El increíble rescate a 5.200 metros: La hazaña del vuelo 5390 de British Airways
Un suceso que marcó un punto de inflexión en los estándares de la aviación
Alicia Romero | 29/11/2024
El 10 de junio de 1990, el vuelo 5390 de British Airways pasó a la historia de la aviación por un dramático incidente que pudo haber acabado en tragedia. Durante el trayecto entre Birmingham (Reino Unido) y Málaga (España), el parabrisas del lado del piloto se desprendió, causando una descompresión explosiva en la cabina. El capitán Tim Lancaster fue parcialmente expulsado de la aeronave, quedando colgado fuera del avión a 5.200 metros de altura.
UNA REACCIÓN HEROICA
En medio del caos, Nigel Ogden, un auxiliar de vuelo, se apresuró hacia la cabina y logró agarrar los pies de Lancaster, evitando que saliera despedido por completo. Ogden mantuvo al capitán en esa posición, soportando el viento huracanado y las temperaturas extremadamente bajas, mientras otros miembros de la tripulación aseguraban la situación. La preocupación era doble: no solo estaba en juego la vida del piloto, sino también el riesgo de que su cuerpo impactara el ala o los motores, lo que habría causado un desastre mayor.
Mientras tanto, el copiloto Alastair Atchison asumió el control del avión en condiciones extremas, enfrentando dificultades como la falta de visibilidad, una cabina despresurizada y la tensión general de la situación.
UN ATERRIZAJE MILAGROSO
A pesar de estas condiciones, Atchison logró realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Southampton. Todos los pasajeros salieron ilesos, un resultado extraordinario dada la magnitud del incidente. El capitán Lancaster fue rápidamente trasladado a un hospital con múltiples fracturas y lesiones por congelación, pero milagrosamente se recuperó y más tarde volvió a volar como piloto.
INVESTIGACIÓN Y LECCIONES
La investigación posterior reveló que el incidente fue causado por un error humano durante el mantenimiento. Se descubrió que los tornillos utilizados para sujetar el parabrisas eran incorrectos y no soportaron la presión a gran altitud. Este suceso marcó un punto de inflexión en los estándares de mantenimiento y revisión de las aeronaves, reforzando la importancia de un control más exhaustivo.
UN EPISODIO INOLVIDABLE
El vuelo 5390 sigue siendo un ejemplo de valentía, profesionalismo y resistencia en situaciones extremas. La tripulación recibió numerosos reconocimientos por su actuación, especialmente Alastair Atchison y Nigel Ogden, cuyas acciones fueron clave para salvar la vida del capitán y garantizar la seguridad de los pasajeros. Este incidente ha sido dramatizado en documentales como Mayday: Catástrofes Aéreas, dejando un legado duradero en la historia de la aviación.