Los okupas de la calle Reis Catòlics de Palma llevan a los vecinos a la desesperación
Irene R Aguado | 22/09/2020
Los vecinos de la calle Reis Catòlics, en Palma, han dado el toque de alarma. La desesperación se huele en el ambiente en una especie de fragancia con olor a suciedad, basura y ratas. Así lo certifican algunos vídeos y fotos que hacen llegar a los medios de comunicación, quemando el último cartucho que les queda antes de tirar la toalla.
Quieren, por lo menos, visibilizar su situación, sumida en el caos en su propio barrio. Los okupas del edificio del número 31 de la calle Reis Catòlics ya forman parte de la normalidad del lugar y dificultan, día tras día y cada vez más, la buena convivencia entre los residentes de la zona. Desde que okuparon el sitio, la zona se ha convertido en el escenario de toda clase de incidentes y sucesos desagradables. Tráfico de drogas, incendios, intentos de asesinato, accidentes o vertidos constantes de suciedad son algunos de los episodios que suceden en la zona. Últimamente, los vecinos creen que los okupas salen ahora del edificio para forzar los vehículos estacionados en la calle y robar pertenencias de su interior.
Los vecinos denuncian desesperados esta situación. Primero lo hacen en el Ayuntamiento mediante una queja formal, aunque las instituciones no han solucionado el problema. Tampoco han acudido a limpiar la basura y la porquería que hay dentro del edificio, que tiene tal volumen que desprende un desagradable olor que llega hasta la calle. Es el escenario ideal para las ratas, que ya reinan los alrededores y que campan a sus anchas entrando y saliendo del edificio. Más tarde, los residentes llamaron a Sanidad, pero recibieron la misma respuesta negativa.
Los vecinos han explicado que la respuesta de las instituciones es que pueden ir a fumigar la calle y el portal, pero que no pueden entrar dentro de la propiedad privada, donde residen los okupas. Se desconoce a quién pertenece en realidad, por lo que se necesitaría una orden judicial para entrar en el lugar por la fuerza. En este edificio se realizaron, hace años, unas obras, pero se dejaron a medio terminar y abandonadas. Ésta ha sido la oportunidad para los okupas de adueñarse del edificio. Esto tampoco ayuda, pues el lugar está copado de restos de materiales de construcción que agravan la sensación del viandante al pasar por la zona, incluso con hierros y metales que ocupan parte de la acera y que resultan peligrosos para los peatones.
Aún así, han llegado a acudir al lugar técnicos de fumigación para limpiar el portal, coordinados por el Ayuntamiento, pero según los vecinos solo se aplican parches: el problema persiste y, aunque el volumen de ratas y suciedad descienda ligeramente, al cabo de poco la situación vuelve a la normalidad.
Es habitual ver a personas que entran y salen del lugar, según explican los vecinos, para drogarse y dormir. El resultado es que ya no solo prolifera la suciedad, sino también la delincuencia. Aún así, especifican que no todos los okupas provocan conflictos. Hay algunos, aseguran, con "cierto compromiso", pero el "incivismo" de los demás lo eclipsa por completo.
Hace tiempo que suelen ser los protagonistas de muchas de las noticias de sucesos en Reis Catòlics. Los okupas acumulan a golpe de titular decenas de altercados que no han servido para que la Administración ponga punto y final al espectáculo. Hace un año, de hecho, en este mismo diario ya se publicó un reportaje que evidenciaba la cuerda floja en la que viven los vecinos y los okupas de este barrio.
"La situación empieza a ser muy preocupante", añade uno de los vecinos. Él mismo asegura haber llamado a la Policía en varias ocasiones, pero solucionan problemas puntuales y flagrantes como altercados o peleas. Por ejemplo, hace relativamente poco, los agentes tuvieron que acudir urgentemente a auxiliar a una mujer a la que estaban agrediendo y asfixiando en el edificio. Pero, como explican los residentes de Reis Catòlics, vivir cerca de estos okupas "no es un problema puntual, sino constante" y, con desesperación, afirman que ya no saben dónde acudir para solucionarlo.