¿Cómo se hace la fumata negra durante un cónclave en el Vaticano?

La fumata negra es una de las señales más emblemáticas del cónclave que se celebra en la Capilla Sixtina para elegir a un nuevo papa. Se trata de un humo oscuro que sale por la chimenea del techo del edificio y que indica que no se ha alcanzado un acuerdo entre los cardenales, es decir, que no hay papa.

UNA COMBINACIÓN DE PAPELETAS Y PRODUCTOS QUÍMICOS

Tradicionalmente, la fumata negra se producía simplemente al quemar las papeletas de las votaciones no concluyentes. Sin embargo, el humo resultante no siempre era lo suficientemente oscuro o fácil de interpretar desde la Plaza de San Pedro. Por eso, desde el cónclave de 2005 se utiliza un sistema químico adicional que asegura un color claramente visible.

Para generar la fumata negra, se utiliza un horno especial de acero, instalado dentro de la Capilla Sixtina, que quema las papeletas junto con una mezcla de productos químicos. Según el Vaticano, los compuestos que se emplean para producir el humo negro incluyen:

- Perclorato de potasio

- Antraceno

- Azúcar

Esta combinación produce un humo denso y negro que puede durar unos pocos minutos y que es claramente visible desde el exterior.

UN PROCESO PRECISO Y RITUALIZADO

El sistema de doble estufa -una para las papeletas y otra para los productos químicos- está controlado por personal especializado. Cada vez que una votación no produce un resultado concluyente, se activa el proceso para emitir la fumata negra, lo que puede ocurrir hasta cuatro veces por día.

FUMATA BLANCA: OTROS PRODUCTOS

En cambio, para la fumata blanca, que anuncia la elección de un nuevo papa, se utilizan otras sustancias que incluyen clorato de potasio, lactosa y colofonia, generando un humo claro y fácilmente distinguible.

Así, gracias a la tecnología y la tradición combinadas, el Vaticano logra comunicar de forma inequívoca el avance -o la falta de él- en uno de los procesos más significativos de la Iglesia católica. 

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