En busca del coche en un "pajar" de acero 26 días después de la DANA: "Necesitaba verlo"

"Hasta el día de hoy yo ya no estoy igual, ya no pienso igual, tengo una psicosis mental"

EFE | 24/11/2024

26 días después de la devastadora DANA que arrasó varios municipios de Valencia, los vecinos aún recorren los 'cementerios' de coches en busca de sus vehículos. Una tarea que muchos describen como "buscar una aguja en un pajar".

Este es el caso de Manuel Rubio, de 65 años, quien viajó desde Motilla del Palancar (Cuenca) para tratar de localizar su Peugeot-407, arrastrado por la corriente en Benetússer el pasado 29 de octubre, donde se encontraba tras la boda de su hijo. Acompañado por su hijo Samuel y un amigo de la familia, Javier Castellanos, Manuel revisa los coches apilados en pisos de hasta tres alturas, restos de los 120.000 vehículos retirados en la zona tras la catástrofe.

"Mi padre estaba preocupado por el coche a todas horas, las 24 horas", relata Samuel Rubio, de 38 años. "Mi madre me llamaba diciendo que no dormía, que soñaba con el agua... Estamos tratando de buscar su coche, pero va a ser imposible". Para Manuel, más allá del valor sentimental y los objetos personales que contenía -un teléfono, unas llaves, documentación y una maleta-, ver el estado del vehículo es importante tras haber sido arrastrado por "una corriente bestial" la noche del 29 de octubre.

"UNA PSICOSIS MENTAL"

Manuel describe las secuelas emocionales que la experiencia le ha dejado: "Hasta el día de hoy yo ya no estoy igual, ya no pienso igual, tengo una psicosis mental". Tres días después de la DANA, consiguió regresar a su pueblo con la ayuda de un voluntario, pero recuerda el caos vivido en Benetússer. "No había comida, agua, luz ni gas. Hasta el viernes que me marché, no vi ni guardia civil, ni bomberos, ni policía, ni un tractor, ni una máquina... Solo voluntarios que llegaron al día siguiente con una escoba y un recogedor", rememora.

UN COCHE CASI PAGADO Y UN PELUCHE SALVADO

Por su parte, Alba Tatay, de 33 años, también enfrentó la pérdida de su vehículo. Esta joven de Benetússer logró localizarlo casi un mes después gracias a una llamada de la Policía Local. "Sabía que no había nada que rescatar, pero necesitaba un poco verlo, la verdad. Se fue y no lo había visto", relata emocionada.

En su coche, que estaba a punto de cumplir tres años y cuyo pago final se aproximaba, encontró algunas pertenencias. "He rescatado esto, que es una tontería, pero lo voy a lavar: un peluche que he llevado en todos mis coches, y unas gafas de sol", señala. Durante la inundación, su vehículo estaba aparcado bajo su casa. Aunque inicialmente pensó en intentar salvarlo, desistió al ver cómo el agua crecía rápidamente. "Vi cómo el agua lo empujó y, desde mi ventana, que da a otra calle, lo vi pasar. Sé un poco el recorrido que hizo porque luego lo vi en vídeos que subió la gente", explica.

UNA CATÁSTROFE SIN RESPUESTA

Los testimonios de Manuel y Alba reflejan no solo el impacto emocional de perder sus vehículos, sino también la frustración ante la falta de respuesta inicial. La devastación de la DANA dejó no solo daños materiales en los municipios afectados, sino también una sensación de abandono entre los vecinos.

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