas y mensajes: "Buscamos un abogado y fuimos a la Policía". La mujer ya había abandonado la isla y fue detenida en Cádiz junto a su marido e hija.
Mientras, la pareja compradora fue demandada por ocupación ilegal parte del banco al que creían haber comprado el inmueble, aunque fueron absueltos en el juicio. La mujer ha roto a llorar al hablar de que no han recuperado el dinero, sin el que se ha quedado toda su familia.
"QUE DIOS SE ENCARGUE DE ELLA"
Otra víctima es una mujer que afirma que pagó 60.000 euros para subrogar la hipoteca del piso donde vive, y que sostiene que durante casi nueve años ha abonado 600 euros mensuales a la acusada, creyendo que los destinaba al pago de las cuotas.
"Esta señora venía a mi casa, me esperaba abajo y tomábamos café, nos hicimos muy buenas amigas, pensaba yo", se ha lamentado la perjudicada, que ha añadido que la acusada "tiene un don de convencer a la gente de no darte ningún tipo de papel".
Esta afectada también fue demandada por la entidad financiera, que dice no se le ha pagado nada. "El banco me quiere echar a la calle, con niños pequeños", ha advertido la mujer, que mientras salía de la sala lanzaba a la acusada: "Que Dios se encargue de ella".
"IBAN PASANDO LOS DÍAS... Y SIEMPRE FALTABA ALGO"
Otro perjudicado ha contado que firmaron un contrato de arras pero la operación nunca se completó: "La llamaba y me daba largas, me decía que había que ir al banco porque faltaba un papel, no me cogía el teléfono... Iban pasando los días... y siempre faltaba algo".
Este hombre asegura que entregó a la acusada 30.000 euros en transferencias y otros 9.000 euros en mano de los que no obtuvo justificante: "Le dije que me lo tenía que dar pero no llegó a hacerlo". Luego la mujer desapareció.
También han comparecido como testigos una mujer y su hija, ambas con evidentes dificultades para comprender los términos de la operación en la que se metieron. "Soy analfabeta, no sé leer, no entiendo de esto", se excusaba la madre, que ha declarado que la acusada iba "detrás" de ella queriendo venderle casas. Le transfirieron 40.000 euros: "No la vimos más, desapareció".
ESTAFA INMOBILIARIA
En el banquillo se sientan cuatro personas, tres de ellas miembros de una misma familia: una mujer de 41 años, señalada como la líder del grupo que completan su marido (51) y su hija (23); también se juzga a un cuarto hombre como supuesto colaborador, aunque la Fiscalía no lo acusa.
La fiscal pide para cada uno de los miembros de la familia una condena de ocho años de prisión y multa de 8.760 euros por un delito de estafa agravada. Una acusación particular pide seis años de cárcel para el cuarto acusado.
El montante defraudado supera el medio millón de euros y hay una quincena de víctimas en Mallorca. Los hechos se sitúan entre los años 2019 y 2021. La Fiscalía sostiene que, a través de una empresa domiciliada en Es Rafal Nou, ofrecieron a las víctimas la compra de inmuebles urbanos --principalmente viviendas-- a precios muy competitivos, sólo para quedarse las arras y depósitos sin tener realmente ninguna intención de ejecutar las operaciones.
Al parecer, la principal investigada, que ejercía las labores de agente inmobiliaria, era una persona muy conocida en determinados barrios de Palma. Muchas de las víctimas son personas con pocos recursos económicos.