Alertan de una estafa telefónica en estancos de Mallorca: "No sé cómo lo están haciendo, pero da miedo"

Marina J Ramos | 22/05/2020

Guillem Mas Siquier, presidente de la Associació d'Expenedors de Tabac i Timbre (ASEBA), alerta de una estafa telefónica en estancos de Mallorca. Él mismo la ha sufrido. A través de una llamada telefónica, piden al dependiente del local que realice una transferencia para pagar un pedido que está en camino. En la llamada, escuchan la voz de sus jefes, pidiéndoles que efectúen el pago. "No sé cómo lo están haciendo, pero da miedo", cuenta una de las víctimas del engaño.

De momento se ha detectado en tres estancos, aunque no se descarta que haya más perjudicados. Desde ASEBA piden ir con mucho cuidado y desconfiar de este tipo de llamadas. El último de los fraudes tuvo lugar este mismo miércoles en el estanco del presidente de la asociación y fue denunciado ayer ante Guardia Civil de Santa Margalida.

De los 2.345 euros que estafaron en el estanco de Guillem, han podido recuperar 2.000€. "Al menos hemos podido rescatar la mayor parte el dinero. En Can Picafort vivimos del turismo y se nos presenta un verano muy malo. Esto es lo que nos faltaba", explica indignado. Los otros dos estancos perjudicados han sufrido la estafa con el mismo modus operandi, pero no han logrado recuperar el dinero.

"El banco no se hace responsable, porque dicen que dimos la autorización para hacer la transferencia. Pero la dimos porque nos habían engañado", reclama una de las víctimas de Palma. Han denunciado los hechos a la Policía Nacional, aunque aseguran que los agentes han reconocido que es difícil actuar, porque el dinero ya ha salido de España.

EL MODUS OPERANDI DE LA ESTAFA

La estafa comienza con una llamada al teléfono fijo del estanco. Un hombre advierte de que en breve recibirán un pedido de cámaras de vigilancia y sensores de movimiento. Intenta mantener la conversación con los empleados, hasta que un supuesto repartidor intenta contactar también con el local.

En este momento, el estafador continua la ca conversa a través del número particular del dependiente y el repartidor se comunica a través del teléfono fijo. “Hacen como que no se conocen, pero claramente están compinchados”, asegura la dependienta del estanco afectado en Palma.

El estafador explica que su jefe está en la sucursal, intentando realizar el pago que falta del pedido, pero que, a raíz del coronavirus, no aceptan pagos en metálico.

En este punto, la empleada de uno de los estancos afectados de Can Picafort desconfió y dijo que iba a llamar a la hija de su jefe para preguntarle acerca de la transferencia. El hombre le pidió que no le dijese nada, porque era una sorpresa, y mencionó el nombre de la hija de su jefe. "Aún no sé cómo sabían el nombre de la hija de mi jefe...incluso me dijeron mi DNI", comenta aún asombrada.

En la llamada se empieza a escuchar la voz de su jefe, que les pide que realicen una transferencia para pagar el importe restante del pedido, porque sino va a ser sancionado.

"Escuché perfectamente cómo me decía: 'Por favor, dile que vaya corriendo y que haga el ingreso, que sino me ponen una multa de 1.600€ y pierdo los 4.000€ que he pagado'. Ahora sé que no era él y que era un montaje de audio, pero en ese momento me lo creí. Confiaba 100% en que era mi jefe. Nunca me llegué a imaginar que no fuera él", cuenta la dependienta uno de los estancos de Can Picafort.

“No llegué a identificar la voz por completo, pero usaba expresiones que habitualmente usa nuestro jefe y sabía datos que solo conocemos los trabajadores”, explica una víctima en un estanco de Palma. “Pensamos que puede ser alguien que haya venido a menudo para conocer toda esta información”.

Los empleados, al oír la voz de su jefe, acceden y realizan varias transferencias a una cuenta de Jalisco, en México. A las empleadas del estanco de Palma les pidió que se bajasen una app de móvil -llamada “Remitly”- para llevar a cabo las transferencias. Entre las dos empleadas del estanco de la capital balear, enviaron unos 1.600€, que no han podido recuperar. “Justo cuando iba a hacer la segunda transferencia, mi jefe me llamó y me dijo que no sabía nada de todo eso”.

La dependienta de uno de los estancos de Can Picafort, al volver del locutorio, se encontró con su compañera, que le avisó de que su jefe no sabía nada de ningún pedido y que seguramente había sido víctima de un engaño. Antes de colgar, el estafador" le reconoció la estafa y le "dio las gracias" por el dinero. Afortunadamente, pudieron volver al locutorio y consiguieron paralizar dos de las tres transferencias. Recuperaron dos mil de los 2.345€, pero el susto, aseguran, no se lo quita nadie.

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