Las tormentas de verano: un fenómeno sorprendente pero con explicación

Julio y agosto son los meses en los que más tormentas se producen

EFE | Mallorca, 14 de Agosto de 2024 | 08:55h

Muchas de las tormentas que se producen en verano, como las de ayer por la tarde, sorprenden a los habitantes de las zonas afectadas, especialmente si van acompañadas de granizo y rayos. Sin embargo, estas tormentas tienen una explicación científica relacionada con la diferencia de temperatura entre los niveles altos y bajos de la atmósfera, y el ascenso del aire caliente a cotas superiores.

MESES DE MAYOR INCIDENCIA

Julio y agosto son los meses en los que más tormentas se producen debido al aire caliente que se acumula en la zona baja de la atmósfera. Este aire asciende hacia los niveles altos, lo que puede desencadenar lluvias torrenciales, granizo, descargas eléctricas e incluso tornados.

Las tormentas son similares durante todo el año, pero son más frecuentes en primavera y verano, según explica Rafael Requena, delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) en Aragón. Las regiones del noreste peninsular, como Navarra, La Rioja, el norte de la Comunidad Valenciana, y principalmente Aragón y Cataluña, son las zonas de España donde más se producen.

ORIGEN DE LAS TORMENTAS

Para que se origine una tormenta, es necesaria la inestabilidad atmosférica, causada por la diferencia de temperaturas entre los niveles altos y bajos de la atmósfera. Esta es la razón por la que hay un mayor número de tormentas durante las estaciones más cálidas.

El aire en los niveles altos de la atmósfera debe ser frío. En verano, el calor en la parte baja está "garantizado", pero si también hace mucho calor en los niveles altos, no se produce el contraste necesario para que surjan tormentas, afirma Requena.

MECANISMO DE ASCENSO DEL AIRE

Cuando una pequeña onda o vaguada pasa por niveles atmosféricos medios y altos, se produce un ligero enfriamiento que facilita que el aire caliente de abajo suba. Si este aire se encuentra con una capa más fría, continúa subiendo, pero si no, vuelve a bajar. Para que el aire se "inestabilice", es imprescindible que el enfriamiento del aire que asciende sea menor que el del aire superior.

El aire se ve "obligado" a subir por varios motivos: un calentamiento superior al normal en la zona baja de la atmósfera, la existencia de frentes que crean un contraste de temperatura, o la orografía. Cuando el aire choca con una montaña, puede rodearla, pasar por algún hueco o ascender por ella, lo que provoca más tormentas en zonas montañosas.

Otra causa es la convergencia de humedad en niveles bajos. Cuando se juntan aire húmedo y caliente con aire frío y seco, se produce un contraste de temperatura y humedad que puede generar tormentas.

EFECTOS DE LAS TORMENTAS DE VERANO

Las tormentas de verano presentan un problema "termodinámico", comenta Requena. La adversidad puede venir por varios motivos: la precipitación torrencial, el granizo, las descargas eléctricas y el viento.

Este último es "fundamental", ya que, en una tormenta fuerte, el vórtice delantero puede generar rachas huracanadas de 120 kilómetros por hora o más, e incluso tornados si se trata de una supercélula.

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