Gran despliegue policial ante una macrofiesta en una finca rural de Sencelles
Marina J. Ramos | Mallorca, 29 de Agosto de 2021 | 20:15h
Macrofiesta en una finca rural de Sencelles. Un centenar de jóvenes se ha congregado esta tarde en una casa cerca de la carretera que va de Santa Eugènia a Algaida (Ma-3100). Las autoridades de momento no pueden acceder al recinto y aguardan la salida de los asistentes, que se han atrincherado para evitar ser sancionados. Al menos dos jóvenes ya han sido denunciados.
El punto en cuestión es la finca "Villa Beatrice". Aquí se ha organizado una macrofiesta, ahora zafada por la presencia policial.
Los preparativos venían ya de hace días. Los organizadores calculaban la asistencia de unas 500 personas. Eran tales las previsiones, que hay instalados en el recinto, al menos, tres baños portátiles. La fiesta también cuenta con la presencia de al menos dos DJ, personal de "vigilancia" y estrictas normas para evitar ser cazados por las autoridades.
Sin embargo, todo el protocolo para zafarse de la policía no ha servido y la información de la macrofiesta ha llegado a oídos de la Guardia Civil. Justo cuando la fiesta daba inicio, la Guardia Civil y una patrulla de la Policía Local de Sencelles han intervenido.
FINCA Y ALREDEDORES, COLAPSADOS DE JÓVENES
Finca y alrededores están totalmente colapsados de asistentes, que no cesan de llegar al lugar. Los agentes prevén que dentro de la casa hay en torno a 70 u 80 jóvenes, además de decenas de asistentes que pasean por los alrededores o vienen caminando por la carretera, tras aparcar en solares de la zona, debido a la congestión de vehículos estacionados en la finca.
Además, ciertas informaciones apuntan a que hay aproximadamente unos 50 coches aparcados en caminos rurales cercanos, esperando para acudir a la fiesta.
Y a estos se les suman numerosas personas que continúan llegando en coche pero que, al percibir la presencia policial, se afanan en dar la vuelta y huir del lugar.
Ha sido tal la presencia de jóvenes caminando por la carretera sin ninguna señalización luminosa, que se ha requerido la presencia de la Guardia Civil de Tráfico para sancionar a todos los que transiten por en medio de la calzada. También está previsto que se organicen controles de alcoholemia por los caminos de la zona.
LAS FUERZAS DE SEGURIDAD, EN LA PUERTA, SIN PODER ENTRAR
Los efectivos de la Guardia Civil y de la Policía Local trasladados al lugar se han tenido que limitar a aguardar en la entrada de la finca, al no poder acceder a ella por ser propiedad privada y ante la falta de orden judicial. Ahora se está tratando con la Conselleria de Salut el procedimiento en esta situación, debido a la crisis sanitaria de la pandemia.
Los organizadores han pedido a los asistentes que se encuentran dentro de la finca que desalojen el recinto, pero estos no quieren salir, por temor a ser sancionados por la policía. Cuando son las 20h de este domingo, siguen acinados en el interior con la música a todo volumen más de una cincuentena de jóvenes.
Mientras, los agentes solo están autorizados restringir el acceso. La mayoría de los jóvenes que llegan a la finca, al ver a los policías, desisten de entrar, aunque más de uno se ha atrevido a pasar pese a la vigilancia. Al interpelarles los efectivos, estos han expuesto todo tipo de excusas, entre ellas, que acudían a un cumpleaños, aunque no sabían explicar con claridad de quién.
De momento, según las primeras informaciones, la Policía Local de Sencelles ha levantado ya dos denuncias.
LA VERSIÓN DEL PROPIETARIO DE LA FINCA
También se ha personado allí el dueño de la finca en tener conocimiento de lo que estaba ocurriendo y ha asegurado a los agentes desconocer por completo los planes de sus inquilinos.
Según ha manifestado, la había alquilado a través de un portal de internet a un grupo de jóvenes solo durante esta noche para, supuestamente, celebrar el cumpleaños de un amigo.
BAJO ESTRICTAS NORMAS PARA EVITAR SER DETECTADOS POR LA POLICÍA
Los organizadores llevaban planeando la fiesta con varios días de antelación, pero, dada la cantidad de asistentes previstos y para evitar que la información llegase a oídos de la policía, la ubicación exacta se reveló muy poco antes de la celebración.
Además, en los grupos de asistentes, se difundieron mensajes en los que se establecían estrictas normas también con el fin de no ser detectados por la policía. Entre ellas, destaca que "una vez se accede no se puede salir", la prohibición de hacer fotografías durante la fiesta o el pago de las entradas únicamente en efectivo, para evitar transacciones que llamen la atención.
También sobresale entre las normas del evento la petición de la organización de dejar los móviles en modo avión en el coche. En caso de pasarlos al interior del recinto, los organizadores les pegan un adhesivo en la cámara para evitar fotos de la fiesta.