El acusado de matar a un turista al sacarlo a golpes de un bar de Magaluf dice que no quería hacerle daño
EP | 19/04/2021
El trabajador de un local de Magaluf acusado de causar la muerte a un turista, al sacarlo a golpes del local, ha declarado este lunes, en el juicio por estos hechos, que no pretendía hacer daño al cliente, que falleció días más tarde por un golpe en la cabeza.
Así lo ha expresado en su declaración durante el juicio que se celebra con un tribunal del Jurado en la Audiencia Provincial. En el banquillo se sientan dos hombres, un británico de 38 años acusado de homicidio y un español de 40 años acusado de encubrimiento.
La Fiscalía pide 12 años de cárcel por el homicidio y un año y ocho meses por el encubrimiento; y también solicita una indemnización de 10.000 euros para los padres de la víctima, 30.000 para su esposa y 25.000 para cada uno de sus hijos.
Los familiares del fallecido, representados por la letrada Marta Rossell, piden 15 años de cárcel por el homicidio y una indemnización superior.
La defensa del procesado, que ejerce el abogado Jesús Terrassa, asegura que su representado no fue quien propinó la patada mortal a la víctima.
El suceso tuvo lugar la madrugada del 27 de abril de 2018 en Magaluf, en el local donde trabajaba el principal acusado, en la zona de Punta Ballena. La víctima es un ciudadano británico de 30 años que se encontraba de vacaciones en Mallorca.
En el interrogatorio, el hombre ha reconocido que propinó una bofetada al hombre, no un puñetazo, pero ha negado que le diera una patada en la cabeza cuando la víctima estaba en el suelo. Según su versión, le golpeó, con la palma de la mano, al verle acercarse en actitud agresiva con los puños en alto, porque pensó que le iba a pegar.
SOSTIENE QUE SALIÓ EN DEFENSA DE UNA MUJER
En concreto, el trabajador del local ha contado que, cuando estaba trabajando en la caja, una camarera le avisó de que un cliente había pegado dos veces a una mujer -que resultó ser la novia de la víctima-; y que el cliente lanzó una copa a la mujer.
Por ello, ha mantenido el acusado, él se dirigió hacia el cliente para intentar detenerle. En un momento dado el cliente trastabilló y el trabajador intentó a agarrarle, y después el turista se le encaró y fue cuando se produjo la bofetada, según el acusado.
En este sentido, el empleado del pub ha insistido en que el hombre cayó al suelo de espaldas, de manera que su cabeza quedaba a unos dos metros de distancia de él. Por este motivo el procesado sostiene que era "imposible" que le diera la patada mortal. "No hubo patada", ha incidido.
El acusado ha contado que tras esto se alejó volviendo a entrar en el bar, y que otras personas fueron a levantar al cliente pero que le dejaron caer.
El procesado defiende que fue más tarde que otra persona dio una patada a la víctima, aunque no lo vio personalmente. En particular, ha dicho que en las imágenes se ve a una persona dando un pisotón sobre la cabeza de la víctima.
El hombre también ha declarado que no había tenido ningún otro altercado ni conversación con la víctima, y ha lamentado que desde este incidente le llaman "asesino".
VERSIÓN DE LAS ACUSACIONES
La Fiscalía recoge en su escrito que el hombre sacó a golpes y empujones al joven del bar, que le dio un puñetazo que lo tumbó, y que una vez en el suelo le propinó una fuerte patada en la cabeza. Las acusaciones sostienen que estas lesiones le provocaron la muerte unos días después, el 1 de mayo, y aseguran que el procesado tenía intención de "hacer daño" a la víctima cuando le agredió.
Las acusaciones también señalan al propietario del local por encubrir el homicidio, porque aseguró a la Policía Local y a la Guardia Civil que no sabía nada de la agresión. Asimismo, afirmó que el sistema de grabación del bar estaba averiado.