El fin de las tarjetas SIM físicas en España
La nueva tecnología que está revolucionando el mercado y podría afectar a todos los usuarios
Alicia Romero | Mallorca, 11 de Marzo de 2025 | 19:53h

Las tarjetas SIM físicas podrían estar viviendo sus últimos años en España. Con la llegada de la tecnología eSIM, cada vez más dispositivos y operadores están adoptando esta alternativa, que ofrece mayor flexibilidad, seguridad y eficiencia para los usuarios. Aunque la transición será gradual, todo apunta a que la SIM tradicional quedará obsoleta en los próximos años.
¿QUÉ ES UNA ESIM?
La eSIM (Embedded SIM o SIM embebida) es una versión digital de la tarjeta SIM convencional. A diferencia de las SIM físicas, está integrada directamente en dispositivos como teléfonos inteligentes, tabletas, relojes inteligentes y algunos ordenadores portátiles, eliminando la necesidad de insertar una tarjeta física.
Esta tecnología permite a los usuarios activar y gestionar planes de datos móviles de manera remota, sin necesidad de cambiar una tarjeta manualmente. Además, una eSIM puede almacenar múltiples perfiles, lo que facilita el uso de varias líneas en un mismo dispositivo, ideal para personas que viajan con frecuencia o desean separar su línea personal de la laboral.
VENTAJAS DE LA ESIM
La eSIM ofrece numerosas ventajas frente a las SIM físicas:
- Mayor comodidad: permite cambiar de operador o activar nuevas líneas de forma inmediata, sin esperar el envío de una tarjeta.
- Uso de múltiples números: es posible tener varias líneas activas en un mismo dispositivo.
- Más espacio en los dispositivos: al eliminar la bandeja SIM, los fabricantes pueden diseñar móviles más delgados o mejorar componentes internos, como la batería.
- Mayor seguridad: al estar integrada, no se puede extraer ni clonar fácilmente, lo que dificulta robos o fraudes.
- Menos impacto ambiental: reduce el uso de plástico y la necesidad de producir millones de tarjetas SIM físicas cada año.
LA IMPLEMENTACIÓN EN ESPAÑA
En España, los principales operadores de telecomunicaciones ya han adoptado la eSIM:
- Movistar ofrece la migración gratuita de SIM física a eSIM.
- Orange permite activar la eSIM con un pequeño coste adicional.
- Vodafone ofrece la eSIM sin cargos adicionales en ciertos planes.
Sin embargo, no todos los dispositivos en el mercado son compatibles con esta tecnología, lo que significa que ambas versiones convivirán durante los próximos años. Según la consultora GSMA Intelligence, se espera que para 2028, el 80 % de los smartphones en España sean exclusivamente compatibles con eSIM.
RETOS Y DESAFÍOS DE LA ESIM
Pese a sus múltiples ventajas, la eSIM también enfrenta desafíos importantes:
- Compatibilidad limitada: muchos teléfonos, especialmente los de gama media y baja, aún no soportan eSIM, lo que ralentiza su adopción masiva.
- Curva de aprendizaje: la gestión de la eSIM podría resultar compleja para personas mayores o menos familiarizadas con la tecnología.
- Riesgos de ciberseguridad: aunque la eSIM es más segura frente a robos físicos, existe la amenaza del "SIM swapping", una estafa en la que los ciberdelincuentes duplican una línea para acceder a cuentas bancarias o personales.
De hecho, la Policía Nacional y el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) han emitido alertas sobre este tipo de fraudes, subrayando la necesidad de reforzar las medidas de autenticación y seguridad.
¿DESAPARECERÁN LAS TARJETAS SIM FÍSICAS?
Todo indica que la eSIM será el estándar en los próximos años, aunque la desaparición total de las SIM físicas será paulatina. En países como Estados Unidos, Apple ya ha lanzado modelos de iPhone sin bandeja SIM en algunos mercados, impulsando el cambio a nivel global.
Según datos de Counterpoint Research, el 30 % de los smartphones vendidos en Europa en 2024 ya incluyen soporte para eSIM, y se espera que esta cifra supere el 50 % en 2026.
La evolución de la SIM tradicional hacia la eSIM representa un paso más hacia la digitalización de las telecomunicaciones, con mayor seguridad, flexibilidad y eficiencia. Aunque la transición aún tomará algunos años, la industria y los usuarios deberán adaptarse a un futuro cada vez más conectado y sin barreras físicas.