Regresa la polémica a Marineland tras la caída de un león marino de la piscina
Cientos de personas han mostrado su indignación con la explotación y cautividad de los animales de Marineland
Redacción | Mallorca, 28 de Junio de 2023 | 13:52h
El pasado lunes, 19 de junio, un león marino se cayó de la piscina durante un espectáculo en Marineland. Un accidente que quedó en un susto, pero que pudo costar una tragedia, ya que el león marino cayó encima de su entrenadora.
La caída del león marino salió a la luz en redes sociales y son cientos las personas que han vuelto a mostrar su indignación con la explotación y cautividad de los animales de Marineland.
La formación Progreso en Verde exigirá al Govern Balear que tome cartas en el asunto y que de una vez por todas queden abolidos los espectáculos con animales y también la cría en cautividad.
No es la primera ocasión en la que animales del delfinario sufren percances o malos tratos. En 2013 un delfín también se precipitó al suelo desde la piscina y en 2015 se vio a un entrenador golpeando a los delfines. La realidad de lo que ocurre en Marineland quedó al descubierto en el documental de Netflix: ¿Qué le pasó al rey de los delfines?.
El partido ecoanimalista condena la utilización de animales en Marineland y que éstos sean tratados como los nuevos esclavos del siglo XXI para la diversión de las personas.
La formación política reclama en su hoja de ruta para poner fin al cautiverio de los animales, que se prohíban los espectáculos donde se utilicen animales: delfines, leones marinos, aves o recientemente pingüinos.
El partido animalista presentará al Govern sus propuestas encaminadas a que Marineland deje de ser un circo y se convierta en un centro de recuperación de especies o un santuario.
Progreso en Verde califica de inmoral tener animales salvajes encerrados para lucrarse y que no importe su bienestar ni protección.
"Delfines en piscinas que son como peceras, donde apenas tienen libertad de movimientos, cuando en su hábitat natural recorren cientos de kilómetros. Leones marinos en recintos minúsculos muriéndose de pena, animales expuestos al sol sin protección, ruidos, estrés, ansiedad. Nos creemos tan superiores que decidimos apartar de su hábitat a animales salvajes o les privamos de tener esa libertad por haber nacido en cautividad, en algún momento de su vida, simplemente por dinero. Hasta ahora ningún partido político se ha posicionado abiertamente en Baleares contra los espectáculos con animales. En Progreso en Verde lo tenemos claro, hay que liberar los animales de sus jaulas y poner fin a su cautiverio y explotación", indican desde la formación.
Aseguran que lo que el público desconoce es que muchas veces estos delfines provienen de la caza y captura de animales salvajes, que son secuestrados del mar para ser llevados a tanques y piscinas, encerrados de por vida, lejos de sus grupos familiares.
Otra parte de los ejemplares exhibidos en delfinarios provienen de la cría en cautividad, lo que no es motivo para "naturalizar" su estadía en estos recintos, pues son animales genéticamente diseñados para nadar a diario cientos de kilómetros, compartir con grandes cantidades de congéneres y vivir en libertad, no para divertirnos en "absurdos espectáculos" que no enseñan más que los humanos podemos hacer cualquier cosa para divertirnos a costa de otros animales.
Progreso en Verde recuerda los principales problemas de los delfines que viven en cautividad:
- El espacio: Ni en la piscina más grande del mundo los cetáceos pueden nadar las mismas distancias que en la naturaleza. No sólo debido a las dimensiones de su superficie, sino también a su profundidad. Se estima que los delfines pueden sumergirse hasta 90 metros bajo el agua para alimentarse de determinados peces. En España, el punto de la piscina del delfinario más profundo mide 10 metros. En el resto de casos, los cetáceos deben conformarse con piscinas de entre 3 y 6 metros. Tampoco la forma de estas piscinas suele ser muy adecuada para animales que pueden alcanzar velocidades de 50 km/h en línea recta. Esta está pensada para que el público pueda observar a los animales desde distintos ángulos y es ovalada, algo que provoca que los cetáceos acaben nadando en círculos por la misma.
- Grupos artificiales: Los delfines en cautividad deben vivir en grupos reducidos y decididos por las personas. Existen casos de cetáceos a los que se mantienen en completa soledad. Algunos individuos no tienen afinidad con los otros y se generan conflictos que no pueden solucionarse ya que los animales no tienen ningún lugar adónde huir o esconderse. No todos los individuos provienen del mismo lugar, ni han llegado de igual forma a la vida en un delfinario, cosa que dificulta aún más el entendimiento entre ellos.
- Alimentación artificial: Los delfinarios no pueden proporcionar la gran variedad de alimentos del que los cetáceos disponen en su hábitat natural. La dieta de estos animales se reduce a unas pocas especies de peces que además están congelados. Dicho formato implica un reto nutricional adicional para los animales, que generalmente deben ser hidratados y suplementados con vitaminas para evitar que enfermen.