"Absoluta impunidad" ante un conflictivo bar en Son Ferriol (Palma)
Vanessa Abad de Taramona | 17/04/2023
¡Tabernero! basta ya de porros. ¡Tabernero! basta ya de borracheras. ¡Tabernero! basta ya de ruido. ¡Tabernero! basta ya de peleas. ¡Tabernero! basta ya de suciedad.
Son las cinco pancartas que visten a uno de los edificios del barrio de Son Ferriol (Palma) en respuesta a la "desesperante situación" que viven sus vecinos.
Tanto el Bar 'Sa Tapeta' ubicado en la calle Fausto Bonafé como sus inmediaciones se han convertido en una especie de 'ciudad sin ley' donde a diario, sus clientes consumen las horas entre porros y alcohol para después salir a la calle y desfogarse mediante gritos, insultos y peleas hasta altas horas de la madrugada.
"Empezó hace 3 años. Somos vecinos del edificio y abajo siempre ha habido un bar, pero los actuales taberneros del 'Sa Tapeta' entraron como 'un elefante en una cacharrería'", cuenta un afectado a Crónica Balear.
"Convocan a una clientela que bebe mucho y se pelea constantemente. Hay movimiento de droga y los propietarios actuales toleran que se fumen porros en la terraza dejando un olor que se nos cuela por las ventanas y apesta el portal", añade.
Muchas veces las trifulcas son entre ellos, entre los propios clientes, pero ahora también contra los vecinos mediante amenazas, agravios y frecuentes situaciones desafiantes, como explica una vecina. " Una vez mi compañera de piso intentaba salir del portal y los clientes habituales estaban ahí, fumando porros. Ella pidió permiso para pasar y como no la dejaban exclamo: ¡es que no puedo ni salir de mi casa! Cuando iba hacia el coche una clienta la siguió amenazante".
"Tengo miedo a esta gente. A los clientes que lo frecuentan y a los dueños que lo ven y no hacen nada. Hoy mismo hemos comido en el balcón y me han empezado a provocar diciendo: ¡la vecina que siempre llama a la policía no tiene coño a bajar! Yo no he dicho ni 'mu', pero las provocaciones son constantes", se lamenta otra mujer del vecindario.
Y es que el temor es una sensación generalizada por parte de todos los que viven en esta calle. "Yo ya no intento hablar directamente con ellos. Tengo 65 años y no quiero que me den 'una mala torta'. No sé puede dialogar. Si dices algo van contra ti. Es un sinvivir. Lo que quieren es echarnos de nuestra casa, no tienen respeto a nadie ni a nada", afirma otro vecino del edificio.
A todo esto se le añade la falta de civismo ya que todos los días se encuentran el portal lleno de orines, colillas y desperdicios. "Es realmente insoportable. También se mean en la puerta del garaje y más de una vez he visto a mis vecinos echando agua para quitar el olor", asegura.
NUMEROSAS QUEJAS Y DENUNCIAS
Ante esta situación, los vecinos han intentado hablar con el titular del local "Nos dice que no tiene la culpa de lo que hacen sus clientes de puertas para fuera, pero lo que está claro es que él suministra la bebida, el que se lucra es él, y a él le da igual", afirma uno de los afectados.
Asimismo, las llamadas a la policía se han convertido en una constante. Los agentes han tenido que intervenir en el local por tener a empleados sin dar de alta, por no respetar el uso de la mascarilla en tiempos de pandemia e incluso, han tenido que interceder en fuertes peleas entre clientas del bar. "Pese a todo, no entendemos cómo puede seguir abierto. Hay absoluta impunidad"
Ante el malestar generalizado por "la insoportable convivencia "con los clientes y responsables del 'Sa Tapeta', las personas afectadas ya han interpuesto reiteradas denuncias ante la policía con el fin de que haya "una mayor vigilancia policial y se tomen medidas contundentes con el negocio y los clientes".
"La solución sería que interviniese la Patrulla Verde y que nuestro ayuntamiento se responsabilice de este asunto. Porque esto no viene de un día ni de dos. Esto es un grave problema que está estancado en el tiempo".
Así es como pasan los días y las noches los vecinos de la calle Fausto Bonafé. Días de indignación y noches de desvelo hasta altas horas de la madrugada, de intranquilidad y de nerviosismo al sentir que, desde hace tres años, el hecho de llegar a casa se ha convertido en un infierno.
LA DESESPERACIÓN DE UNA VECINA LE CONDUJO AL CALABOZO
Hace dos años, la Policía Nacional detuvo a una mujer septuagenaria por “rajar las ruedas de una furgoneta aparcada frente a su casa y amenazar al propietario con un cuchillo”.
Esto es lo que publicaron diferentes medios, además de afirmar que la misma tenía problemas en general con el vecindario y difundir un video con los hechos.
Pero según asegura un testigo a Crónica Balear, las cosas no se contaron cómo fueron. “La mujer vivía en el edificio de enfrente, en una planta baja. Los clientes del bar le tiraban a la terraza basura, botellas y se reían de ella. La mujer ya no podía más, y un día salió a la calle con un ‘cuchillito’, que no pela ni una patata, y los clientes comenzaron a jalearla para crisparla más y el responsable del bar se moría de risa. Entonces la mujer le pinchó la rueda de la furgoneta”.
A la mujer se la llevaron detenida y pasó unas horas en el calabozo. Diferentes medios locales y nacionales se hicieron eco de la noticia. “Yo intenté entrar en un programa de Telecinco para pedir por favor que contrastaran las noticias porque no era cierto lo que se contaba ni cómo se contaba, pero no me hicieron ni caso".
De regreso a su casa los clientes y una empleada del 'Sa Tapeta' comenzaron de nuevo a meterse con ella - según cuenta este testigo- por lo que dado que vivía sola y no se sentía segura, al final dejó su casa y sus hijos se la llevaron. “No aguantó más”.