La reparación de dispositivos electrónicos, una práctica en declive pero necesaria
El principal motivo para no reparar un dispositivo es el alto coste
Redacción | Mallorca, 21 de Octubre de 2024 | 11:36h

¿Qué haces cuando tu móvil se rompe o la plancha deja de calentar? Aunque muchos de nosotros preferiríamos reparar nuestros dispositivos para ahorrar dinero y reducir el desperdicio, la mayoría no lo hace debido al elevado coste de las reparaciones.
Según un reciente estudio de la red de amigos y socios Conecta, los consumidores coinciden en que, para optar por la reparación, se necesita una garantía más extensa y un diseño que facilite el arreglo de los productos.
LA PÉRDIDA DE LA COSTUMBRE DE REPARAR
Nuestros abuelos nunca tiraban nada sin antes intentar repararlo. Sin embargo, esa costumbre ha ido desapareciendo. Hoy en día, es más común sustituir los objetos averiados por otros nuevos, pese al alto coste económico y ambiental, especialmente en productos como los móviles, que contienen materiales escasos.
Con motivo del Día Internacional de la Reparación, celebrado el 19 de octubre, exploramos las razones por las que la reparación ha caído en desuso y cómo podemos revertir esta tendencia.
Entre junio y agosto de 2024, se llevó a cabo una encuesta en la que participaron 409 personas. Aunque sin validez estadística, los resultados ofrecen una idea clara de las principales barreras que enfrentan los consumidores al momento de reparar. La mayoría de los participantes ha reparado algún dispositivo en la última década, pero no de forma habitual. El principal obstáculo es el coste de las reparaciones, que en muchos casos resulta tan alto que no compensa frente a la compra de un producto nuevo.
MOTIVACIONES PARA REPARAR: EL AHORRO ES CLAVE
Más de la mitad de los encuestados repara sus dispositivos para ahorrar dinero. Otros, motivados por razones medioambientales, también buscan reducir el impacto ambiental al evitar la compra de nuevos aparatos. En los últimos 10 años, los dispositivos electrónicos han sido los más reparados, seguidos de grandes electrodomésticos como lavadoras y frigoríficos. En cambio, los electrodomésticos pequeños, como secadores o planchas, son los menos reparados.
El principal motivo para no reparar un dispositivo es el alto coste. Más de 240 personas señalaron que las reparaciones son demasiado caras en comparación con el precio de compra de un nuevo producto. Muchos consumidores están dispuestos a pagar hasta 100 euros para arreglar un aparato que cuesta 500, pero no más de 10 euros si el aparato vale 50. Esto demuestra que el valor inicial del producto influye directamente en la decisión de repararlo o desecharlo.
¿REPARAR POR CUENTA PROPIA?
Una mayoría significativa ha intentado arreglar al menos un dispositivo por sí mismos. Las tareas más comunes incluyen la limpieza de componentes o el cambio de piezas básicas, como baterías o filtros. Sin embargo, la falta de conocimiento técnico es una de las principales barreras para realizar reparaciones por cuenta propia. Los tutoriales en video son una herramienta clave para aquellos que se animan a intentar el arreglo, destacándose como el recurso más valorado por los encuestados.
MEDIDAS PARA FOMENTAR LA REPARACIÓN
Para fomentar la reparación, los consumidores proponen varias medidas, siendo la principal la ampliación del periodo de garantía, actualmente de tres años. También sugieren que los productos se diseñen para ser fácilmente reparables y que se ofrezcan piezas de repuesto de manera más accesible.
Aunque la Unión Europea ha dado un paso adelante con la Directiva del Derecho a Reparar, los consumidores creen que no es suficiente. La clave está en aplicar estas normativas de forma efectiva y ampliar su alcance a más familias de productos, como electrodomésticos y herramientas, que todavía no están cubiertos por la directiva.
La reparación de dispositivos electrónicos es una práctica cada vez menos común, pero necesaria tanto para el ahorro como para la sostenibilidad. Con un enfoque adecuado en la ampliación de garantías y el diseño de productos más reparables, podríamos volver a adoptar esta antigua costumbre y reducir el impacto ambiental de nuestra creciente dependencia tecnológica.