'Dieselgate': El expresidente de Audi admite su responsabilidad en la manipulación de emisiones
Debido a su confesión, Stadler evitará una posible pena de prisión
Redacción | 17/05/2023
El expresidente de la compañía automovilística Audi, Rupert Stadler, admitió su culpabilidad por fraude durante el juicio sobre la manipulación de los valores de emisiones de los coches diésel de la empresa. El martes pasado, Stadler confesó su delito ante un tribunal alemán, reconociendo que no hizo lo suficiente para evitar el fraude y expresando su profundo arrepentimiento por sus acciones negligentes.
La agencia de noticias alemana DPA informó que Stadler aceptó el acuerdo propuesto por la Justicia a principios de mayo.
El acuerdo estipulaba que, a cambio de una confesión completa y el pago de 1,1 millones de euros, recibiría una condena condicional. Esta propuesta fue aceptada tanto por la defensa como por la fiscalía.
Debido a su confesión completa y al pago acordado, Stadler evitará una posible pena de prisión de entre un año y medio y dos años por fraude por omisión. El dinero pagado se destinará a instituciones benéficas. Se espera que el juicio, que comenzó en septiembre de 2020, se cierre en junio de este año.
Durante mucho tiempo, Stadler mantuvo su inocencia, incluso durante el juicio.
Sin embargo, según la evaluación preliminar del tribunal, se determinó que, a más tardar en julio de 2016, él tenía conocimiento de la posible manipulación de los valores de los gases de escape. En lugar de abordar el problema y notificar a los socios comerciales, permitió la continuación de la venta de los vehículos hasta principios de 2018.
En enero de 2021, Stadler culpó a los ingenieros por no haber descubierto antes el software que alteraba las emisiones de algunos vehículos diésel del grupo automovilístico Volkswagen durante las pruebas de laboratorio.
Estos dispositivos, conocidos como "dispositivos de desactivación", permitían que los automóviles pasaran las pruebas de límites de óxido de nitrógeno en el banco de pruebas, pero no en condiciones de conducción real en la carretera. Esto permitía a los fabricantes evitar los costos de instalar sistemas de depuración de gases de escape en sus vehículos.
