Las estafas más famosas en la historia de los casinos: ¿Cómo cambiaron la industria?
Redacción | Mallorca, 20 de Mayo de 2025 | 05:48h

Los casinos y el crimen pueden considerarse conceptos inseparables. Esta zona siempre ha atraído a estafadores cuyo objetivo era la sed de dinero fácil. Las tragamonedas modernas, como Plinko 777, tienen el mayor nivel de protección y son casi imposibles de piratear. La historia conoce numerosos casos en que las casas de juego se convirtieron en víctimas de criminales; algunos de ellos incluso fueron filmados.
¿Criminales o genios?
La historia del juego conoce a muchos estafadores atrevidos e ingeniosos que lograron burlar el sistema y ganaron a lo grande. Algunos de ellos se han convertido en leyendas del casino, desde los jugadores que contaban cartas en el blackjack hasta aquellos que usaban láseres, imanes e incluso cámaras ocultas para hackear máquinas tragamonedas.
Tommy Carmichael
Este estadounidense es considerado uno de los estafadores más hábiles de todos los tiempos. Durante más de 40 años de su “actividad”, es decir, jugando a las máquinas tragamonedas, logró ganar varios millones de dólares (nadie sabrá nunca la cantidad exacta).
Tenía un profundo conocimiento de la electrónica y la tecnología moderna, por lo que decidió utilizar sus conocimientos para enriquecerse, creando un dispositivo llamado "Pata de Mono" que podía engañar a las máquinas tragamonedas. Este dispositivo se insertaba en la máquina, provocando un cortocircuito en los cables y haciendo que la máquina pagara el premio mayor.
En 1985 fue detenido por la policía y enviado a prisión. Tras su liberación, volvió a las andadas. Inventó un dispositivo especial al que llamó "Light Stick". Su principio de funcionamiento era afectar a los sensores ópticos instalados en las nuevas máquinas de juego. Pero la vida lujosa del estafador no pudo dejar de atraer la atención del FBI, y en 2001 fue enviado nuevamente a prisión. Además, se le prohibió visitar casinos por el resto de su vida.
Gonzalo García Pelayo
Un matemático aficionado español y productor musical a tiempo parcial decidió utilizar sus habilidades analíticas para ganar dinero a principios de los años 90. Junto con su familia, visitó casinos de Madrid y otras ciudades, donde estudiaron cuidadosamente los más mínimos defectos de las ruletas. Registraron los resultados de miles de giros, buscaron pequeños fallos (como bolsillos ligeramente más profundos) y determinaron en qué sectores caía la bola con mayor frecuencia.
En los dos años que duró su actividad, lograron ganar un total de unos dos millones de euros. Toda la familia fue incluida en la lista negra de las casas de juego y se les prohibió jugar por completo. Pero García Pelayo presentó varias demandas en los tribunales, que levantaron la prohibición, argumentando que las actuaciones de estos individuos no fueron fraudulentas ni engañosas, ya que no realizaron ninguna manipulación con los equipos.
La pandilla de la ruleta láser
En 2004, dos ciudadanos serbios y una mujer húngara “operaban” en el casino Ritz de Londres. El objeto del fraude era una ruleta, y el equipo utilizado era un microordenador y un escáner láser integrados en un teléfono móvil. Midiendo la velocidad de la pelota y de la rueda, determinaron el sector de aterrizaje con gran precisión. En poco tiempo, consiguieron ganar más de 1 millón de euros.
El grupo fue arrestado (después de que el casino se preocupó por las grandes ganancias), pero pronto fue liberado sin cargos. El caso recibió mucha atención porque el tribunal dictaminó que, como no manipularon el equipo del casino ni violaron ninguna ley contra el fraude, sus acciones no eran ilegales.
Ron Harris
Entre las décadas de 1980 y 1990, el exinspector de máquinas tragamonedas de la Comisión de Juegos de Nevada aplicó su experiencia previa al enriquecimiento ilegal. Conociendo los puntos débiles del software de varias tragamonedas electrónicas (en particular, el videopóquer), identificó errores en el código del programa, después de lo cual utilizó una determinada secuencia de pulsaciones de botones que hacía que la máquina entregara un premio mayor. Utilizó el método llamado “manos calientes”, es decir, una secuencia de acciones que debían realizarse en un momento estrictamente definido.
Se desconoce el monto exacto de las ganancias ilegales, pero se estima que fueron millones de dólares. Después de ganar un gran premio en el casino Bally's en 1995, fue arrestado y sentenciado a siete años de prisión (aunque fue liberado antes).
¿Y qué pasa con el casino?
Tras detectarse cada caso importante de fraude, los casinos realizaron investigaciones a gran escala para mejorar la seguridad y actualizar el software, entre otras medidas. En términos generales, la delincuencia ha impulsado a los casinos a:
- mejorar la calidad de la formación del personal;
- implementar videovigilancia integral;
- establecer un estricto control financiero;
- mejorar el equipamiento de juego;
- aplicar identificación biométrica;
- proponer un aumento de las sanciones por fraude y otras actividades ilegales en la industria del juego.
Los casinos modernos tienen una extensa base de datos de estafadores y jugadores sospechosos, y la comparten activamente. Al mismo tiempo, se sigue trabajando para fortalecer el control sobre los crupieres y el personal que pueda estar involucrado en actividades delictivas.
Después de analizar numerosos casos de fraude en diferentes establecimientos de juego, llegamos a la conclusión de que cada uno de ellos se convirtió en una auténtica lección para toda la industria. Las conclusiones correctas y oportunas son la clave para el funcionamiento exitoso de cualquier club y una garantía de juego limpio.