Taltavull reivindica la "cultura de la vida y de la paz" en la misa de Pascua
La festividad más significativa de la iglesia católica, centrada en la resurrección, ha reunido a unas 1.200 personas
Redacción | Mallorca, 20 de Abril de 2025 | 13:39h

El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, ha reivindicado este domingo, durante la misa de Pascua celebrada en la Catedral de Mallorca, la importancia de promover una “cultura de la vida y de la paz”. En su homilía, el prelado ha subrayado que “la paz es la palabra que mejor expresa el deseo de una sociedad que está sedienta de ella”, especialmente en momentos en los que se encuentra amenazada por decisiones políticas y económicas.
Taltavull ha criticado el aumento de la inversión en armamento por parte de los gobiernos, considerando que ese gasto “podría servir para ayudar a los millones de pobres a salir de su pobreza, pobres sin trabajo, sin vivienda y sin lo más mínimo para vivir con dignidad o, si se mira a escala mundial, ayudar a hacer desaparecer el hambre en el mundo”.
LA LUZ DE LA RESURRECCIÓN COMO CAMINO DE ESPERANZA
En este contexto, el obispo ha puesto en valor la figura de Jesús resucitado, “quien con la luz de su resurrección quiere iluminar el camino para la vida, también esas zonas oscuras que no dejan vivir con dignidad y condenan a muchos seres humanos a morir de forma injusta”.
“La centralidad de la resurrección del Señor nos hace ver que la fe que profesamos se vive en el corazón de la vida y no solo en las situaciones límite, pese a que en estos momentos exista la urgencia de una actuación de ayuda inmediata”, ha remarcado el obispo, subrayando el carácter activo de la fe en la vida cotidiana.
PAZ, SACRIFICIO Y RECONCILIACIÓN
Taltavull ha recordado que “la paz es inseparable del sacrificio de Cristo”, explicando que Jesús crucificado “ha anulado la división, ha instaurado la paz y la reconciliación” y “ha dado a los hombres la salvación que viene de la resurrección”. Por ello, ha proclamado: “¡Gana la vida, no la muerte! Por eso, la fiesta de Pascua es un grito a favor de la vida y la cultura de la vida”.
Los apóstoles, ha señalado, son testigos de este mensaje: “Lo mataron colgándolo en un patíbulo [...], Dios lo resucitó el tercer día”. Y ahora, ha añadido, es el turno de los fieles de anunciarlo con esperanza.
UN LLAMADO A LA ESPERANZA Y A LA FE ACTIVA
El obispo ha invitado a los asistentes a “acercarse a Jesús, al misterio de su resurrección” y extraer de esa experiencia “motivos y razones para reforzar la esperanza”, una virtud que la Iglesia desea renovar especialmente durante este Año Jubilar.
Así, ha recordado que el Domingo de Pascua es una invitación a mirar hacia la luz y no quedarse en la oscuridad. De forma simbólica, ha comparado los vitrales de una catedral, que se ven mejor desde dentro, con la fe, que “permite ver la realidad iluminada desde el corazón, desde Dios”. “Quien cree, lo ve”, ha afirmado, señalando que la fe es una nueva manera de mirar el mundo. Jesús dijo: “Yo soy la luz del mundo” y también: “vosotros sois la luz del mundo”, lo que convierte a los creyentes en responsables de llevar esperanza y claridad a los demás.
SER CHISPAS DE LUZ Y AMOR EN EL MUNDO
Durante la homilía, Taltavull ha citado a San Juan XXIII, quien afirmaba que “todo creyente es llamado a ser [...] una chispa de luz, un centro de amor”. Esta luz, ha explicado el obispo, debe traducirse en paz interior y en una acción concreta a favor de la justicia social.
La fe en el Resucitado exige acción, ha insistido, y plantea preguntas fundamentales: “¿Vivimos como los primeros discípulos?”, “¿Tenemos la fuerza de las mujeres que anunciaron la vida?”, “¿Qué hacemos para alimentar una cultura de la paz?”. “Es tiempo de renovar la esperanza y andar hacia la vida”, ha concluido.
PROCESIÓN DEL SANTO ENCUENTRO Y CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA
La misa de Pascua ha comenzado a las 10.15 horas con la tradicional procesión del Santo Encuentro. En ella, la imagen de Jesús Resucitado ha salido de un lateral de La Seu, desde la capilla de la Puríssima, portada por la familia Dameto, para encontrarse con la imagen de la Virgen María, que ha salido desde la capilla de Sant Benet, portada por la familia Truyols. El encuentro ha tenido lugar frente al presbiterio de la catedral.
Durante el canto del Credo, el obispo Taltavull ha bendecido a los fieles con el agua de las fuentes nuevas, renovando así el sacramento de la vida como hijos de Dios.
La celebración ha concluido con la bendición solemne impartida por el obispo, quien ha concedido la indulgencia plenaria en nombre del Santo Padre a todos los asistentes. El acto ha terminado con el canto del Aleluya, en un ambiente de solemnidad y alegría.