El verdadero objetivo del crimen de Costa de la Calma era el acompañante del fallecido

La Guardia Civil prosigue con la extenuante investigación tras los graves hechos ocurridos ayer en la calle Santa Ponsa (Costa de la Calma). Paso a paso avanza la investigación sobre el origen del tiroteo que acabó con la vida de un hombre de  45 años ayer sobre las 21:00 de la noche; esta mañana las fuerzas de seguridad continúan buscando al autor del asesinato.

Al parecer, aunque en un principio se pensó que eran tres individuos los que participaron en el tiroteo, la investigación apunta a uno sólo. El autor, presunto miembro de una familia de gángsteres del narcotráfico entre España e Irlanda, buscaba a uno de los miembros de otro peligroso clan irlandés dedicado al negocio de la droga y con el que mantienen un enfrentamiento abierto hace años. Ayer noche localizó a su objetivo paseando junto a su mujer y unos amigos en Costa de la Calma; pero, según apunta inicialmente la investigación, debido a la similitud en la apariencia física, disparó al hombre equivocado. Los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Calvià se han hecho cargo del suceso y continúa el minucioso trabajo para confirmar los motivos del asesinato. 

Aunque las fuerzas de seguridad mantienen abiertas varias líneas de investigación, la vía que cobra más fuerza es la que apunta a una guerra de mafias que ya ha dejado varias víctimas mortales en la geografía española. Un enfrentamiento entre bandas irlandesas que se remonta al 2008, cuando al parecer se produjo una desavenencia en el reparto económico del negocio de la droga. A partir de ahí se abrió la brecha entre las dos familias y comenzó un encarnizado ajuste de cuentas que ayer noche, si se confirma esta línea de investigación, se cobró su sexta víctima mortal.

Si se confirma este extremo, estaríamos hablando de dos de las familias más importantes y peligrosas de la mafia irlandesa; al parecer uno de los clanes es el dueño del 90% del negocio de la venta de cocaína en Irlanda a través de España y Holanda. El otro clan se encargaba de ejecutar sus deseos y cumplir sus planes hasta que se torció la convivencia y comenzó la matanza.