EEUU | Así será la investidura de Donald Trump este lunes
Un evento cargado de simbolismo que ha evolucionado significativamente a lo largo de la historia
EFE | Mallorca, 19 de Enero de 2025 | 20:53h
Washington, conocida por sus inviernos extremos, fue testigo de un giro inesperado en la ceremonia de investidura presidencial de Donald Trump. El mandatario decidió celebrar su segundo juramento bajo techo, rompiendo con la tradición de hacerlo al aire libre, en un evento cargado de simbolismo que ha evolucionado significativamente a lo largo de la historia.
UN POCO DE HISTORIA
La tradición de la toma de posesión presidencial se remonta a George Washington, quien juró el cargo el 30 de abril de 1789 en una sencilla ceremonia realizada en el Congreso de Nueva York, la entonces capital del país.No fue hasta 1933 que la Constitución fijó oficialmente el 20 de enero al mediodía como la fecha para este acto, aunque no impuso otros lineamientos, permitiendo que con el tiempo se añadieran eventos y un toque de majestuosidad.
JURAMENTOS EN EL CAPITOLIO Y EXPEDICIONES HISTÓRICAS
En el último siglo, el Capitolio se ha consolidado como el principal escenario de las ceremonias de investidura. Desde 1981, con Ronald Reagan, la ceremonia se realiza en la escalinata que da hacia la Explanada Nacional. Antes de esto, se llevaba a cabo en el pórtico este del edificio.
Sin embargo, algunas investiduras rompieron con esta norma. En 1945, Franklin D. Roosevelt juró en la Casa Blanca, y en 1963, tras el asesinato de John F. Kennedy, Lyndon B. Johnson lo hizo en el Air Force One.
La ola de frío extremo en la capital ha obligado a Trump a trasladar la ceremonia a la Rotonda del Capitolio, el mismo lugar donde Reagan asumió su segundo mandato en 1985 por razones similares.
LAS MULTITUDES Y SU SIMBOLISMO
La Explanada Nacional se ha convertido en un punto emblemático para las tomas de posesión, atrayendo a miles o incluso millones de personas. La investidura de Barack Obama en 2009 ostenta el récord con más de un millón de asistentes, pese al frío extremo de ese día.
Por otro lado, Trump ha afirmado que su primera ceremonia en 2017 reunió a más público, a pesar de las imágenes que contradicen su versión. Para esta segunda ocasión, las restricciones logísticas y el cambio de planes evitarán cualquier comparación de multitudes.Otro momento icónico fue el juramento de Joe Biden en 2021, realizado frente a una Explanada vacía debido a las restricciones por la pandemia de COVID-19.
EL DESFILE HACIA LA CASA BLANCA
Tras la investidura, los presidentes recorren la Avenida Pensilvania en su camino al poder. En 1977, Jimmy Carter marcó un hito al caminar parte del trayecto para acercarse al público, una muestra de empatía en tiempos de crisis política tras el escándalo del Watergate.
El cambio de planes para la investidura de Trump afectará también esta tradición. En lugar de desfilar hacia la Casa Blanca, el presidente se dirigirá al estadio Capital One para reunirse con miles de invitados que no pudieron asistir a la ceremonia en el Capitolio.
LA NOCHE DEL BAILE INAUGURAL
Con el atardecer llega una de las celebraciones más glamurosas de la jornada: el primer baile entre el presidente y la primera dama. Aunque se cree que George Washington y su esposa bailaron un vals tras su juramento, el primer baile oficial ocurrió en 1808 con James y Dolly Madison.
Con el tiempo, estos eventos se han convertido en una vitrina de lujo, atrayendo a celebridades y colocando bajo la lupa el vestuario de la primera dama.
DESPEDIDA AL PRESIDENTE SALIENTE
La investidura no solo marca un nuevo inicio, sino también una despedida. Tradicionalmente, el presidente saliente y el entrante comparten un té en la Casa Blanca antes de acudir juntos al Capitolio, simbolizando la transición pacífica del poder.
Sin embargo, esta tradición fue interrumpida en 2021 cuando Trump decidió no asistir a la investidura de Biden, alegando un supuesto fraude electoral.A pesar de esto, Trump mantuvo otra costumbre al dejar una carta para su sucesor en el Despacho Oval, un gesto iniciado por Ronald Reagan en 1989.
La ceremonia de investidura presidencial, con sus símbolos y rituales, es un reflejo del tiempo y las circunstancias que vive el país, adaptándose a los retos y preservando su significado como pilar de la democracia estadounidense.
