El síntoma más común y que más se pasa por alto que indica que podrías estar pasando por un periodo de estrés
Es fundamental escuchar a nuestro cuerpo y saber responder ante las señales de alerta que nos envía
Penélope O. Álvarez | 26/09/2024
El estrés es un problema generalizado en la sociedad española: afecta a más de 12,5 millones de personas y aunque su impacto es significativo, el abordaje de esta afección suele ser insuficiente, ya sea por la falta de conciencia sobre su gravedad o por la dificultad para acceder a recursos de salud mental. La psiquiatra Marian Rojas, reconocida en el ámbito de la salud mental, ha subrayado en diversas conferencias la necesidad de detectar el estrés de forma temprana, resaltando que un indicador físico clave es la inflamación.
Es importante destacar que el estrés no siempre se presenta de manera inmediata o evidente. El cuerpo puede responder a esta carga emocional acumulada a través de una variedad de síntomas físicos, que van desde dolores de cabeza y problemas gastrointestinales hasta inflamaciones. Este fenómeno está ligado a la producción de cortisol, una hormona que se libera en situaciones de estrés. Aunque este mecanismo es esencial para la respuesta de lucha o huida, su activación constante puede resultar perjudicial. Según Rojas, este estado se agrava especialmente cuando hay una amenaza a nuestra estabilidad emocional, social o financiera.
La persistencia de altos niveles de cortisol puede tener consecuencias graves para la salud, siendo la inflamación un signo claro de que el cuerpo está en sobrecarga. Rojas sostiene que esta inflamación indica una respuesta negativa que puede llevar a malestar crónico y, en última instancia, a enfermedades más serias. Para combatir el estrés de manera efectiva, es fundamental reconocer los síntomas asociados con el aumento del cortisol. Algunos de los más comunes son:
- Cefaleas constantes y severas.
- Malestar digestivo, que puede incluir indigestión y cólicos.
- Inflamación en diferentes áreas del cuerpo, especialmente en las articulaciones.
- Problemas dentales, como encías sangrantes.
- Dolores de espalda y fatiga muscular general.
Estos síntomas son frecuentemente confundidos con otras condiciones, lo que puede llevar a las personas a buscar atención médica sin abordar la causa raíz: el estrés. Aunque históricamente se ha minimizado la importancia de la salud mental en la práctica médica, investigaciones recientes revelan que aproximadamente el 80% de las consultas en atención primaria están relacionadas con problemas emocionales.
Aunque la interrelación entre cuerpo y mente es cada vez más evidente, aún queda mucho por hacer en términos de gestión. Rojas enfatiza que la solución no se encuentra únicamente en analgésicos o antiinflamatorios; es crucial enfrentar y tratar las emociones subyacentes que afectan nuestra salud física. “Muchas personas no son conscientes de ello”, comenta Rojas, destacando la importancia de prestar atención a las señales que el cuerpo envía. Este enfoque proactivo es uno de sus consejos más valiosos: no esperar a que la situación se agrave antes de buscar ayuda profesional.
Asimismo, es vital implementar prácticas de autocuidado y técnicas de relajación, así como buscar apoyo psicológico para manejar el estrés de manera efectiva, lo que puede llevar a una notable mejora en la calidad de vida de quienes lo padecen.