Por qué los gatos no entienden los regaños y cómo corregir su comportamiento
Conoce por qué los gatos no responden a las reprimendas y cómo guiar su conducta de manera efectiva y respetuosa
Alicia Romero | Mallorca, 10 de Abril de 2025 | 18:54h

Una de las razones principales por las que los gatos no entienden cuando los regañas es la diferencia en las formas de comunicación entre felinos y humanos. Mientras que los perros han sido domesticados para interpretar y responder a las señales humanas, los gatos no comparten este nivel de adaptación.
Los gatos se comunican principalmente a través de señales corporales como la posición de las orejas, la cola y los ojos. Las reprimendas humanas, generalmente verbales y a veces acompañadas de gestos agresivos, no coinciden con la manera natural en que los gatos interactúan entre sí. Además, utilizan un rango limitado de vocalizaciones para comunicarse. Un grito o tono elevado por parte de un humano puede ser interpretado como una amenaza, lo que genera confusión o miedo, en lugar de hacer que el gato entienda la reprimenda.
LA FALTA DE ASOCIACIÓN EN LA DISCIPLINA
Otro factor que dificulta que los gatos comprendan las reprimendas es la falta de asociación inmediata entre la acción inapropiada y el castigo. Los gatos no tienen la misma capacidad de asociar la causa y efecto de inmediato como los perros. Es esencial que la reprimenda se aplique justo en el momento en que el gato realiza el comportamiento no deseado. Cualquier retraso puede hacer que el felino no entienda por qué está siendo castigado. Los gatos también necesitan que las reglas sean consistentes. Si un comportamiento es ignorado en algunas ocasiones y castigado en otras, el gato se confundirá y no sabrá qué esperar.
Los gatos son conocidos por ser animales independientes y territoriales, lo que influye en la forma en que perciben y responden a la disciplina. Tienen comportamientos naturales, como arañar para afilar sus garras y marcar territorio, que no son fácilmente modificables mediante reprimendas. Estas conductas instintivas están profundamente arraigadas en su naturaleza. A diferencia de los perros, que buscan la aprobación de sus dueños, los gatos no tienen el mismo impulso de complacer. Esto significa que a menudo son menos receptivos a los castigos y prefieren actuar según sus propios instintos.
ESTRÉS Y ANSIEDAD POR LAS REPRIMENDAS
El regañar a un gato puede desencadenar estrés y ansiedad, lo que puede empeorar su comportamiento en lugar de corregirlo. Cuando un gato se siente amenazado o asustado, puede mostrar comportamientos como agresión, esconderse o incluso desarrollar comportamientos compulsivos. Para que un gato se comporte adecuadamente, debe sentirse seguro en su entorno. Las reprimendas frecuentes pueden hacer que el gato se sienta inseguro, lo que puede aumentar los problemas de conducta en lugar de solucionarlos.
En lugar de recurrir a castigos, existen estrategias más efectivas y respetuosas para enseñarle a tu gato el comportamiento adecuado.
- Refuerzo positivo: El uso de recompensas como golosinas, caricias o juegos es mucho más efectivo que regañar a tu gato. Los felinos responden bien al refuerzo positivo y es más probable que repitan comportamientos que les traen beneficios inmediatos.
- Redirigir el comportamiento: Si tu gato comienza a rascar los muebles, redirige su atención hacia un rascador adecuado. Puedes usar juguetes interactivos para canalizar su energía de manera positiva y evitar comportamientos no deseados.
- Ambiente estimulante: Proporciona suficientes juguetes, rascadores y áreas para trepar para que tu gato pueda ejercitar sus instintos naturales de manera apropiada. Un ambiente rico en estímulos previene que el gato se aburra y actúe de manera destructiva.
- Consistencia y paciencia: La disciplina en gatos requiere paciencia y consistencia. Los cambios en el comportamiento no ocurren de inmediato, así que es importante ser constante en las estrategias que elijas.