Encontrados sin vida los dos hombres atrapados por la lluvia en el Torrent de l'Assarell (Pollença)
Redacción | 28/11/2022
Dos hombres que practicaban barranquismo han muerto este lunes en el torrente de l'Assarell de Pollença, en Mallorca, debido a la fuerte crecida del agua a causa de las precipitaciones caídas sobre la isla, han informado fuentes de la Guardia Civil y Bomberos de Mallorca.
Según han podido confirmar los agentes, una mujer de 29 años, que realizaba la excursión con ellos, logró ser rescatada en perfectas condiciones.
La búsqueda de los tres, ha sido llevada a cabo en una operación conjunta por Bomberos de Mallorca y el Grupo de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil.
Los fallecidos, mallorquines y palmesanos, tenían 28 y 37 años y, junto a la mujer (también de Palma), se adentraron este lunes por la mañana en el torrente, situado en el norte de la isla, para recorrerlo.
El incidente se ha producido en torno a las 15.50 horas de este lunes, cuando los barranquistas dieron el aviso de rescate a primera hora de la tarde porque se encontraban aislados en una zona del torrente debido a la gran cantidad de agua que bajaba.
El declaraciones recogidas por el programa de IB3, Al Dia, la regidora de Policía del Ajuntament de Pollença, María Buades, ha explicado que a las 9:30h de la noche de ayer, los cuerpos ya habían sido encontrados por el Grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil y fueron enviados a Palma, dándole así el pésame a las familias.
“Ha sido un momento muy doloroso. Se trataban de tres amigos residentes de Palma que vinieron a hacer la bajada del torrente. La mujer que acompañaba a los fallecidos nos ha indicado que no pudo hacer nada, tuvo la suerte de que el agua le escupió y pudo aferrarse a algo para finalmente hacer una llamada de auxilio”, destaca.
Finalmente, Xisco Fanals, presidente de la Federación Balear de Montañismo y Escalada, afirma que el torrente, en condiciones normales, “no es difícil”, pero que en condiciones adversas “es un infierno”. Una situación con la que se tuvieron que encontrar los excursionistas a pesar de que el torrente cuenta con "numerosas vías de escape para estos casos", debido a que no predijeron con antelación la cantidad de agua que iba a caer por donde pasaban.