¿Cuál es el último sentido que perdemos antes de morir?
Redacción | Mallorca, 27 de Febrero de 2024 | 10:58h

Considerado el enigma definitivo de la humanidad, la muerte es una constante universal que atraviesa todas las culturas y épocas, incrustada profundamente en nuestro ADN evolutivo.
Distinguirnos de otras especies por nuestra conciencia de la mortalidad subraya la singularidad de la experiencia humana. Frente a este destino inevitable, surgen preguntas insondables, algunas de las cuales permanecen sin respuesta a pesar del progreso científico y tecnológico.
No obstante, ciertas indagaciones han arrojado luz sobre aspectos de este misterio, particularmente sobre el último sentido que conservamos antes de perder la consciencia: el oído. Esta revelación destaca la importancia de brindar compañía y palabras de afecto a los moribundos, facilitando un tránsito más sereno hacia el final.
Recientemente, investigadores de la Universidad de Columbia Británica en Canadá exploraron el funcionamiento del sistema auditivo en el umbral de la muerte.
Utilizando una muestra de pacientes en las últimas etapas de la vida en el hospital St John's de Vancouver, y comparándolos con un grupo de control de individuos sanos, el estudio dirigido por la doctora Elizabeth Blundon se valió de electroencefalogramas (EEG) para monitorear la actividad cerebral en respuesta a estímulos sonoros. Publicados en Scientific Reports, los hallazgos sugieren que las personas pueden seguir oyendo incluso al borde de la inconsciencia.
Los investigadores expusieron a ambos grupos a sonidos familiares y no familiares, observando respuestas cerebrales sorprendentemente similares entre pacientes moribundos y saludables. Esto llevó a la conclusión de que el sentido del oído persiste.
La investigación resalta el valor emocional y tranquilizador de las despedidas verbales en la etapa terminal, subrayando la potencial recepción de estas últimas palabras por parte del paciente. Este estudio se suma a las observaciones del doctor Sam Parnia, de la Universidad de Nueva York, quien notó una continuación de la actividad cerebral en pacientes que experimentaron cercanía con la muerte, incluso tras el cese clínico de funciones vitales. Parnia plantea que la muerte es un proceso progresivo, no un instante definido, sugiriendo que la conciencia de morir podría persistir brevemente más allá del umbral de la muerte clínica.